3/2/21

HIDROBOLETÍN FENTAP 3654: PERÚ – Canta. Huaros: entre el cuidado sostenido del agua y la migración a Lima. En la sierra de Lima, a tres horas de la ciudad capital, un grupo de comuneros enfrenta el riesgo de la escasez de agua, en el mediano plazo. ¿La razón? La degradación de los bofedales y otros elementos del ecosistema que conforman la cuenca de Yamecoto

 Miércoles, 3 de febrero de 2021 – Año XIV – Edición 3654 – http://hidroboletinfentap.blogspot.pe

HIDROBOLETÍN FENTAP

La FENTAP informa:

PERÚ – Canta. Huaros: entre el cuidado sostenido del agua y la migración a Lima. En la sierra de Lima, a tres horas de la ciudad capital, un grupo de comuneros enfrenta el riesgo de la escasez de agua, en el mediano plazo. ¿La razón? La degradación de los bofedales y otros elementos del ecosistema que conforman la cuenca de Yamecoto

PERÚ - Piura: La Unión inicia paro indefinido por retraso en obra de saneamiento

PERÚ – Piura. El agua con lentes de igualdad. A pocos meses de cumplir 200 años de independencia, deberíamos haber superado brechas sociales como el acceso al agua potable y saneamiento básico o apuntar a acercarse a ello

ECUADOR - Cuenca vive una cruzada por sus fuentes de agua

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Huaros: entre el cuidado sostenido del agua y la migración a Lima

En la sierra de Lima, a tres horas de la ciudad capital, un grupo de comuneros enfrenta el riesgo de la escasez de agua, en el mediano plazo. ¿La razón? La degradación de los bofedales y otros elementos del ecosistema que conforman la cuenca de Yamecoto —de donde proviene el 12% del agua que abastece a Lima Norte—, que pueden desaparecer en 10 años por falta de trabajos de recuperación y preservación por parte del Estado y de los propios habitantes de la zona.

— No sé qué sería de un pueblo sin agua. Bien difícil que nos falte, siempre baja agua por el río, llega de lo más alto.

Cristina Cubas, de 41 años, siempre ha vivido rodeada del manto verde que cubre los cerros de la comunidad de Huaros —uno de los siete distritos de Canta (región Lima)—, y cuando le preguntamos qué pasaría si empezara una sequía por tres años seguidos, por ejemplo, responde que no puede imaginarlo. Su apreciación suena hasta optimista, pero recordamos que tampoco nadie pudo prever la aparición del COVID-19 y que la pandemia llegaría a todos los rincones del planeta, incluida esta comunidad de la sierra de Lima, para cambiarnos la vida.

La lluvia azota el techo de calamina de la tienda donde nos sentamos a conversar, cada una con su mascarilla. Cristina es subprefecta de esta localidad donde viven unas 300 personas. A pesar de los casos de COVID-19 en la comunidad, afirma que su vida y trabajo no han presentado mayores sobresaltos. Confiesa su preocupación por la distancia geográfica con sus dos hijos y su esposo, que residen en Lima. Ella comparte sus labores entre el campo y la ciudad para cumplir sus deberes como madre y autoridad en Huaros.

La palabra Huaros viene de la expresión quechua ‘wuaru’, que significa unión y andenes de tierra. La vegetación extensa y los cerros con andenes preincas pueden hacer creer que los recursos naturales siempre estarán ahí. La escena nos seduce. Nos ciega.

La ganadería es la principal actividad económica en esta comunidad. Los habitantes crían ganado ovino y vacuno para vender sus derivados, sobre todo leche fresca y queso. Pero esto no siempre fue así. Hasta inicios del 2000, la agricultura era la principal actividad y destacaba la producción de la papa, según una publicación del Instituto Francés de Estudios Andinos (2002). Ahora solo producen papa, olluco y quinua para el consumo interno.

Una primera intervención

En 2018, la asociación civil Alternativa Centro de Investigación Social y Educación Popular llegó a Canta y se puso en contacto con las autoridades para presentar un proyecto piloto de recuperación de bofedales, que son porciones de tierra húmeda, como esponjas, que almacenan el agua por periodos prolongados. Este sistema ayuda a abastecer de agua los canales cuando no es época de lluvia y a enverdecer el pasto para los animales. Por supuesto, el agua proviene de diferentes fuentes como las lluvias y del cerro Auquichani.

Desde Auquichani, el agua discurre por la cuenca de Yamecoto, abasteciendo a Huaros y otras comunidades aledañas. Todo un circuito espectacular que la naturaleza ha provisto y que ha sido aprovechado por antiguos habitantes preincas, cuyos vestigios aún se puede observar en construcciones como canales, santuarios y andenes.

En 2019 fue implementado el proyecto piloto. Primero hubo un diagnóstico y luego se ejecutaron acciones concretas como el tratamiento de las cárcavas, que son hundimientos pronunciados en la tierra que destruyen los bofedales debido principalmente al deshielo cada vez más acentuado del cerro Auquichani. Las cárcavas impiden que el agua se almacene en los bofedales.

Mauricio Núñez, el especialista que ejecutó el proyecto de Alternativa Centro, advierte que sin un seguimiento y gestión de iniciativas de este tipo Huaros podría quedarse sin agua en un futuro. “Sin la correcta gestión social del territorio cada vez habrá menos disponibilidad hídrica en la época de friaje”, apunta. Además, “la dinámica del paisaje y distribución de mosaicos va a afectar la disponibilidad hídrica de Huaros. Solo la cuenca de Yamecoto provee 12% de agua para Lima Norte”. 

El proyecto trató de involucrar a los huarocinos; sin embargo, no hubo una gran convocatoria. Solo seis personas fueron a la zona de trabajo.

El alcalde del distrito de Huaros, Pedro Bandan, se sincera y señala que “los tiempos han cambiado”, y que la falta de participación se debe a que las personas quieren hacerlo con un pago de por medio. No es como hace 20 años atrás, cuando se asumía como regla el trabajo colaborativo y recíproco, a través de la mita, la minka y el ayni.

“Es muy importante este proyecto, es la siembra y cosecha de agua, yo encarecidamente diría que se emplee y se haga una realidad, porque hoy en día si no sembramos el agua, si las autoridades no pensamos en hacer reservorios de agua, vamos a sufrir. El agua es fuente de vida”, reflexiona el alcalde.

Algunos beneficios de los bofedales son la purificación del agua, ya que eliminan la concentración de metales; son excelente forraje para el ganado; almacenan de manera natural el agua, además de proporcionar un paisaje atractivo para el turismo.

¿Qué pone en peligro a los bofedales? Se conoce que existen traficantes de este tipo de tierra que comercializan en Lima como abono para los viveros. El peligro es latente. La formación de bofedales toma más de 100 años y si no hay intervenciones para su recuperación, pueden desaparecer. La inacción por unos diez años en Yamecoto podría ocasionar la desaparición de los bofedales, asegura el especialista Mauricio Núñez.

¿Qué puede hacer alguien que no vive en zona de altura para reducir este impacto? “Por ejemplo, ahora está de moda las kokedamas, que son bolas de turba o musgo donde se planta una flor u otra planta y se usa de forma decorativa, la mayoría se venden por ejemplo en Miraflores, y provienen de los bofedales de Carampoma (Lima). Se debe evitar comprar estos artículos porque su compra afecta directamente a estos ecosistemas”, recomienda Yessica Armas, especialista en inversión pública de Forest Trends.

El Ministerio del Ambiente y el Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM) anunciaron en septiembre de 2020 que por primera vez el Perú tendrá un inventario de bofedales. Consultamos a la directora de investigación de esta institución, Beatriz Fuentealba, y señaló que hacer este documento supone un proceso largo. “Los bofedales son sumamente complejos, ahora estamos en la fase de definir la metodología, aspiramos a fines del 2022 poder contar con el inventario. (...) Sobre todo, esperamos que sea una herramienta útil para los gobiernos regionales y locales, que están interesados en establecer proyectos de recuperación de bofedales”, expresa.

“Manteniendo los bofedales, habrá más agua”

El comunero Jair Poma, de 24 años, estudió en Lima por dos años la carrera de operación de maquinaria pesada, pero no le gustaba. Él prefiere el campo. “Desde pequeño siempre andaba detrás de las vacas”, cuenta. Ahora se dedica a la crianza del ganado vacuno. “Puedo dar la vida por Huaros”, afirma con una sonrisa en el rostro.

¿Pero, por qué la ciudad capital que ofrece grandes oportunidades no cautivó a Jair? “La gran diferencia —explica— es que aquí en Huaros hay agua en abundancia, en cada paso que das encuentras agua, en cambio en otros pueblos, no. El agua está lejos y tienen que traerlo, así como en Lima”. Jair no puede imaginar a su comunidad sin agua, elemento fundamental para mantener los pastos de su ganado.

En un día de invierno, como es ahora, Jair además puede vender entre seis a ocho moldes de queso, de un kilogramo a 12 soles la unidad. Sin embargo, cuando inició la pandemia los precios cayeron. Apenas pagaban 5 soles por molde. Era difícil sacar los productos hacia Lima.

A pesar de la adversidad, Jair es optimista. Considera que en Huaros hay futuro a pesar de la pandemia, sobre todo en el campo. En diez años, se proyecta logrando mejorar la raza de sus vacas para que produzcan hasta doce litros de leche y no seis, como ocurre ahora. Además, quiere abrir su propio negocio de lácteos para vender todo lo que produce directamente en Lima, y no tener intermediarios que se queden con parte de las ganancias.

Jair Poma fue uno de los pocos participantes del proyecto piloto de recuperación de bofedales que los huarocinos conocen como ‘chunales’. Como ya sabe de su importancia, dice: “manteniendo los bofedales, habrá más agua”.

Los trabajos consistieron en realizar 12 estructuras en zonas de bofedales dañadas o degradadas, por ejemplo, haciendo excavaciones y colocando una cama de rocas, para hacer que el agua no discurra, sino que se almacene. Sin este tipo de intervenciones los bofedales corren el riesgo de desaparecer, y por ende dejaría de abastecer de agua a las comunidades.

¿Qué se puede hacer para garantizar proyectos como el de Yamecoto? ¿El gobierno está en condiciones de invertir en esas iniciativas?

Al respecto, Yessica Armas, especialista en inversión pública de Forest Trends, nos brinda algunos alcances: dentro de las intervenciones de los gobiernos regionales o locales, muchas veces, no está priorizado el tema ambiental. Aunque se trata de poblaciones rurales que se sirven de estos ecosistemas y que habitan en ellos, no los consideran una prioridad en su listado de objetivos y acciones estratégicas a atender. (...) Una de las formas en las que se podría incidir, es considerar el factor ambiental en la actualización anual de los planes que las instituciones deben, por norma, realizar; precisa la especialista.

También explica que otras formas de pensar la sostenibilidad de este tipo de proyectos es que sean declarados de interés, como zonas intangibles o protegidas, así las autoridades estarían en la obligación de destinar presupuesto para que estas zonas puedan ser monitoreadas, resguardas y conservadas.

Por último, Yessica, nos recuerda que existen en otras zonas del Perú proyectos que se deben destacar como en la zona de Lucre-Huacarpay (Cusco) donde hay bofedales y lagunas, y se han realizado intervenciones para recuperar estos ecosistemas mediante un equipo de coordinación multisectorial conformado por la comunidad, el gobierno local y regional. Y en la costa, se tiene el caso de los humedales de Ite (Tacna), que también son usados por la comunidad, con un sistema de ecoturismo. En cualquier caso, la población cumple un rol vital para la sostenibilidad de este tipo de iniciativas. https://convoca.pe/


HIDROREGIONES PERÚ

Piura: La Unión inicia paro indefinido por retraso en obra de saneamiento

Desde las 0 horas de este lunes 1 de febrero, cientos de pobladores del distrito de La Unión, en el Bajo Piura, salieron a las calles a protestar por el retraso en la ejecución de la obra de agua y alcantarillado para su sector.

Los pobladores bloquearon las vías de acceso en el sector La Mariposa, frente a Dos Altos, el Melizo, en la salida a Vice, y las Tallaneras que está al sur, en la salida hacia Bernal y Sechura.

Con pancartas en mano exigen el reinicio de la obra de agua y alcantarillado que ya lleva once años de iniciada y que viene sufriendo una serie de paralizaciones.

Advierten que las condiciones de insalubridad son peligrosas para la población, debido a que el actual sistema ha colapsado, abundan las aguas negras y el servicio de agua potable es deficiente.

Anteriormente, la oficina de la Defensoría del Pueblo en Piura solicitó al Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) resolver los inconvenientes en la obra de mejoramiento de agua y alcantarillado que afecta a más de 17.000 pobladores del distrito de la Unión.

Los representantes de la Defensoría informaron que el acceso al servicio de agua potable constituye un derecho, por lo cual el Estado tiene la obligación de asegurar que este sea suministrado en condiciones de salubridad a fin de no afectar la salud de la población, además de garantizar que dicho servicio permite satisfacer las necesidades elementales de las personas. https://larepublica.pe/

El agua con lentes de igualdad

A pocos meses de cumplir 200 años de independencia, deberíamos haber superado brechas sociales como el acceso al agua potable y saneamiento básico o apuntar a acercarse a ello. Sin embargo, no es así. Aunque muchas autoridades pondrán por delante a la pandemia de la COVID-19 como justificación a su incumplimiento y la mayoría de los y las candidatos y candidatas a la Presidencia y Congreso de la República no dicen nada quizás porque no saben qué hacer o no les interesa; la actual coyuntura evidencia lo lejos que estamos de cubrir estas necesidades básicas de la población.

Según el Plan Bicentenario la cobertura en agua potable y alcantarillado debería alcanzar el 85% y 79%, respectivamente, sin embargo, más de 3,6 millones de la población del país no cuenta con este importante líquido elemento, acentuándose esta realidad en la zona rural con 58% (ENAHO 2018).

En el departamento de Piura, este escenario no es ajeno. En distritos como Canchaque y San Miguel de El Faique el 45.1% y 34.7% de la población, respectivamente, no cuentan con este servicio por red pública dentro y fuera de la vivienda, siendo inevitable el riesgo para su salud al consumir agua de mala calidad del río, acequias, canales, pilón o cisterna.

Estas carencias, superan el promedio regional y no facilitan la implementación de los protocolos de prevención e higiene necesarios para hacerle frente a la emergencia ocasionada por la Covid-19. Además, dentro de la familia esta deficiencia no afecta a todos y todas sus integrantes por igual: cuando el agua entubada llega turbia, son las mujeres y niñas, quienes se encargan de acarrearla y almacenarla, teniendo que movilizarse hasta el canal o quebrada, especialmente en épocas de lluvia. Además, son las que usan el agua para el lavado de la ropa, cocina, aseo personal, baño, riego de plantas y dar de beber a los animales.

El estudio del INEI 2018, “Perú: Formas de Acceso al Agua y Saneamiento Básico”, es categórico al señalar que “el tiempo dedicado a acarrear agua representa un costo para la salud, productividad, y en muchos casos, oportunidades educacionales, una carga que es absorbida principalmente por mujeres y niñas”. Sin duda alguna, cerrar una brecha como esta es vital, siempre y cuando la miremos con lentes de igualdad. https://eltiempo.pe/


HIDROMUNDO

Cuenca vive una cruzada por sus fuentes de agua

Cuenca es una tierra de un privilegio especial al estar bañada por cuatro ríos de aguas limpias y que nacen en fuentes que emergen de los páramos, a no más de 30 minutos en vehículo desde la urbe. De allí también se alimenta una serie de sistemas de agua potable para el consumo de sus habitantes y más actividades.

Caminar por estos lugares es una oportunidad inmejorable para valorar la riqueza natural que guarda. Por donde se pisen pajonales, musgos y más, brota agua. En cada tramo de recorrido, se encuentra con ciénagas, ojos de agua y riachuelos que, mientras avanza, va creciendo su caudal.

Pablo Lloret, director ejecutivo de la Fundación Futuro Latinoamericano y un conocedor de cada rincón de estos páramos, lo describe como una esponja que almacena el agua para luego poco a poco soltar y permitir que fluya hacia las vertientes.

"A lo largo del tiempo estos parajes se han mantenido prístinos. Por su difícil acceso no han sido objeto de daños severos provocados por los humanos. Sin carreteras ni otras afectaciones, eso ha permitido que preserven sus condiciones naturales".   Pablo Lloret, Fundación Futuro Latinoamericano

Esta condición saludable, sobre todo del manto arbustivo, le favorece para ser un verdadero banco natural de agua dulce, del que se alimentan los ríos y los sistemas públicos y comunitarios de agua potable.

Aparte que esa capacidad de retención evita que antes los picos de lluvia, las corrientes sean muy fuertes y no arrastren toneladas de tierra, provocando la erosión del suelo.

Un aspecto adicional, igual de importante, es que estos páramos a más de 3.000 metros de altitud son el hábitat de especies de fauna y flora únicas. Cóndores, osos de anteojos y más mamíferos grandes resisten estas condiciones extremas de estos sistemas naturales frágiles.

LA CONSULTA POPULAR POR EL AGUA

Ese invaluable tesoro natural hoy está amenazado por aquel sombrío interés de quienes consideran que más valen las regalías de la minería (migajas que dejan las mineras de los millones de dólares de sus ganancias) antes que conservar y proteger estas fuentes de agua.

Por eso, la Consulta Popular por el Agua, mediante cinco preguntas, pide que a los cuencanos que decidamos si estamos de acuerdo con prohibición de la explotación minera metálica a gran y medianas escalas en la zona de recarga hídrica de los ríos Tarqui, Yanuncay, Tomebamba (aquel que cruza por el corazón mismo de Cuenca), Machángara y Norcay.

En el portal Consulta Popular Cuenca se indica que de estas zonas de recarga hídrica se abastecen las plantas de agua potable Sustag, El Cebollar y Tixán que ... También están los sistemas comunitarios Tarqui-Victoria del Portete, Tutupali Chico, Pucaraloma, Buena Esperanza y Proyecto Nero. Además, están los sistemas de riego, explotaciones acuícolas y ganaderas, y las centrales de generación hidroeléctrica: Saymirín y Saucay de las cuencas del río Machángara.

El Cabildo por el Agua de Cuenca tuvo la iniciativa de esta Consulta. La misma recibió el empuje de 14 organizaciones sociales y campesinas agrupadas en el Cabildo, además de 400 firmas de respaldo de líderes sociales, ecologistas, investigadoras, agroecólogas, exautoridades, dirigentes campesinos, periodistas, profesores y estudiantes universitarios, profesionales de la salud y del derecho, defensoras de derechos humanos...

La propuesta original del Cabildo incluía dos preguntas con el afán de proteger de la minería a los ríos Yanuncay y Tarqui. Pero luego de un análisis de la Comisión de Ambiente del Municipio de Cuenca, se incluyó a los ríos Tomebamba, Machángara y Norcay. Según Carlos Castro, jurista que asesoró en la estructuración de la propuesta, la delimitación técnica se sustentó en estudios y la experiencia técnica de Etapa-EP. Se georreferenciaron las zonas que comprenden los cinco ríos.

Tras la aprobación del Concejo Cantonal, se hizo el pedido ante la Corte Constitucional del Ecuador, la misma a autorizó el 18 de septiembre del 2020.

Y este domingo 7 de febrero del 2021, según el Consejo Nacional Electoral, 435.963 electores cuencanos (204.973 hombres y 230.990 mujeres) están habilitados para acudir a las urnas a elegir al nuevo presidente de la República y quienes también tendrán que decir Sí o No a las cinco preguntas (ver gráfico).

El objetivo es que, con la decisión de la población, se ponga un freno definitivo a ese mercadillo de concesiones mineras, en este caso de gran y mediana escalas, con las que se trata de carcomer la tierra hasta las goteras mismas de la ciudad. De hecho, varias de esas concesiones afectarían a las nacientes de los ríos.

En el portal www.consultapopularcuenca.com se resalta que "la Consulta propone prohibir la explotación minera en las zonas de recarga hídrica de Cuenca. Por tanto, las concesiones otorgadas no podrán pasar a la fase de explotación". Así se responde incluso a uno de los argumentos del sector minero que aduce que los resultados de la Consulta no tendrían carácter retroactivo.

LOS ESTRAGOS DE LA MINERÍA

El temor es que, si se diera la explotación minera, causaría estragos graves e irreversibles como la inminente contaminación y pérdida de estas fuentes naturales de agua, además de la destrucción de la flora y fauna.

Carlos Castro advierte que se alteraría todo el ecosistema, ya que, por la minería, además de extraer millones de toneladas de material, se abrirían carreteras y armarían instalaciones para campamentos de alojamiento, mecánicas, comedores y más servicios. Además, con la lluvia y el material de relaves o material de desperdicio depositado en la zona ocurrirán filtraciones ácidas que contaminarán las vertientes.

Con una actividad sostenida de la minería nunca más se tendrá cobertura vegetal, ya que se perderán muchas capas de suelo. En el proyecto Loma Larga, por ejemplo, se planea remover 3.400 toneladas de material cada día en los páramos en donde nacen los ríos Tarqui y Yanuncay.

El peor escenario se presentará por la contaminación del agua con químicos y concentrados como el arsénico, volverá inaccesible para el consumo o quizá demandaría una inversión muy alta para recuperarla y así no se justificaría ninguna regalía que se recibiera.

Pablo Lloret advierte que si se diera paso a la minería ocurriría igual que en el proyecto minero Conga, en Cajamarca, norte de Perú. Después de que sufriera mucho daño, miles de campesinos bloquearon las vías por varios meses hasta que el Gobierno decidió paralizar en su totalidad dicho proyecto. A diferencia de lo que ocurre en Colombia, donde por la ley no se permite la minería metálica en páramos y fuentes hídricas. https://ojoverdeecuador.lamula.pe/

“Defender el Agua es Defender la Vida”

http://hidroboletinfentap.blogspot.pe

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