19/5/20

HIDROBOLETÍN FENTAP 3475: PERÚ – La Libertad. Usuarios de Sedalib reclaman por elevadas tarifas de consumo de agua. Pobladores señalan que aumentos son excesivos, mientras que gerente de empresa justifica que hay mayor consumo de agua de familias en la cuarentena


Martes, 19 de mayo de 2020 – Año XIV – Edición 3475 – http://hidroboletinfentap.blogspot.pe
HIDROBOLETÍN FENTAP

La FENTAP informa:
·        BRASIL - Encierro por pandemia ha descontaminado emblemática bahía de Río de Janeiro
·        MUNDO - La OMS avisa de los riesgos del estancamiento de agua en edificios cerrados por la Covid-19
·        COLOMBIA - Los retos en protección del medio ambiente. ¿Cómo lograr un uso más responsable de nuestros recursos? La respuesta no es sencilla, sobre todo cuando los países basan buena parte de su economía en la producción industrial y la explotación de recursos naturales.   
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Usuarios de Sedalib reclaman por elevadas tarifas de consumo de agua
Pobladores señalan que aumentos son excesivos, mientras que gerente de empresa justifica que hay mayor consumo de agua de familias en la cuarentena   

La Covid-19 obligó a que la población se quede en casa cumpliendo la cuarentena, muchos perdieron trabajos y la economía de estas personas entró en crisis. A todo ello se suma ahora el no saber cómo pagar el consumo elevado de sus servicios básicos, como el agua.

En los últimos días en Trujillo, han llegado los recibos de la empresa Sedalib y tras observar el monto a cancelar, muchos usuarios vienen reclamando mediante las redes sociales.

Un poblador del barrio Chicago dijo que de pagar 76.60 soles, este mes le ha venido 934.75 soles. Mientras que el recibo de otro usuario está en 3337 soles, triplicando lo que debe pagar. En la Urb. Las Casuarinas un ciudadano denunció que este mes le salió 260 soles y que normalmente pagaba 65 soles.

¿Qué pasó con la facturación?

Tras estas denuncias La República se contactó con el gerente de Sedalib, Eloy Diaz Ríos, quien señaló que ello se debe al cambio de rango que ha tenido el consumo domiciliario por la alta demanda, pero ya están solicitando que se revierta el cobro ante el ente regulador Sunass.

“Estos cobros excesivos estaban previstos por el alto consumo que se viene dando en la cuarentena, donde se han cambiado muchos hábitos en función al uso, sobre todo en la limpieza; pero además al estar toda la familia en el hogar aumenta el consumo del agua”, expresó.

Luego explicó que el usuario normal de una tarifa de domicilio ha pasado a otros rangos como el comercial, por el uso mismo elevado del servicio.

“Nosotros hemos pedido a la Sunass que nos permita revertir este cobro, porque somos conscientes que antes al usuario domiciliario se le cobraba el rango 1, y conforme ha elevado el consumo han llegado al rango 2 y 3 donde la tarifa es mayor por metro cúbico. Estamos a la espera que el ente regular nos permita hacer esta reversión en el cobro. Igual nosotros estamos tomando decisiones para dar solución a estos reclamos”, detalló. https://larepublica.pe/


HIDROMUNDO

Encierro por pandemia ha descontaminado emblemática bahía de Río de Janeiro

En Río de Janeiro las tortugas vuelven a nadar a sus anchas gracias a que el Covid-19 obligó a los cariocas a encerrarse, lo que ayudó a descontaminar las aguas de la icónica bahía de Guanabara y de playas que por años permanecieron turbias en la ciudad más emblemática de Brasil.

Desde que comenzó a implementarse el confinamiento social en la “cidade maravilhosa”, lugares que antes eran foco de alta polución marina, como la bahía de Guanabara, que baña las playas de la zona norte de Río de Janeiro, o las playas de Botafogo y Flamengo, tienen hoy sus aguas más cristalinas.

En la bahía de Guanabara ya se pueden ver peces y tortugas nadar bajo sus aguas, ahora cristalinas por la disminución del número de embarcaciones navegando a causa de la pandemia.

Según la Capitanía de Puertos, Guanabara recibía mensualmente cerca de 250 embarcaciones de mediano o gran porte.

La bahía, una de las más importantes de Brasil, durante años ha agonizado con el tema de la contaminación, que, además de provenir de las embarcaciones, es causada por aguas residuales domésticas e industriales y por la falta de compromiso de las autoridades gubernamentales, que durante años han prometido limpiar sus aguas sin resultados visibles hasta ahora.

Lo mismo ocurre por esta época en la playa de Botafogo, sede del Club de Yates de Río y una de las más contaminadas de la ciudad, que tenía un panorama completamente diferente este lunes.

En lugar de las aguas turbias que la caracterizan, el mar cristalino de hoy permitía ver la arena en el fondo e incluso a las tortugas nadando a sus anchas y disfrutando del nuevo paisaje marino, según constató Efe.

Aunque todavía se puede ver basura flotando en las aguas, la contaminación que deja el combustible de las embarcaciones -y los continuos escapes del carburante- ha bajado sustancialmente con la caída del tráfico marítimo tanto en la bahía como en la playa de Botafogo. https://www.biobiochile.cl/


La OMS avisa de los riesgos del estancamiento de agua en edificios cerrados por la Covid-19

El consultor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la preparación de la Guía 'Operational considerations for COVID-19 management in the accommodation sector', del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y de la Unión Europea en cuestiones relacionados con higiene del agua y prevención de la legionelosis, Sebastián Crespi, ha avisado de los riesgos del estancamiento de agua en edificios cerrados durante la pandemia por el COVID-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus.

"La estanqueidad puede provocar alteraciones importantes de la calidad química y microbiológica del agua, con la aparición de riesgos potencialmente importantes para la salud pública que pueden incluir la presencia de patógenos como la 'legionella pneumophila'. La reapertura adecuada de los edificios que han permanecido cerrados en los últimos dos meses va a ser muy importante para minimizar estos riesgos", ha dicho durante el encuentro virtual 'Higiene del agua, climatización y saneamiento en tiempos del COVID-19: problemas sobre problemas', organizado por la Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA) y patrocinado por Pall Medical.

Y es que, tal y como ha comentado, se sabe que los pacientes con COVID-19 presentan con relativa frecuencia coinfecciones que están, a su vez, muy relacionadas con incrementos de mortalidad. "En las coinfecciones de origen hídrico, causadas por microorganismos oportunistas como 'legionella', 'pseudomonas' o micobacterias no tuberculosas, el objetivo es asegurar que la calidad de agua que le pueda llegar al paciente sea óptima, microbiológicamente hablando", ha añadido el experto.

Los hospitales están más acostumbrados a tener barreras de control reforzadas y adecuadas para esta prevención como, por ejemplo, cloración, filtración en punto final de uso en grifos y duchas. Sin embargo, pero para los hoteles y para las residencias podría tratarse de una situación "totalmente nueva".

Por ello, durante el encuentro se ha destacado la necesidad, para prevenir las coinfecciones en pacientes con COVID-19 en hospitales, hoteles medicalizados y otros centros sociosanitarios, como residencias geriátricas, de contar con un plan preventivo implantado que contemple, "como mínimo" criterios de distanciamiento físico, buenas prácticas higiénicas y planes de limpieza y desinfección reforzados, acompañados de plan formativo para el personal, uno de comunicación a los usuarios y un plan de gestión de incidencias.

Lo mismo se deberá implantaría en industrias, polideportivos, centros de ocio, gimnasios y equipamientos diversos dado que, además pueden contar con torres de refrigeración, sistemas de filtración y descalcificadores, que van a requerir de un plan de reapertura.

"Las condiciones ambientales que se dan en el verano, en concreto de temperaturas más altas, humedad relativa más baja, radiación solar y, sobre todo, la radiación UV más alta, pueden ser elementos amortiguadores de la capacidad de supervivencia del virus e, incluso, de su inactivación. Ese conjunto de variables, actúan como auténticos viricidas, por lo que quizá se pueda disfrutar, tanto de la playa como de las piscinas, eso sí definiendo las distancias sociales, estableciendo aforos compatibles o aplicarse en las manos geles hidroalcohólicos, así como cualquier otra pauta que puedan establecer las autoridades de salud pública", ha zanjado el experto de SESA y Profesor de Salud Pública de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid, José Mª Ordoñez. https://www.iagua.es/

OMS avisa riesgos estancamiento agua edificios cerrados Covid-19

Los retos en protección del medio ambiente

En medio de la pandemia por el coronavirus han aumentado los llamados desde distintos sectores, de expertos y de la misma naturaleza sobre la necesidad de cambiar la manera de relacionarnos con el entorno: altas temperaturas, deshielo de los glaciares, aumento del nivel del mar, acidificación de los océanos, cambio en los ecosistemas, incremento de fenómenos meteorológicos y de la concentración de CO2 son evidencias del cambio climático.

Curiosamente, la humanidad había pasado por alto muchas señales y pese a los resultados científicos, mandatarios como Donald Trump, a través de sus mensajes en redes sociales como Twitter, aún ponen en duda la existencia del cambio climático. Son los mismos que ahora le restan importancia a la pandemia del nuevo coronavirus que ya contagió a más de 1,5 millones de personas en Estados Unidos. El COVID-19 obligó al mundo a cerrar de manera temporal terminales aéreas, terrestres y marítimas, y apagar máquinas industriales; paralizó a una sociedad que no dormía.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el COVID-19 es una enfermedad infecciosa “causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente”. Se refleja en síntomas como fiebre, tos seca, congestión nasal, dificultad para respirar, entre otros malestares. El nuevo coronavirus salió a la luz en Wuhan (China) en diciembre de 2019. En menos de lo que la gente imaginó se propagó en el mundo. A Colombia llegó tres meses después, el 6 de marzo de 2020, vino en el cuerpo de una viajera procedente de Milán (Italia). En ese contexto, el coronavirus es un mal que se suma a otros que llevan bastante rato causando estragos en Colombia. A varias enfermedades, sí, pero también a comportamientos depredadores del medioambiente, a la tala indiscriminada, a los abusos contra los ríos, entre otros.

Problemáticas como el aumento de fenómenos meteorológicos, las altas temperaturas, el aumento del nivel del mar y de la acidez de los océanos son atizadas por el comportamiento humano. Un ejemplo concreto en Colombia es la relación entre la deforestación y la pérdida de hábitat de flora y fauna o, en últimas, la pérdida de biodiversidad. ¿Cómo lograr un uso más responsable de nuestros recursos? La respuesta no es sencilla, sobre todo cuando los países basan buena parte de su economía en la producción industrial y la explotación de recursos naturales. Por eso los debates sobre temas ambientales llegan a manera de crisis y son vistos por algunos sectores como amenazas para el motor de la economía. No importa si el tema del momento es la relación de las industrias con la calidad del aire en las grandes ciudades, la alteración del cauce de los ríos para hacer hidroeléctricas, las alternativas para la extracción de petróleo o, como ahora, los estragos del coronavirus.

Problemas en cadena

Bogotá, con 7,2 millones de habitantes, es la ciudad más poblada de Colombia y hoy registra el número de contagios más alto de COVID-19 en el país. Pero sus habitantes también deben lidiar con enfermedades respiratorias por causa de la acumulación de CO2 en el aire, generados por la industria, los más de 2 millones de vehículos y los incendios forestales en las otras regiones.

Con el aislamiento obligatorio por el coronavirus, la calidad del aire en Bogotá mejoró por un par de días, pero los incendios forestales en la región Caribe, la Amazonia y la Orinoquia no han permitido grandes avances.

De acuerdo con los monitoreos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), la principal causa de incendios forestales en Amazonas es la invasión del hombre que busca adaptar terrenos para actividades agrícolas. Asimismo, en la región Caribe la quema se da por las altas temperaturas y la caza de animales, como la hicotea. En la Orinoquia las conflagraciones son resultado del período seco y por la “caza, pesca y renovación de pastizales”.

En 2019, las llamas acabaron con 2,5 millones de hectáreas de bosques en la Amazonia brasileña, desplazando la fauna silvestre y poniendo en riesgo la vida de más de 300 comunidades indígenas de la cuenca amazónica, que se conforma por Brasil, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Guyana y Surinam. En Colombia, la deforestación consumió aproximadamente 200 mil hectáreas de bosques en 2018. Sin embargo, según el ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, en el último trimestre de 2019, en la región amazónica, la deforestación en departamentos como Guaviare, Caquetá y Meta se redujo en cerca del 50 % con relación al mismo período de 2018.

El Amazonas colombiano es una región que ha sido afectada por cultivos ilegales, deforestación, conflicto armado, abandono estatal y violación de los derechos a los indígenas. Esa misma zona es ahora una de las más afectadas por el coronavirus; en un mes es el departamento con más contagios por cada 10 mil habitantes. El personal de salud no cuenta con elementos sanitarios para hacerle frente a la pandemia. Por esa razón, en abril renunciaron 30 médicos generales y especialistas del hospital San Rafael de Leticia, el único público en ese lugar. Algo similar sucede en Pueblo Viejo (Magdalena), donde hay más de 50 casos de coronavirus. La pandemia los cogió con falta de acceso a agua potable, necesaria para garantizar el lavado de manos. Aunado a eso, en la jurisdicción de ese municipio queda Trojas de Cataca, un pueblo palafito víctima de desplazamiento forzado que hoy padece por la falta de oxígeno de la Ciénaga Grande de Santa Marta, resultado del desvío del cauce de los ríos Fundación y Aracataca para regar cultivos de palma.

“Los ríos están muertos y no le dan vida a la ciénaga. Esta población se compone de pescadores y si la ciénaga se nos acaba, ¿de qué podemos vivir? Nos tocará retornar y no va a ser por la violencia sino por el hambre”, cuenta Dora, líder de la comunidad, quien vive allí desde hace 61 años, solo salió en 2000 cuando los paramilitares la obligaron a desplazarse. “Mucha gente se ha ido de Trojas de Cataca porque las canoas ya no pueden navegar debido al lodo. Los niños empezaron a enfermar por las condiciones de salubridad y las familias han emigrado a los pueblos de la carretera”, cuenta Sandra Vilardy, docente de la Universidad de los Andes con doctorado en ecología y medioambiente.

Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), han alertado e insistido en que el deterioro de los ecosistemas, desde la pérdida y la modificación de los hábitats y el desarrollo agrícola, sumado a la sobreexplotación de las especies, aumenta el riesgo de pandemias causadas por enfermedades de animales. Para el epidemiólogo Camilo Prieto, vocero del Movimiento Ambiental Colombiano, la deforestación ambiental desplaza la fauna silvestre y la expone a los traficantes de animales. “Cuando viene fauna silvestre con la cual no hemos tenido relación estamos expuestos a otro tipo de patógenos, que pueden generar enfermedades o no”.

De acuerdo con algunos expertos, es claro que para que el planeta pueda recuperarse de la pandemia debe estar en mejores condiciones: “Los gobiernos no deben dejar de un lado los objetivos, como la protección ambiental, las poblaciones vulnerables y los adultos mayores. El reto es seguir mostrando, en los próximos años, avances en el cumplimiento de la agenda 2030”, explica Lina Muñoz, directora de la maestría en gestión ambiental de la Universidad del Rosario. https://www.elespectador.com/


“Defender el Agua es Defender la Vida”
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