16/3/22

HIDROBOLETÍN FENTAP 3927: PERÚ - Cusco: vecinos denuncian corte de agua y SedaCusco informó que tubería está obstruida. De acuerdo a la empresa prestadora del servicio, un elemento extraño no permite el normal fluido del agua, por lo que el servicio fue restringido

 Miércoles, 16 de marzo de 2022 – Año XV – Edición 3927 – http://hidroboletinfentap.blogspot.pe

 

Cusco: vecinos denuncian corte de agua y SedaCusco informó que tubería está obstruida

De acuerdo a la empresa prestadora del servicio, un elemento extraño no permite el normal fluido del agua, por lo que el servicio fue restringido

Vecinos de la calle Nueva Alta y la cuesta de Santa Ana en Cusco denunciaron que desde esta madrugada no cuentan con agua potable en sus viviendas.

“Mi hija se fue a su trabajo sin lavarse, ni tomar desayuno”, comentó una madre de familia de la zona, evidenciado su preocupación dado que este tipo de cortes no son usuales en la ciudad del Cusco.

Restaurantes, tiendas de abarrotes y pequeños negocios son los más afectados debido a que no tienen tanques de agua. Al cierre de este informe, la interrupción del servicio continuaba.

La República buscó información de los representantes de la empresa SedaCusco, confirmando un bloqueo de la válvula de Santa Ana. Precisaron que el corte se produjo a causa de un “elemento extraño” y que en el transcurso del día se estaría restableciendo el servicio de agua potable. https://larepublica.pe/

 


HIDROREGIONES PERÚ

Pesca en Piura: Embarcaciones artesanales informales ponen en riesgo biodiversidad del mar de Paita

En la provincia de Paita, departamento de Piura, circulan alrededor de tres mil embarcaciones dedicadas a la pesca de anchoveta, perico, arrastre y otras especies. Sin embargo, el 50% de estas no tienen sus documentos en regla, sobre todo, no cuentan con el zarpe, un permiso necesario para salir al mar, según el capitán del puerto de Paita, Eduardo Atkis. La misma fuente indica que el 20% de las embarcaciones que navegan las aguas de Paita no están formalizadas y esta marginalidad, incluso, ha provocado, en enero de este año, la muerte de un tripulante de apenas 15 años. Atkis lo explica así.

“Bastantes casos se ven de embarcaciones que salen sin zarpe. El zarpe es un documento con el que yo le otorgo el permiso a la embarcación para que salga a realizar sus operaciones ya sea faenas de pesca u otro tipo de operaciones. En el zarpe consignan el rol de tripulación y los documentos que la embarcación debe tener. Ahí nosotros verificamos que la embarcación esté al día con sus documentos”, dijo a RPP Noticias.

INVESTIGACIONES PENALES

La pesca ilegal es un pan de cada día en el mar piurano. La Fiscalía de Medio Ambiente de esta región realiza más de cien investigaciones al año por pesca y tráfico ilegal de especies acuáticas en la costa de Paita y Sechura, según la fiscal Silvia Rumiche Rochabrún.

Lo que más se trafica es: pulpo, conchas de abanicos, palabritas, molusco, pico de pato, caballa y cabrilla. Incluso, en ocasiones se han decomisado troncos de tiburón, explica Rumiche.

“Más o menos 114 investigaciones, de las cuales 42 son por el delito de extracción ilegal de especies acuáticas y 72 son por el delito de tráfico ilegal. Puede ser tanto por aparejos prohibidos o artes de pesca prohibidos o por no contar con los permisos de pesca. En el año 2020 igualmente hubo varias investigaciones por el tema de trafico de tronco de tiburón: 8834 kilogramos, aproximadamente 255 troncos de tiburón, son especies que se encontraban protegidas por la legislación nacional", precisó.

Edwin Houghton, presidente de la Asociación de Armadores Pesqueros Artesanales del Mar de Paita, la cual cuenta con 89 socios y 312 embarcaciones, señala que el Estado no les brinda facilidades para continuar con su proceso de formalidad por la inestabilidad en los cargos ministeriales y regionales en el sector Producción.

“Cada dos meses o tres meses nos cambian de ministros. Venimos con más de una docena de ministros desde el 2018 hasta la actualidad y hasta ahora no han podido formalizar este sector. Entonces, directores, o sea las DIREPRO, es lo mismo. Creo que lo máximo que dura un director de DIREPRO es dos meses. Y luego se cambia de director”, añadió.

ESPECIES EN PELIGRO

En Talara el panorama es similar. La informalidad ha generado que muchas especies vayan desapareciendo en el transcurso del tiempo e incluso, muchas están en peligro de extinción como: la caballa, la cachema y la merluza. Más de 2500 pescadores formales y 350 embarcaciones que cuentan con sus documentos en regla se perjudican, según el presidente de Gremio de Pescadores Artesanales del Puerto de San Pedro Talara – José Panta Ramírez.

“Hace cinco años estábamos pescando por los menos cincuenta kilos, sesenta kilos de pesca cada embarcación, pero ahora ya no está eso. Ahora, por la depredación que estas embarcaciones invadieron acá en el norte, ahora en estos momentos estamos por lo menos en veinte kilos, quince kilos, diez kilos. O sea, ha disminuido, un 60% de lo que pescábamos”, señaló.

Aunque más de 400 lanchas en la caleta de La Tortuga, en Paita, cuentan con los requisitos de pesca y pese a que han pasado cuatro o cinco años de trámites, aún no logran formalizarse por la desatención del gobierno, según Manuel Purizaca Querevalú, gerente de la Cooperativa Pesquera Jehová Es Mi Pastor. Hay deudas pendientes con el mar del norte. https://rpp.pe/

 


Sunass implementa plataforma de atención al usuario con enfoque intercultural bilingüe en quechua

Como parte de las actividades por el Día Mundial de los Derechos del Consumidor, la Superintendencia Nacional de los Servicios de Saneamiento (Sunass) puso a disposición de las y los usuarios de servicios de saneamiento su plataforma de atención intercultural bilingüe en quechua, con el fin de fortalecer su acercamiento a la población usuaria y responder a su derecho de ser atendida en su idioma originario.

Con la plataforma “Sunass Yanapakuq” (Sunass te ayuda), las y los usuarios quechuahablantes, en todo el país, podrán recibir información y orientación sobre sus derechos y deberes con relación a los servicios de saneamiento en su idioma originario, a través de los canales remotos como el teléfono y la página web.

Asimismo, si alguien se acerca a una oficina de atención al usuario y desea ser atendido en quechua, se le pondrá en contacto con una o un orientador para ser atendido en el idioma.

Como parte del enfoque intercultural, respeto y valoración de la diversidad cultural y lingüística del país, la Sunass incorporó el idioma quechua en distintas actividades, sobre todo en las zonas rurales de las regiones donde hay mayor preponderancia del idioma, como charlas y reuniones de capacitación o asistencia técnica a sus diferentes públicos.

Asimismo, tiene proyectado ir incorporando paulatinamente otros idiomas originarios del Altiplano y de la Amazonía, con el fin de democratizar su servicio e incluir mejor a todos los ciudadanos.

¿Cómo funciona?

Todos los usuarios pueden llamar a la central telefónica al 614 31 80 y 614 31 81, donde se les preguntará si desean ser atendidos en español o quechua. Para recibir orientación en el idioma quechua los usuarios deberán elegir la opción número 2 y serán transferidos a un operador bilingüe especializado, quien absolverá todas sus dudas o consultas.

Asimismo, los usuarios que hablan quechua y deseen acceder a la página web de la Sunass podrán hacerlo en su propio idioma, tanto de forma escrita como oral, ya que todos los contenidos están en ambos formatos. Allí encontrarán información general del ente regulador, los canales de atención remota, sus deberes y derechos, los pasos para el procedimiento de reclamos, entre otros, en www.sunass.gob.pe

¿Sabías que…?

El 27 de mayo del año 1975 se oficializó el quechua como idioma nacional. En el Perú 3 millones 799 780 de personas (13.6 %) son quechuahablantes, según el INEI. https://elperuano.pe/

 


HIDROMUNDO

Mark Plotkin: «Los pueblos indígenas son los mejores administradores de sus ecosistemas ancestrales» 

Autor de best sellers, cofundador del premiado Equipo de Conservación del Amazonas y orador aclamado, Mark Plotkin es uno de los etnobotánicos y conservacionistas de la selva tropical más destacados del mundo. Plotkin ha trabajado de manera estrecha con las comunidades indígenas —incluidos los curanderos tradicionales o chamanes— desde la década de 1980, primero como académico y luego como miembro de una gran organización conservacionista.

Sus experiencias en las comunidades amazónicas llevaron a Plotkin, junto con la conservacionista costarricense Liliana Madrigal, a crear el Equipo de Conservación del Amazonas (ACT) en 1995. El ACT adoptó un enfoque diferente al de la mayoría de los grupos de conservación occidentales de la época: colocó a las comunidades indígenas en el centro de su estrategia y trabajó en asociaciones profundas y sostenidas con los ancianos y líderes indígenas para reforzar el reconocimiento de sus derechos, mediante una combinación de conocimientos tradicionales y tecnologías cartográficas. Estos esfuerzos han dado como resultado que vastas franjas de territorios indígenas en las selvas tropicales de Colombia, Surinam y Brasil estén mejor protegidas, tanto funcional como legalmente. También han contribuido a que la gente tome conciencia sobre el valor y la importancia de los conocimientos tradicionales indígenas.

El enfoque del ACT ha sido ampliamente adoptado desde entonces por otras organizaciones y su filosofía en general es ahora más relevante que nunca, ya que el sector de la conservación lucha contra sus raíces coloniales y las cuestiones asociadas a la discriminación, la inclusión y la representación. Dicho de otra manera, el viejo modelo del ACT ha pasado de ser visto como algo marginal a ser una corriente principal.

Plotkin celebra estos avances, pero advierte que hará falta algo más que puras palabras y dinero para impulsar cambios significativos en la forma en que los grupos de conservación trabajan con las comunidades indígenas.

Plotkin dijo a Mongabay, durante una entrevista en enero de 2022, que «por experiencia, asociarse de forma efectiva con colegas y comunidades indígenas no ocurre en un plazo occidental y ciertamente no se acelera con tan solo poner mucho dinero en el proceso».

Plotkin ha estado trabajando para ampliar el interés del público en las culturas y conocimientos indígenas a través de una variedad de plataformas, desde libros hasta discursos y películas, como una forma de crear una circunscripción más fuerte para la conservación dirigida por los indígenas. El año pasado lanzó un podcast, Las plantas de los dioses: alucinógenos, curación, cultura y conservación, para llegar a nuevos públicos con este mensaje.

El experto comenta que el énfasis del podcast en las plantas medicinales, en especial las alucinógenas, tiene un propósito: «Creo que los alucinógenos y el chamanismo representan uno de los tejidos conectivos más importantes entre la naturaleza tropical y el bienestar humano».

Al igual que con sus libros, Plotkin aprovecha su capacidad de contar historias para atraer a su público. Dice que estas habilidades son fundamentales para maximizar la eficacia.

“He pasado gran parte de mi carrera trabajando con pueblos indígenas en los que la narración de historias representa un oficio esencial”, dijo.

«Nuestra sociedad industrializada y nuestro sistema educativo han infravalorado durante mucho tiempo la importancia de contar una historia eficaz. Tanto si se trata de un fiscal que intenta convencer a un jurado, como de un recaudador de fondos que intenta convencer a un donante o de un conservacionista que intenta convencer a un funcionario, hay que ser capaz de transmitir la información de forma clara y convincente».

Plotkin habló de su trabajo, de las tendencias de la conservación y de otros temas en un intercambio con el fundador de Mongabay, Rhett A. Butler, en enero de 2022.

— ¿Qué lo llevó a empezar la emisión de podcasts?

—Cuando era niño, solo había tres canales de televisión, lo que significaba que cada mensaje importante que aparecía en cualquiera de estos canales era visto por decenas de millones de personas. Ya no es así. Si se quiere que un mensaje tenga una amplia difusión, hay que trabajar con medios de comunicación variados. Lancé Las plantas de los dioses: alucinógenos, curación, cultura y conservación con la intención de llegar a un público nuevo y amplio más allá de la gente que visita el sitio web Amazon Conservation Team o que ha leído mis libros.

—¿Por qué el enfoque en los alucinógenos y el chamanismo?

—En primer lugar, porque soy etnobotánico y estos temas me resultan infinitamente fascinantes desde que entré por primera vez en una clase nocturna impartida por mi mentor Richard Schultes, el llamado padre de la etnobotánica, en septiembre de 1974.

En segundo lugar, porque creo que los alucinógenos y el chamanismo representan uno de los tejidos conectivos más importantes entre la naturaleza tropical y el bienestar humano.

Tercero, debido al momento. Cada semana hay más noticias sobre cómo alucinógenos tropicales como la psilocibina y la ayahuasca (ambos tratados en episodios de Las plantas de los dioses) ofrecen nuevas esperanzas en el tratamiento —y a veces la cura— de dolencias mentales intratables que van desde la depresión hasta la adicción.

—¿Será por eso que el turismo de la ayahuasca parece tan descontrolado en lugares como Perú?

—Esta pregunta me trae a la mente más de un cliché: «Es el mejor de los tiempos; es el peor de los tiempos».  «Cuando llueve, diluvia».

Todos los biólogos, desde (Carlos) Linneo, señalaron los conocimientos de los pueblos indígenas en el uso de la flora y la fauna locales y la mayoría de los etnobiólogos, desde Schultes a finales de la década de 1930, observaron que estas culturas utilizaban estas especies para curar de formas que nosotros no podíamos entender. Que los chamanes empleaban plantas y hongos psicoactivos como bisturíes biológicos para diagnosticar, analizar, tratar y a veces curar dolencias que nuestros propios médicos o psiquiatras no podían.

Por lo tanto, no es de extrañar que las personas cuyas necesidades médicas, espirituales y/o emocionales no son satisfechas por la medicina occidental o la religión organizada viajen a lugares como Iquitos, en la Amazonía peruana, para ser tratadas por «chamanes indígenas» —algunos de los cuales no son indígenas y muchos de los cuales no son chamanes—.

La combinación de zonas remotas, desafíos lingüísticos, personas emocionalmente inestables, estados alterados y dinero es inflamable y dio lugar a muchos problemas y algunas muertes. Mi amigo Michael Pollan expone en su libro Cómo cambiar tu mente: lo que la nueva ciencia de la psicodelia nos enseña sobre la conciencia, la muerte, la adicción, la depresión y la trascendencia un caso convincente sobre cómo y por qué las personas emocionalmente frágiles son las que corren más riesgo en estas ceremonias adquiridas a través de sitios web.

Por supuesto, hay un escenario en el que todos ganan, en el que el chamanismo sigue siendo una profesión honrada, los indígenas reciben una compensación justa por sus conocimientos y prácticas curativas, la selva está mejor protegida y valorada y los enfermos se curan. Sin embargo, lograr estos objetivos ha resultado más difícil de lo que muchos habían previsto.

—Lo que me lleva a la siguiente pregunta. El Equipo de Conservación del Amazonas ha situado a las comunidades indígenas en el centro de su trabajo desde su creación. Hoy, el sector de la conservación en su conjunto está poniendo mucho más énfasis en el papel que desempeñan los pueblos indígenas para alcanzar los objetivos de conservación y de clima. En su opinión, ¿qué ha impulsado este cambio?

—Es demasiado fácil decir que las únicas noticias que llegan sobre el medio ambiente en general —y la selva tropical en particular— son malas. Es muy alentador que la gente en general y las grandes organizaciones conservacionistas se den cuenta ahora del papel central que deben asumir las sociedades locales. Que los propios pueblos indígenas señalen que son los mejores administradores de sus ecosistemas ancestrales también es algo que debería haberse hecho hace tiempo y que hay que celebrar.

Sin embargo, afirmar que vas a hacer algo difícil y luego llevarlo a cabo con éxito no es lo mismo. En mi experiencia, la colaboración eficaz con colegas y comunidades indígenas no se produce en un plazo occidental y, ciertamente, no se acelera con tan solo poner mucho dinero en el proceso. Por ejemplo, llevo casi cuatro décadas trabajando con el gran chamán Amasina —quien ha sido entrevistado por Mongabay— y todavía sigue mostrándome nuevos tratamientos. De haber intentado aprender toda esa información de forma apresurada, habría fracasado.

Otro ejemplo personal: hace unos cinco años, me invitaron (como observador) a asistir a una reunión de líderes indígenas en el noreste de Brasil. La primera tarde, se me acercó el capitán Aretina, del pueblo Tiriyó. Me dijo: «Hace más de treinta años que no te veo. Eras amigo de mi padre. Cuando escuché que ibas a estar aquí, viajé durante cinco días desde mi pueblo para asistir. ¿Puedo darte un abrazo?». Y nos abrazamos, cariñosamente y con lágrimas en los ojos.

No puedes crear este tipo de vínculo cuando se aterriza en una pista pequeña en la selva tropical, le dices al piloto que te espere, tienes una breve reunión con el jefe de la aldea, le ofreces mucho dinero y luego te vuelves a subir al avión y te vas.

—El trabajo del Equipo de Conservación del Amazonas en Colombia se ha ampliado de forma considerable en la última década. ¿Cuál es el impacto en Colombia del que se siente más orgulloso?

—El Equipo de Conservación del Amazonas acaba de celebrar su 25° aniversario y Colombia fue nuestro primer programa y sigue siendo el más grande. Los logros allí son innumerables: conseguir la titularidad de más de ochocientas mil hectáreas (una superficie mayor que la de Yellowstone) para los propios pueblos indígenas, crear la primera reserva de mujeres indígenas (Mamakunapa) en el noroeste del Amazonas (con la ayuda de mi amigo Tim Ferriss) y ayudar a elaborar y aprobar leyes para proteger a los pueblos indígenas no contactadas y sus territorios ancestrales.

Uno de los logros más significativos para mí personalmente es la ampliación del Parque Nacional de Chiribiquete, donde Schultes trabajó y recolectó. Quedó tan impresionado por este espectacular paisaje tras su primera visita en 1943 que, tan pronto como regresó a la capital, Bogotá, comenzó a presionar para que la región fuera declarada área protegida. En estrecha colaboración con colegas colombianos, tanto del mundo académico como del gobierno, esto se hizo realidad en 1989.

Durante la última década, bajo el liderazgo de la directora del Programa del Noroeste de la Amazonía, Carolina Gil, y de la cofundadora del ACT, Liliana Madrigal, nos hemos asociado con los colombianos locales (incluyendo colegas indígenas) para ampliar Chiribiquete hasta convertirlo en la mayor área protegida de selva tropical en la Amazonía (si no del mundo). Con más de cuarenta mil kilómetros cuadrados, es dos veces el tamaño de Massachusetts y protege una multitud de flora y fauna, el mayor conjunto de pinturas indígenas del mundo y al menos tres tribus no contactadas.

—¿Y más allá de Colombia?

—Por supuesto, hay más proyectos emblemáticos en otros lugares. En el noreste de la Amazonía, nos hemos asociado con éxito con los pueblos indígenas locales para ayudarles a sacar al mercado, como mínimo, cinco productos no madereros, y hay más en proyecto. Hasta donde sé, nuestro Programa de Guardabosques Indígenas en la misma región es uno de los primeros programas más largos de este tipo en funcionamiento en las llanuras de Sudamérica y nuestro Programa de Chamanes y Aprendices, que facilita la transferencia de la sabiduría curativa intrageneracional dentro de la comunidad, ha sido igualmente eficaz.

Y la cartografía: estamos muy orgullosos de que el ACT —bajo la dirección de nuestro cartógrafo estrella Brian Hettler— se haya asociado con más de noventa grupos indígenas para capacitarlos en el mapeo de sus propias tierras.

Además, hemos creado mapas de historias muy innovadores para diversos fines. Mis dos favoritos son Los viajes amazónicos de Richard Evan Schultes y Lands of Freedom (Tierras de libertad), que se centran en la historia oral y en la historia de los cimarrones Matawai de Surinam, un hito en la documentación de la diáspora afroamericana.

—Volviendo al tema de Colombia, a pesar de las políticas relativamente progresistas en cuanto a los derechos de los indígenas y la conservación, la tasa de deforestación de Colombia ha ido en aumento. ¿Cuáles cree que son los elementos clave para revertir esta tendencia?

—Al parecer, los presidentes tanto de Colombia como de Costa Rica fueron aclamados como héroes en las recientes reuniones de la Conferencias de las Partes (COP, por sus siglas en inglés), basándose en gran medida en los programas y proyectos promulgados por sus predecesores.

Necesitamos tanto la zanahoria como el palo para avanzar, en el sentido de que los movimientos positivos deben celebrarse mientras que los destructivos se castigan con respuestas económicas, no solo en los trópicos, sino también aquí en el mundo industrializado.

Además, hay que hacer hincapié en la concentración de la riqueza. El hecho de que cada vez más riqueza mundial esté en manos de unos pocos, sobre todo de aquellos que tienen poca conexión con la naturaleza, es un mal presagio. Es alentador ver a más multimillonarios firmando cheques para causas progresistas, pero —con algunas excepciones muy notables— no están dando su apoyo a las organizaciones de base más eficaces, a pesar de todo el parloteo sobre la «inversión de impacto».

El balance final: tenemos que celebrar o criticar con más eficacia a los políticos y empresarios por sus acciones. También tenemos que asegurarnos de que lleguen mucha más formación, oportunidades y apoyo a las comunidades y tenemos que hacer lo que podamos para reorientar nuestra sociedad y nuestra economía para dejar de glorificar los beneficios a toda costa y promover la planificación, el pensamiento y las operaciones de gratificación a corto plazo, que están ensuciando nuestro nido global a un ritmo cada vez más frenético.

—Más allá de lo que ha mencionado hasta ahora, ¿cuáles considera que son los mayores vacíos en el sector de la conservación? ¿Qué impide que la conservación tenga un mayor impacto?

—Se necesita un mejor análisis. ¿Cuál es el costo de verter mercurio en el Amazonas en términos de sufrimiento humano y aumento de los cánceres? Por supuesto, es demasiado reduccionista presentar la ecuación costo-beneficio por sí sola como una solución simple. A lo largo de la prehistoria humana (por ejemplo, la caza excesiva y la extinción de animales tan variados como el mamut americano y la vaca marina de Steller) y de la historia (la deforestación en los países mediterráneos, el DDT como pesticida, el voto en contra del propio interés económico, etc.), la gente siempre ha llevado a cabo prácticas autodestructivas.

Sin embargo, una mejor explicación de los costos y beneficios, una mejor aclaración de los componentes espirituales de la administración medioambiental y una mejor persecución de los destructores del medio ambiente serían un buen augurio. Muchos ecologistas se olvidan de que fueron los evangélicos los que apoyaron y lucharon para proteger la Ley de Especies en Peligro cuando se vio amenazada en los años ochenta. Una mejor construcción de puentes en nuestro mundo cada vez más políticamente polarizado en Estados Unidos podría aportar muchos beneficios. https://es.mongabay.com/

 


“Defender el Agua es Defender la Vida”

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