14/2/22

HIDROBOLETÍN FENTAP 3905: PERÚ - Análisis revelan elevadas concentraciones de hidrocarburos en playas afectadas por el derrame de Repsol

 Lunes, 14 de febrero de 2022 – Año XV – Edición 3905 – http://hidroboletinfentap.blogspot.pe 

La FENTAP informa:

PERÚ - Análisis revelan elevadas concentraciones de hidrocarburos en playas afectadas por el derrame de Repsol. El primer informe del Instituto del Mar del Perú (Imarpe), en base a muestras tomadas tres días después del desastre ecológico ocasionado por Repsol, concluye que hubo “altísimas concentraciones de hidrocarburos totales de petróleo” y daños no solo en la “calidad acuática del litoral” sino también en las especies de plantas, animales y otros organismos que habitan en el mar. A un mes de los hechos, especialistas entrevistados coinciden en que más allá de una limpieza superficial del crudo de las playas, tomará años remediar los ecosistemas y zonas afectadas por el derrame del último 15 de enero

PERÚ - Conflictos sociales: el pasivo que el Estado no logra remediar. La Defensoría del Pueblo alertó que muchos de estos casos están a la espera de una solución porque no fueron encargados a una comisión que le haga seguimiento, no contaban con agenda de reunión o carecían de un plazo de cumplimiento, lo que los hacía casi inviables. Estas trabas solo agudizan las protestas –como ocurre actualmente en el corredor minero- y terminan por socavar la poca confianza que los ciudadanos mantenían en el gobierno

PERÚ - Arequipa: en Majes I gastan 22 millones y agricultores devuelven un millón. Opositores de Majes II citan a la primera etapa como ejemplo de agricultura. Gerente de Autodema afirma que si eso fuese así no habría que asumir gastos operativos

PERÚ - Talara: Fiscalía investiga contaminación del medio ambiente en Máncora


Análisis revelan elevadas concentraciones de hidrocarburos en playas afectadas por el derrame de Repsol

El primer informe del Instituto del Mar del Perú (Imarpe), en base a muestras tomadas tres días después del desastre ecológico ocasionado por Repsol, concluye que hubo “altísimas concentraciones de hidrocarburos totales de petróleo” y daños no solo en la “calidad acuática del litoral” sino también en las especies de plantas, animales y otros organismos que habitan en el mar. A un mes de los hechos, especialistas entrevistados coinciden en que más allá de una limpieza superficial del crudo de las playas, tomará años remediar los ecosistemas y zonas afectadas por el derrame del último 15 de enero.

En el muelle de Ancón, a poco más de una hora en auto desde el centro de la ciudad de Lima, los puestos de pescadores artesanales lucen vacíos desde hace casi un mes. Los pocos revendedores, instalados de manera provisional en una esquina del terminal, desconocen cuándo retornarán los antiguos comerciantes a sus negocios y aseguran haber tenido la suerte de que el derrame de crudo de Repsol, ocurrido el 15 de enero pasado en el distrito de Ventanilla —a 10 kilómetros de Ancón—, no se haya expandido hacia el lugar donde pescan a diario pequeñas embarcaciones.

OjoPúblico accedió al primer reporte del Instituto del Mar del Perú (Imarpe), organismo especializado en generar conocimiento científico para el aprovechamiento de los recursos marinos, y conoció que los valores totales de hidrocarburos (TPH) excedieron hasta en un millón y medio de veces los Estándares de Calidad Ambiental (ECA). El reporte del Imarpe señala que los TPH tenían un rango de 789,7 a 15.279,5 miligramos por litro (mg/L), cuando el ECA máximo para este componente es de apenas 0,01 mg/L. La mayor concentración de este elemento, según Imarpe, se detectó en el norte de la playa Cavero.

Pese a los altos resultados y el actual trabajo de limpieza en la zona, todavía es muy prematuro asegurar que en el futuro no habrá afectaciones en los ecosistemas acuáticos adonde no llegó el crudo del desastre ambiental. Las autoridades peruanas continúan las indagaciones para determinar las responsabilidades de la Refinería La Pampilla, empresa de Repsol, que puede enfrentar una multa de hasta USD 35 millones por el derrame de más de 10.000 barriles de petróleo en la costa peruana.

El último 9 de febrero, la fiscalía ambiental de Lima Norte no pudo avanzar en las indagaciones debido a que la empresa todavía no ha retirado una estructura submarina denominada colectores finales de tuberías (PLEM, por sus siglas en inglés) que, de tener un análisis de muestras en laboratorio, ayudaría a identificar el origen del derrame. Este sistema permite conectar el ducto submarino de la refinería con las mangueras del buque. Además, recepciona y distribuye los hidrocarburos.

Al respecto, el área de prensa del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) indicó a OjoPúblico que Repsol tenía pendiente “la recuperación de 2.200 barriles de crudo al interior del ducto [donde se encuentra el PLEM]”. El último 11 de febrero, el presidente del consejo directivo de Osinergmin, Jaime Mendoza Gacon, aseguró en su exposición ante la comisión de pueblos andinos, amazónicos, afroperuanos, ambiente y ecología del Congreso que el próximo 14 de febrero retirarán el PLEM para el posterior análisis de muestras en laboratorio.

Pese a los reiterados pedidos, el organismo supervisor no entregó el plan de actividades aprobado a la compañía de hidrocarburos.

Niveles en alerta

La noche del 15 de enero de este año, un representante de La Pampilla registró el derrame de hidrocarburos como una emergencia en el sistema del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA). Tres días después, el Imarpe —adscrito al Ministerio de Producción—inició un trabajo en campo para estimar el nivel de afectación del suceso sobre el ecosistema marino, así como en las actividades de pesca y recreación en las playas Cavero, Ventanilla y Costa Azul.

Los resultados de esta visita arrojaron niveles de hidrocarburos totales de petróleo (TPH) muy por encima del establecido en los Estándares de Calidad Ambiental (ECA) para agua, parámetros aprobados por el Ministerio del Ambiente en 2017.

“Los daños causados por esta masiva presencia de TPH no solo en la calidad acuática del litoral sino también sobre la biota marina, es bastante evidente”, concluye el informe de 24 páginas donde también se detallan los primeros impactos generados por el derrame en los ecosistemas acuáticos de las zonas analizadas.

Para monitorear avances y comparar los datos con los primeros hallazgos, el recojo de muestras ha continuado en otras dos oportunidades, la última el pasado 7 de febrero. Según fuentes al interior de la institución, el segundo reporte todavía no está cerrado porque faltaba la revisión de los cinco sectores del Ejecutivo que integran el comité de crisis para enfrentar el derrame, un grupo creado en enero por la expremier Mirtha Vásquez. Con la reciente crisis política no se han vuelto a reunir para analizar este tema pendiente. 

Al ser consultado sobre los resultados del documento, el coordinador del área de investigaciones marino costeras del Imarpe, Piero Villegas Apaza, dijo que los valores servían de “referencia” para saber si en el futuro existe una reducción de las cantidades y concentraciones de hidrocarburos, y también para comparar la información con más datos como biodiversidad, fauna, entre otros.

El especialista comentó que, con el transcurrir de las semanas y recojo de nuevas muestras que todavía no son públicas, identificaron que en la playa Cavero “ha habido una reducción significativa [de los niveles de hidrocarburos], pero aún está muy por encima de los ECA”.

En un comunicado del último 7 de febrero, Repsol indicó que se encontraba en la etapa final de limpieza de las playas y quedaba “poco hidrocarburo por retirar” que estaba “acumulado en algunas zonas rocosas de difícil acceso”. Pese al optimismo mostrado por la compañía, el proceso de remediación será más complicado e incierto, de acuerdo al análisis de expertos consultados por OjoPúblico.

El biólogo marino y director científico de Oceana Perú, Juan Carlos Riveros, considera que por el momento los niveles detectados convierten en “insalubres” a las playas afectadas. El especialista también comenta que el proceso de remediación dependerá de diferentes factores como el ecosistema o el tipo de corriente que entra al mar que no hacen posible estimar un período específico. 

“No sabemos cuánto petróleo ha quedado en la zona porque no se distribuye de manera uniforme. Podría mezclarse con la arena que se queda en el pozo para siempre. La recuperación toma años para que la zona vuelva a ser normal y es posible que no podamos comer lo que crezca allí al menos en 20 o 30 años”, explica Riveros. Además, sostuvo que se le debería exigir a la empresa que comparta un “plan público” para conocer los indicadores de la remediación.

Peligro declarado

El terminal 2 de La Pampilla, donde ocurrió el desastre y continúa el retiro de barriles de crudo, tuvo una mención a considerar en el plan de contingencia que presentó Repsol y fue aprobado por el Ministerio del Ambiente en 2015. Entre el centenar de páginas, hay unos puntos que muestran los peligros que había en esta zona para las actividades de carga y descarga de crudo.

La propia empresa realizó posibles escenarios de derrames tomando como base al terminal 2 por sus “características como caudales de bombeo, volumen de producto, diámetro de la línea, tipo de sustancias, posición del terminal, el mismo se puede considerar más peligroso”. Es decir, la compañía tenía conocimiento de que en este lugar existía un mayor riesgo de ocurrir un evento como al final sucedió el 15 de enero. 

En el plan de contingencia también se indica como eventuales “sucesos iniciadores” de un posible derrame a fallas en la manguera de carga o tuberías; sobrecarga o falla de buque tanque, rotura o daños de la tubería, fuga y falla del equipamiento como el sistema de bombeo o válvula de escape.

Repsol consideró como peor escenario de descarga a un evento de caída de 15.000 metros cúbicos de petróleo, una cifra que equivale a más de 94.000 barriles de crudo. En el desastre de enero, la empresa calculó más de 10.000 barriles vertidos en el mar.

El 11 de febrero, en su presentación ante la comisión de pueblos andinos, amazónicos, afroperuanos, ambiente y ecología del Congreso, el presidente del directorio de La Pampilla, Jaime Fernández-Cuesta Luca de Tena, señaló que el “plan de contingencia funcionó perfectamente” al referirse a las barreras de contención de crudo que se desplegaron una hora después de que identificaran el suceso del 15 de enero.

El directivo español también dijo que el plan se encontraba aprobado por “todas las autoridades [peruanas]” y que no hubieran podido operar “si no hubieran estado todos los protocolos aprobados y en regla”. Sin embargo, en su intervención nunca recordó que este documento no registraba ninguna actualización desde 2015, ni que la propia empresa identificó al terminal 2 como una zona de riesgo.

Deterioro ambiental

Además de los altos niveles de crudo en el mar identificados por Imarpe, el documento también indica que los valores son dañinos para el ecosistema marino por el hecho de poder “causar intoxicación y muerte en los organismos que se desarrollan en esta zona” y también representan un “riesgo altamente significativo” para la “biota marina”, es decir, las especies de plantas, animales y otras que habitan en el mar.

El coordinador del Laboratorio de Biología Marina de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Yuri Hooker Mantilla, indicó que al analizar el impacto del derrame no se debe perder de vista a los organismos invertebrados que también se encuentran en el mar debido a que se pueden identificar las toxinas en sus cuerpos para un posterior monitoreo en la reducción de los niveles de hidrocarburos.

“Si en la selva o mar toman muestras del fondo va a tener toxinas de hidrocarburos. El hecho de que no se vea sucio no implica que el mar esté limpio porque los contaminantes se unen debajo del agua y se acumulan en organismos que mantienen estas toxinas vigentes”, señaló y agregó que la remediación dentro del mar puede tardar años y que en casos de derrames menores las huellas de petróleo desaparecen en al menos una década.

Una de las especies más afectadas han sido las aves que sobrevolaban y se alimentaban de peces que cazaban en las peñas de las playas Cavero y otras de Ancón. “El contacto directo del ave con el petróleo durante sus actividades compromete la calidad de la permeabilidad de las plumas, lo cual les restringe permanecer en este medio (...) lo que también inhibe su capacidad de vuelo. Además, a largo plazo la ingestión e inhalación de este hidrocarburo traerá la muerte por envenenamiento”, explica Imarpe en los puntos de su informe vinculados a la afectación de la fauna.

Hasta el 7 de febrero el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) identificó a más de 950 aves cubiertas de petróleo en áreas naturales protegidas. Entre las especies se encuentran el cormorán, guanay, pelícanos, gaviota peruana y pingüino de Humboldt. El Sernanp también reportó más de 190 aves muertas como consecuencia del derrame. Los cálculos oficiales estiman que hay 180.000 aves expuestas a la contaminación, solo en las islas e islotes.

El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) reportó al 9 de febrero el rescate de 233 aves que fueron trasladadas para su recuperación al zoológico Parque de las Leyendas, sin embargo, como consecuencia de los niveles de crudo en su organismo, se reportó en los últimos días que, por lo menos, han fallecido la mitad de las aves tratadas en este centro.

Desde que inició el derrame, han sido afectadas 21 playas y dos áreas naturales protegidas: la zona reservada de Ancón y la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras (Rnsiipg).

El biólogo y representante regional del Sustainable Ocean Alliance (SOA), Daniel Cáceres Bartra, aseguró que entre las consecuencias generales del desastre se tendrá un bajo poblamiento de peces, que tendrán irritación en sus escamas por los componentes tóxicos del petróleo y en los próximos años podrán ser más pequeños.

Cáceres Bartra plantea que se consideren “análisis bioquímicos en conchas y caracoles”, así como la medición del impacto no solo ambiental, sino también en los servicios que brinda el mar a la población como ser un espacio de esparcimiento y recreación que al estar con crudo se verán afectados.

Monitoreo futuro

La limpieza del petróleo en la superficie marina y las supervisiones que se encuentran realizando diferentes instituciones del Estado representan los primeros pasos para la remediación de los ecosistemas afectados. De acuerdo a los especialistas entrevistados, la evaluación constante y la coordinación interdisciplinaria permitirán monitorear el trabajo que realiza en campo la empresa.

Además de los aspectos técnicos que pueda tener una supervisión continúa, Diego Saavedra, especialista del programa de gobernanza y gestión ambiental de la ONG Derecho Ambiente y Recursos Naturales (DAR), considera prioritario que se difunda de forma pública las medidas que está realizando el Estado frente al desastre.

“Es necesario que la población y afectados conozcan, por ejemplo, cuáles van a ser los plazos [aprobados a Repsol para la remediación] porque seguro tomará años una acción correctiva. Hoy, más allá de las notas de prensa, no se sabe cuáles son las acciones específicas de remediación. No se tiene un avance gradual”, comentó.

En los próximos meses, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) tendrá la responsabilidad de seguir el cumplimiento de los compromisos de Repsol respecto a la remediación del derrame. De acuerdo al avance y evaluación de este proceso, según le informó a OjoPúblico, el OEFA podrá realizar visitas inopinadas y priorizará el trabajo en campo sin importar que La Pampilla no figure entre las empresas incluidas en el Plan Anual de Fiscalización Ambiental (Planefa), un instrumento que le permite a este organismo supervisor planificar sus actividades.

El biólogo marino Daniel Cáceres Bartra recordó que el derrame ha generado efectos indirectos como el impacto de vehículos motorizados y camiones sobre la arena y por ello sería necesario evaluar el cierre temporal de las playas afectadas al público, al menos por la temporada de verano. “[En la etapa de limpieza] se han atropellado cangrejos, varios peces han muerto y las aves marinas se han retirado. Después de la limpieza debería haber un tiempo más para que vuelvan las especies afectadas”, dijo.

En medio del trabajo pendiente, principalmente en los mares de Ventanilla y Ancón, la crisis política se agudizó en los últimos días y desde que inició el derrame han juramentado tres ministros del Ambiente. El último ha sido Modesto Montoya, físico nuclear y exasesor presidencial en temas científicos, quien, en su primera intervención en el Consejo de Ministros del último 9 de febrero, no brindó una medida concreta sobre lo que su sector realizará en los próximos días para la atención del derrame que ha ocasionado el mayor desastre ecológico de la costa peruana. https://ojo-publico.com/

 


HIDROREGIONES PERÚ

Conflictos sociales: el pasivo que el Estado no logra remediar

En la provincia de Chumbivilcas, en el Cusco, la esperanza se convirtió en indignación. Y así lo dejan ver con claridad los habitantes del distrito de Ccapacmarca, que hace más de dos semanas mantienen bloqueado el denominado Corredor Minero del Sur como medida de protesta contra un gobierno que sienten que no los escucha.

"Hemos solicitado su presencia [al presidente Pedro Castillo] con sus ministros, pero nunca ha venido acá a querer dar solución. Por lo tanto, nosotros seguimos en pie de lucha. También estamos en espera del nuevo gabinete. Tenemos conocimiento. Por ende, vamos a esperar en pie de lucha", afirmó en una radio local César Pastor, presidente del Comité de Lucha de las Comunidades Campesinas de Ccapacmarca.

Protestan contra la recategorización de su principal vía comunal en una nacional -por parte del Ministerio de Transportes- y exigen ser declarados como zona de influencia directa de la empresa minera MMG Las Bambas.

Esta controversia eso solo uno de los cientos de conflictos sociales que persisten en el país y que no alcanzan una solución efectiva y permanente, tal como lo reporta la Defensoría del Pueblo en su informe N.º 187-2021 “Conflictos sociales y cumplimiento de acuerdos”, recientemente aprobado el último 10 de enero.

En el estudio, la entidad defensorial señala con claridad que el continuidad y vigencia de cada proceso de diálogo sigue siendo imprevisible. Su producto principal, los acuerdos, despiertan preocupación por la forma cómo se construyen y, especialmente, por la falta de seguridad respecto de su cumplimiento.

“La Defensoría del Pueblo sostiene que el incumplimiento de acuerdos debilita los espacios de diálogo, afecta la legitimidad de las entidades estatales, deteriora las relaciones de confianza entre Estado y ciudadanos o profundiza la desconfianza, y abre las puertas al reinicio de acciones colectivas de protesta que podrían intensificarse a partir de la frustración experimentada”, se concluye la entidad estatal.

Panorama

Rolando Luque, adjunto para la Prevención de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo, precisó a Convoca.pe que durante el 2021 se registraron 55 nuevos casos de conflictos sociales y solo 13 fueron resueltos. Asimismo, en el 2020, se dio cuenta de 34 de estos eventos, de los cuales 8 llegaron a buen puerto.

“Es una situación realmente preocupante y que nos lleva a revisar los procedimientos, mecanismos, forma en que está organizado el Estado para enfrentar a la conflictividad social”, comentó a este portal.

Pero el tema va más allá. Tras analizar 4,258 acuerdos que constan en 774 actas, correspondientes a 29 procesos de diálogo desarrollados entre el 2012 y 2019, la Defensoría del Pueblo destacó ciertos hallazgos. Por ejemplo, que el 72.5% de los acuerdos alcanzados en las mesas de diálogo fue asumido por el Estado, en tanto que un 19% por las empresas. El 14.4% restante, por la sociedad.

Y a partir de este punto las cifras toman un matiz preocupante. La entidad defensorial detectó que el 76.5% de acuerdos asumidos por el Estado es responsabilidad del gobierno nacional. Sin embargo, en el 87% de acuerdos no se encargó a una entidad o comisión la responsabilidad de hacer seguimiento.

Además, en la muestra trabajada, se comprobó que el 55% de las actas de acuerdos no evidenció contar con agenda de reunión y que en el 87% de los acuerdos analizados no se encargó a una entidad o comisión la responsabilidad de hacer seguimiento.

Lo que es peor, el 55% de las actas no contaba con agenda de reunión, en tanto que en el 57.7% de los acuerdos alcanzados en las mesas de diálogo no se precisó un plazo de cumplimiento.

“Este es un error frecuente e insalvable, que deja abierto el acuerdo a la disponibilidad o decisión del actor llamado a cumplir. Si nos ponemos un poco suspicaces, no sería extraño que de una manera deliberada se omita poner plazos, justamente, para tener un margen de acción mayor de parte del Estado o de la empresa, o simplemente para que el acuerdo con esta imperfección quede mal formulado. Es decir, cuando no hay un plazo, es muy difícil exigir el cumplimiento y el acuerdo se debilita”, explicó el experto en conflictos sociales de la Defensoría.

De otro lado, el informe defensorial Nº 187-2021 señala además que los costos -institucionales, económicos, personales- originados en el incumplimiento de los acuerdos son altos y, por ello, el Estado debe tener reglas claras para su participación en los procesos de diálogo, especialmente al momento de adquirir compromisos. Además, debe contar con una estrategia de cumplimiento incorporada a la gestión pública y con procedimientos de seguimiento interno, ágiles y transparentes, y en contacto frecuente con los actores participantes en los espacios de diálogo.

“El nivel de cumplimiento de acuerdos revela que el Estado no ha sido lo suficientemente prolijo y precavido a la hora de adquirir compromisos. Siempre que una entidad pública se comprometa a algo debe verificar si cuenta con recursos, si los acuerdos están dentro de la ley, si se enmarca en las políticas públicas previamente definidas, y si los plazos de cumplimiento son razonables. Hoy existe un considerable número de acuerdos pendientes de cumplir, muchos de ellos heredados de gobiernos anteriores”, detalla el documento elaborado por la Defensoría del Pueblo.

En este punto, Rolando Luque precisó a este medio que los incumplimientos son muy variados y dependen mucho del tipo de conflicto. “En el [plano] socioambiental hay acuerdos relacionados con compensaciones económicas, modificación a estudios de impacto ambiental, desarrollo de políticas de responsabilidad social en la zona. En otros casos, relacionados con las obligaciones del Estado, es frecuente encontrar acuerdos sobre temas de agua y saneamiento, salud, educación, infraestructura. Igualmente, en derechos laborales”, explicó.

Trasfondo

El panorama mostrado por la Defensoría del Pueblo cobra mayor sentido si se tiene en cuenta que, este viernes, los moradores de Coporaque, en Chumbivilcas, también bloquearon vía nacional, impidiendo el paso de vehículos de transporte de material que se dirigían o salían de la mina Las Bambas.

“Estamos con los representantes de las 27 comunidades originarias de Coporaque porque hoy día, 11 de febrero, el Estado se comprometió a estar presente y solucionar los problemas junto con [MMG] Las Bambas, que es irresponsable y no quiere cumplir su compromiso social y ambiental. Por eso desde hoy no hay paso”, advirtió en los medios de comunicación un dirigente comunal.

Casi en paralelo, los trabajadores de la minera Austria Duvaz, ubicada en Morococha, en Junín –que acatan una huelga desde hace más de una semana- denunciaron que sufrieron la represión de la Policía Nacional del Perú (PNP). Estos ciudadanos denunciaron que muchos de ellos fueron despedidos en un cese colectivo a inicios de año, por lo que exigen su reposición laboral.

¿Por qué los conflictos parecen agravarse en vez de resolverse?

José de Echave, economista y exviceministro de Gestión Ambiental, explicó a Concova.pe que, en algún momento, las mesas de diálogo y las actas y compromisos que se firman tienen como objetivo principal desactivar el conflicto, la movilización el bloqueo de carreteras, entre otros.

“Y eso lleva muchas veces a que muchas de las actas lleven compromisos que no son muy realistas, quizá obras que no se van a poder ejecutar, [porque] detrás no hay presupuesto suficiente y el responsable de algún sector que representa al gobierno debe hacer después gestiones para que libere recursos que de repente no están, que no forman parte del presupuesto de la Nación. Y eso hace que los compromisos no se cumplan o el avance sea muy lento”, señaló el experto en materia ambiental.

El gobernador regional de Cusco, Jean Paul Benavente, había señalado que la solución al conflicto del Corredor Minero es implementar la denominada Zona de Atención Especial (ZAE), que incluye a comunidades de la provincia de Chumbivilcas.

“Hemos pedido a los dirigentes de Ccapacmarca que suspendan su medida hasta el 17 o 20 de febrero porque aún el nuevo gabinete no ha recibido el voto de confianza, pero no lo aceptan e insisten con bloquear la vía”, señaló la autoridad regional en RPP. Sin embargo, la solución real y permanente para estos temas no es tan sencilla como parece.

Por su parte, Rolando Luque, de la Defensoría del Pueblo, resaltó que la resolución de los conflictos se dificulta por el inadecuado o nulo rastreo de los casos. “Hacer seguimiento significa saber dónde está el acuerdo, quién lo tiene, qué están haciendo con él. ¿Existe o no una matriz que me permite saber el grado de avances en cumplimiento, quién es responsable, cuándo será el cumplimiento del 100%?", señaló a este portal.

No obstante, recalcó que las actas de negociación son básicamente documentos políticos y no son exigibles en términos administrativos o judiciales. “Es un documento cuya ejecución va a depender siempre de que esa voluntad política, de cumplir compromisos, se mantenga. Y en el Perú hay gran movilidad -en los últimos cinco años- de funcionarios públicos. (…) Si bien las actas comprometen al Estado y deben ser respetadas, hay una tendencia a desconocer al acta cuando hay un cambio de ministros, viceministros”, explicó Rolando Luque.

Los habitantes de las comunidades de Chumbivilcas, que bloquearon el Corredor Minero, intentaron negociar una salida al conflicto con el exjefe de gabinete, Guido Bellido, y más recientemente con la expremier Mirtha Vásquez. Sin embargo, ahora deben esperar que las aguas políticas se calmen para saber si podrán conversar con Aníbal Torres o su sucesor.

“En cada reunión, las poblaciones ven otros rostros. Sería entendible que estuviéramos hablando de gobiernos diferentes. Pero para poner un ejemplo, en estos seis meses, las poblaciones han visto funcionarios desfilar por mesas de dialogo e incluso en un solo ámbito, en una zona como Chumbivilcas, han visto desfilar a varios funcionarios, tanto, jefes de la PCM, del ministerio de Energía y Minas y otras entidades”, señaló José de Echave. 

Echave, también responsable de programa de Incidencia e Investigación de CooperAcción, recalcó que los conflictos que vemos actualmente son de larga data y que en todas ellas hubo mesas de trabajo, espacios de intercambio y actas con muchos compromisos firmados.

“Hay un enorme porcentaje de acuerdos incumplidos y esa es la base de los futuros estallidos. Es un primer elemento que debemos preocuparnos. Tenemos actores -y el Estado es uno de ellos- que no están en actitud de cumplir los acuerdos y eso es por falta de claridad, falta de voluntad política”, apuntó.

El exviceministro también profundizó en el hecho de que la postergación de soluciones para un conflicto social afecta también la credibilidad de la población hacia el gobierno.

“El Estado finalmente debería ser un garante de los derechos de todos los peruanos, pero en este caso es visto como un actor externo, poco confiable, con poca legitimidad, que no genera confianza en las poblaciones. Es visto como un aliado de las empresas. El no cumplir afecta y agudiza esa situación de credibilidad”, comentó.

Recomendaciones

Analizado el escenario, la Defensoría del Pueblo emitió una serie de recomendaciones para que, en el futuro, los conflictos sociales puedan ser resueltos con eficacia. En concreto, la entidad defensorial recomienda a la Presidencia del Consejo de Ministros la aprobación de un decreto supremo sobre cumplimiento de acuerdos, que formalice el curso del acta de compromiso dentro de los procesos de gestión pública, que deberá ser refrendado por los ministerios.

En tanto, a los gobiernos regionales, la Defensoría propone la aprobación de ordenanzas que le asignen a las gerencias generales regionales -o la denominación que adopten- la función de coordinar y dirigir el cumplimiento de acuerdos derivados de actas para resolver conflictos sociales.

También sugiere que se asigne expresamente a las oficinas de gestión de conflictos (o las que hagan sus veces) funciones de seguimiento de acuerdos, en aquellos sectores que aún no hayan incluido esta función en sus respectivos reglamentos de organización y funciones.

Finalmente, el informe recomienda al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que asigne a la Defensoría del Pueblo “los recursos presupuestarios suficientes y específicos que permitan la implementación de la Unidad de Gestión del Cumplimiento de Acuerdos en la Adjuntía para la Prevención de Conflictos Sociales y la Gobernabilidad”.

“Los conflictos formalmente tienen una fecha de término cuando se suscribe el acta final. Luego del proceso de diálogo, las partes firman un acta final y se entiende que el conflicto ha terminado. Pero, como dije, si los acuerdos no se cumplen, el conflicto va a volver”, lamentó Rolando Luque, el encargado de la prevención de los estallidos sociales en la Defensoría del Pueblo. https://convoca.pe/

 

Arequipa: en Majes I gastan 22 millones y agricultores devuelven un millón

La oposición a Majes II -para el gerente ejecutivo de Autodema, Arturo Arroyo- tiene un trasfondo. Dice que el rechazo no necesariamente lo moviliza lo que se repite en auditorios o medios de comunicación: que la Adenda 13 es corrupción o que el modelo agroexportador solo beneficiará a unas cuantas empresas.

Hay agroexportadores y acopiadores, interesados en bajarle la llanta por la mano de obra. Algo similar ocurrió en Tía María. En el valle de Tambo, el cuestionamiento ambiental al proyecto minero no era lo único. También se instaló el temor de los agricultores por la escasez y encarecimiento del jornal. La mina iba a acaparar a los trabajadores.

Arroyo identifica a los acopiadores de Majes I en la oposición. Son intermediarios que compran la producción en chacra y que necesitan mano de obra barata para las cosechas. Con agroexportadoras en Majes II que ofrecerán sueldos formales tendrán que competir y eso no les conviene. “Son intereses mezquinos, piensan en ellos, no en Arequipa”, afirma Arroyo.

Ese interés ha sintonizado con la posición de los consejeros regionales Elmer Pinto, Edy Medina y un grupo de profesionales reacios a la reactivación del proyecto con la firma de la Adenda 13. Este procedimiento está entrampado en el Consejo Regional. Han pasado casi 40 días y Pinto no presenta el dictamen para discutirlo en el pleno.

Repiten en foros varias mentiras, según el gerente de Autodema. Por ejemplo, el encarecimiento del precio del agua en El Pedregal. Que el minifundio es rentable.

Daño al ambiente

En una extensa conversación con La República, Arroyo aceptó que la irrigación Majes I fracasó. Es agricultura de subsistencia que causó un enorme daño al medio ambiente, afirma.

El riego por inundación provocó la formación de 2 represas en el subsuelo, “en 30 o 40 años habrá afloramientos en toda la pampa. Como el agua no les cuesta nada, la derrochan”, dice.

Decir que Majes I es rentable no es preciso, reitera Arroyo contradiciendo la visión del consejero Pinto. “Si fuese así no subsidiaríamos la tarifa de agua para el mantenimiento de la infraestructura mayor de Majes I. Como gobierno regional, gastamos en operar 22 millones de soles, dinero de todos los peruanos. La junta usuarios, apenas nos devuelve un millón de soles. Si fuesen tarifas realistas la represa de Condoroma, los túneles y canales estarían en óptimas condiciones”, revela.

El funcionario precisa que la oportunidad de poner a punto la infraestructura de riego es con la reactivación de Majes II. Ambas irrigaciones utilizarán el mismo sistema de conducción. “Si no sale Majes II ya no será prioridad arreglar esa infraestructura. Los agricultores de Majes deben ser los más interesados en que salga Majes II. Sino sale a nadie le va interesar reparar eso”, dice.

Las tierras

¿Majes es una oportunidad de desarrollo? Arroyo piensa que sí. Hay una gran demanda por tierras para la agroexportación, afirma. Perú lidera la producción mundial de arándanos y paltas. El ciruelo también es otra oportunidad. En Chavimochic, el valor de una hectárea sobrepasa los 20.000 dólares por qué en Majes no podría venderse a 10.000 hectáreas.

-Hay especialistas que sostienen que además de la adenda 13 se viene una actualización de costos y el proyecto encarecerá a 800 millones dólares.

Recién nos hemos puesto de acuerdo en la inversión de los 104 millones. No creo que haya otra actualización. Son especulaciones.

También se pone en duda la capacidad constructora de Cobra.

Según el contrato el socio que acredita experiencia es Cobra y no se podía retirar. En cambio, COSAPI podía retirarse y lo hizo.

Usted cree que se va aprobar la Adenda 13

Conversamos con la mayoría de consejeros y ellos están de acuerdo. Solo dos se oponen y más responden a intereses personales (...) Si el proyecto se cae demorará 5 o 8 años en replantearse.

Las críticas a la concesionaria

La concesionaria envió dos cartas para hacer caducar el contrato de Majes. Los españoles plantearon trato directo, intentar arreglar la controversia vía la conciliación, antes de ingresar al arbitraje. Sin embargo, para el GRA todavía no se entró a esa etapa, la mayoría de las cuatro razones para hacer caducar el contrato fueron absueltas: la compra de terrenos para obras, la elaboración del instrumento ambiental de Condoroma para reparar el aliviadero de la represa. Según Arroyo, no le competía a la gestión regional hacer este este estudio, pero las gestiones anteriores lo aceptaron. La posición debió ser, que ese era tarea de concesionario, no del GRA. Desde la perspectiva de Arroyo, la concesionaria se apresura. (vea nota completa en larepublica.pe/regionsur/)

Arguye como caducidad, la falta de Garantías Soberanas, aval financiero que debe otorgar el Estado para que ellos puedan recuperar su inversión (RPI), sin embargo, ese requisito se exige cuando entregue las obras. En el contrato no está fijado cuando se debe cumplir con esa obligación. Majes es una APP, Cobra recupera su inversión con las tarifas de agua, 30 millones de dólares al año, de tal forma que si no se llega a ese monto se echa mano de la garantía.

Arroyo dice que no están obligados a firmar la adenda 13, sin embargo, advierte que si ello no se produce el concesionario se retirará de la operación. No hay forma que vuelva a aceptar el diseño original de canales abiertos. “¿Han esperado casi cuatro años, han hecho gestiones juntos con el GRA para la adenda 13 y después les dices que no? Por eso ya presentaron su carta de caducidad. https://larepublica.pe/

 


Talara: Fiscalía investiga contaminación del medio ambiente en Máncora

La contaminación ambiental con aguas servidas es un antiguo conflicto que por años ha mantenido en alerta a los pobladores de la provincia de Talara. Esta investigación es la resultante de las constantes denuncias hechas por los vecinos de los diferentes distritos de esta provincia por el vertimiento de aguas residuales.

Por afloramiento de aguas de desagües en la zona urbana de este distrito turístico, la Fiscalía de Medio Ambiente con sede en la ciudad de Sullana, ha aperturado investigación por presunta responsabilidad de la Empresa Prestadora de Servicios – EPS Grau.

La investigación, dirigida por el fiscal Néstor Sosa Carillo y contenida en la Carpeta Fiscal N° 25-2022, señala que las aguas residuales han generado un problema de trasmisión de enfermedades infecciosas y respiratorias. Por ello, se consideró instaurar una investigación preliminar contra Empresa de Servicios de Saneamiento EPS Grau.

Para constatar la denuncia de los pobladores, los representantes del Ministerio Público se apersonaron hasta la poza de aguas residuales, que invadió las calles Girasoles, Cocales, Arequipa y Villasol, donde habían generado vectores como mosquitos, sapos, roedores, entre otros.

Los vecinos de este sector, como la ciudadana Paula Caruso, manifiestan que todo empezó a mediados de diciembre de 2021, cuando la bomba, que se encargaba de extraer las aguas residuales en la zona, se malogró. Muchos vecinos empezaron a ver sus desagües colapsados. Fue así que se generó una poza de desechos en medio de la zona urbana de Máncora.

Sin embargo, asevera que, tras más de un mes de reclamos, el 21 de enero de 2022 la empresa prestadora del servicio de agua limpió el área y se comprometió a reparar la bomba; sin embargo, indica que el problema no ha sido resuelto y temen por sus condiciones de salubridad. https://www.elregionalpiura.com.pe/

 


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