21/3/10

Miércoles, 12 Agosto del 2009 - Edición 809


HIDROBOLETÍN FENTAP

Solucionar problemas sin privatizar EMAPA HUACHO

En arduo debate concluyeron en no privatizar la empresa del agua potable

http://diarioenfoques.blogspot.com/ - 11/08/09.- Una accidentada audiencia pública se desarrolló el lunes 10 de agosto, para recibir los aportes de los asistentes para el mejoramiento del servicio de EMAPA. El Sindicato de Trabajadores del Agua Potable, que forma parte de la FENTAP -Federación Nacional de Trabajadores de Agua Potable del Perú-, mostraron su disconformidad a la evaluación del diagnóstico de la consultora que se realizó previa coordinación con el Ministerio de Vivienda. En todo momento afirmaban que la única intención del diagnóstico era para privatizar el agua. Los ánimos estuvieron bastante caldeados durante el debate.

CONCLUSIONES

Después de varias intervenciones de autoridades como de representantes de la Sociedad Civil, así como de los funcionarios de la empresa, se arribaron a algunas conclusiones, contándose con la Intermediación del debate de la consejera por Huaura Marianela Junco Barrera.

Entre las conclusiones destaca: considerar al agua como un Derecho Humano, que al estar EMAPA bien ubicada en el ranking nacional de las empresas prestadoras de servicio, debe enfrentar y solucionar las deficiencias con sus trabajadores.

Se concluyó que EMAPA está en condiciones de buscar otros financiamientos estratégicos además del Estado. Se tiene que difundir el diagnóstico a los trabajadores de manera igualitaria, se instó a los directivos a tener una comunicación horizontal con el personal. Se consideró que debe haber otras audiencias, así como revisar el informe técnico que fue cuestionado.

También asistió el Presidente de la Cámara de Comercio, Werchiman Arellano, accionistas y directores de la empresa responsable del suministro y administración del agua potable en esta provincia.

HIDROREGIONES

PUNO

Lanchas ocasionan desorden y contaminación en el Titicaca

LOSANDES – 11/08/09.- De los múltiples factores que contribuyen a la contaminación de la bahía interior del lago Titicaca en Puno, uno de ellos y al que muchas veces se le brinda muy poca importancia, es el desorden que ocasionan las lanchas que se encuentran en el muelle de esta ciudad.

Alejandro Tapia Gómez, fiscal de Turismo de esta jurisdicción, señaló que en los últimos operativos realizados en la bahía del lago, se ha encontrado parabrisas, potes de pintura, filtros de aceite, entre otros materiales contaminantes, que por su naturaleza evidentemente pertenecen a los lancheros de la zona.

“Más allá de la contaminación que puedan originar estos pobladores, otro problema es la aglomeración y el desorden que ocasionan, nos encontramos ante una ocupación irracional de este espacio, si uno se acerca al embarcadero observa que todas las lanchas están una tras otra, y muchas veces el turista tiene que pasar sobre ellas arriesgando su seguridad”, afirmó Tapia Gómez.

Para el letrado, la solución a este problema son políticas generales de concientización, además de anclar estas embarcaciones de manera adecuada, “lo óptimo es que estas lanchas trabajen por turnos y sólo estén en la orilla aquellas a las que les toque cumplir servicio, las demás deberían estar alejadas, evitando cualquier aglomeración”, agregó.

HIDROMUNDO

BOLIVIA

Sólo el 40% de las aguas servidas son tratadas

Del 100 por ciento de las aguas residuales en el país, el 60% no recibe tratamiento y genera contaminación. La ciudad de La Paz no cuenta con una instalación por la falta de espacio

LA-RAZON.COM – 08/08/09.- Del 100 por ciento de las aguas servidas que se generan en el país, 40 por ciento recibe tratamiento en 15 plantas. El resto, el 60 por ciento, continúa contaminada.

“Tenemos más o menos de 30 hasta 40 por ciento (de agua residual) total tratada”, explicó Wolfgang Wagner, experto en plantas de aguas servidas del Centro Internacional para Migraciones (CIM) de la Cooperación Alemana.

El técnico realizó un recorrido y análisis de todas las instalaciones del país y escribió un libro de recomendaciones para la elección de un sistema de plantas apropiadas, para las empresas de saneamiento básico en Bolivia.

Las aguas residuales son las que provienen de usos domésticos, comerciales, agropecuarios y de procesos industriales o una combinación de varios. Por lo general salen de las alcantarillas.

Si bien estas aguas son tratadas en las plantas, no son aptas para el consumo humano y sólo sirven para el riego.

El propósito de la depuración de aguas residuales es el beneficio para el medio ambiente.

Wagner afirmó que “la planta tiene el sentido de eliminar patógenos que son un riesgo para la salud y de mejorar la calidad del medio ambiente. (Si no se tratan) pueden provocar la muerte de peces y presentar riesgo de enfermedades para los frutos de la tierra (cultivos)”, manifestó.

Las plantas más grandes en Bolivia se encuentran en los departamentos de Beni, Santa Cruz, La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Tarija y Oruro.

De acuerdo con los datos del experto, “con excepción de la instalación que está en Sucre (Chuquisaca), el resto (de las plantas) son lagunas de estabilización. Solamente Sucre es una planta más técnica (con tanques)”, explicó.

Algunos de estos complejos como el de la ciudad de Trinidad presentan problemas de sobrecarga. Por eso existe la intención de modificar su instalación, como ocurre con la planta de Puchukollo, en El Alto, que está siendo ampliada.

Otro análisis del experto es que si bien en el país hay 15 plantas que tratan las aguas residuales de las ciudades, La Paz, la principal metrópoli del país, no cuenta con una instalación de este tipo. Wagner indicó que la sede de gobierno tiene un sistema de canalización que no garantiza una descontaminación. “Se tiene un poco de limpieza, pero no purificación, hay una dilución, pero sigue contaminada”, afirmó.

Según el experto, la ausencia de este tipo de instalación en La Paz se debe a la falta de espacio. “La única solución que han visto es enviar toda el agua al sur de la ciudad y construir una planta (en ese lugar), pero tampoco hay mucho espacio”, dijo.

Datos sobre el tratamiento

Lugares

De las 15 plantas de tratamiento de aguas residuales que hay en el país, 11 son grandes: Puchukollo de El Alto; la planta de Trinidad en Beni; Albo Rango de Cochabamba; la de Oruro; las plantas de Sucre, Monteagudo y Hebrón en Chuquisaca; de Villamontes y Tarija en el departamento de Tarija; y Montero y Santa Cruz en el departamento cruceño.

Tratamiento

El 70% de aguas tratadas en la planta de Puchukollo, El Alto, desembocan en el lago Titicaca. Para tratar los residuos contaminantes, el costo de inversión es de 200 mil dólares al año. Sin embargo, el costo de operación podría ascender a medio millón de dólares al año, según Wagner.

Factores

La extensión de las plantas depende de la temperatura del agua. En Bolivia se tiene temperaturas de agua en un rango de 10 grados hasta 20 grados en el año. En Camiri se registra 20 grados y en Puchukollo la mitad, 10 grados.

Cómo construir una planta

El experto en plantas de aguas servidas, Wolfgang Wagner, presentará en dos semanas su libro “Recomendaciones con respecto a la elección de un sistema de plantas de tratamiento de agua residual apta para las empresas (EPSAS) en Bolivia”.

El libro tiene la finalidad de orientar en la toma de decisiones a las autoridades del sector, para la implementación de plantas de tratamiento de aguas residuales en el país. Además, presenta una guía para que las instalaciones sean sostenibles, técnica y económicamente.

Wagner adelantó que para determinar un sistema más apto para el tratamiento de aguas en Bolivia, se tiene que considerar junto a las demandas de calidad del afluente (río, arroyo o riachuelo), otros factores como el tamaño de la planta, altura, características del agua residual y del suelo, costo del terreno y de la energía eléctrica, área de terreno disponible, nivel del conocimiento del personal en la planta, condiciones para el depósito de los desechos de la planta y nivel socioeconómico de la población del lugar donde esté la planta.

Bolivia siente los efectos del calentamiento

BBC – 10/08/09.- Marcos Choque es un indígena aymara de 67 años de edad. Lleva pantalones con agujeros y sandalias gastadas, pero su rostro denota alegría.

Sentado junto a sus compañeros en la población de Khapi, en los Andes bolivianos, Choque se divierte contándoles bromas.

Pero cuando le pregunto sobre el Illimani, una montaña de 6.400 metros de altura que se eleva sobre Khapi, su humor se torna sombrío.

"Cuando era joven la nieve llegaba hasta allí", dice señalando la montaña. "Desde 1952 hasta 2000 ha retrocedido unos 500 metros. El calor está aumentando. Hace el triple de calor. Por eso se está derritiendo el Illimani".

Choque y las cuarenta familias que conforman la comunidad ven con creciente alarma lo que está sucediendo con el Illimani. Ellos dependen de él en gran medida para abastecerse de agua, tanto para beber como para irrigar sus pequeñas parcelas de tierra.

"Yo creo que el agua del Illimani se va a terminar en unos 30 o 40 años. Ya no va a haber nieve. La montaña quedará negra o pelada", dice.

Sorpresa

Se estima que los glaciares del Illimani tienen una antigüedad de miles de años. Sus picos blancos se alzan sobre la ciudad de La Paz, capital administrativa de Bolivia.

Muchos residentes de La Paz juran que la cantidad de nieve en la cima está disminuyendo.

Algunos se sorprendieron cuando un diario publicó, recientemente, la foto de cómo se vería el Illimani en 2039, sin nieve en su cumbre.

Un equipo de hidrólogos en La Paz tiene previsto medir la reducción del glaciar en la montaña. Ya saben que el glaciar Mururata, no muy lejos de allí, ha perdido más del 20% de su superficie desde 1956 por el aumento de las temperaturas y probablemente un porcentaje aún mayor de su volumen.

A principios de este año, el Instituto de Investigación y Desarrollo con base en París (IRD, por sus siglas en inglés) estimó que los glaciares en la Cordillera Real de Bolivia, de la cual forma parte el Illimani, han perdido más del 40% de su volumen entre 1975 y 2006.

El IRD dice que el volumen permaneció relativamente constante hasta 1975 y desde ese entonces comenzó a disminuir rápidamente.

Si esta tendencia continúa, afirma el IRD, podría tener un impacto muy negativo sobre el suministro de agua en la estación seca en ciudades como La Paz.

Ofrendas

En el caso de Khapi, el agua del Illimani juega un papel fundamental en la vida y las creencias religiosas de la comunidad.

Cada septiembre, los habitantes de este poblado llevan a cabo un ritual en el que hacen ofrendas al Illimani. Éstas incluyen la entrega de hojas de coca, alcohol y cigarrillos y el sacrificio de una llama.

Esta elaborada ceremonia, llamada Waxt'a en aymara, tiene como fin que "el Illimani les de agua durante todo el año".

Los pobladores de Khapi creen que la nieve y el hielo del Illimani representan el 50% del suministro anual de agua, aunque no están muy seguros.

Los científicos bolivianos están tratando de dilucidar cuánta agua proviene del glaciar en diferentes épocas del año. Las lluvias y los acuíferos subterráneos suministran el resto.

El tema que más preocupa a la población de Khapi es el cambio en el clima. Dicen que ya no se puede predecir como antes cuándo llegarán las lluvias. Y aseguran que ya no llueve tanto como antes y que hace más calor.

Aunque no todas son malas noticias. El aumento de las temperaturas hace que algunos puedan plantar duraznos y maíz, cosa que antes resultaba imposible.

Futuro

Pero los pobladores de Khapi están preocupados por el futuro. "Yo voy a vivir 10 o 15 años más", dice Marcos Choque. "Yo no voy a ver el fin de la nieve. Pero los jóvenes lo verán".

Lucía Quispe, una mujer de 38 años con tres hijos, se pregunta de donde vendrá el agua para regar su terreno, donde cultiva papas, maíz y frijoles.

"Me siento muy triste y muy preocupada cuando pienso en el futuro de mis hijos", dice. "Si no podemos tener agua, ¿de qué vamos a vivir? Sin agua no hay vida".

Las organizaciones no gubernamentales que trabajan en Khapi y otras comunidades cercanas en los Andes dicen que es injusto que los aymara sufran las consecuencias del cambio climático ya que son los menos culpables de este fenómeno.

Algunas de esas comunidades se han sumado a un nuevo grupo de presión civil conformado este año llamado Plataforma de la Sociedad Civil contra el Cambio Climático.

Uno de los reclamos que hace este grupo es la formación de un tribunal internacional de justicia climática y la creación de un fondo internacional para las víctimas del cambio climático.

"Lo que está pasando en Khapi es típico de lo que están enfrentando centenares de comunidades pobres, indígenas y vulnerables por todas partes en Bolivia, Perú y Ecuador", dice Juan Carlos Alurralde, director ejecutivo de Agua Sustentable, una organización que ayuda a las comunidades a adaptarse al cambio climático.

"Ellos dependen de los glaciares para recibir agua, pero los glaciares están condenados".

“Defender el Agua es Defender la Vida

www.fentap.org.pe

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