Lunes, 17 de abril de 2023 – Año XVI – Edición 4196 – http://hidroboletinfentap.blogspot.pe
Existen altas probabilidades de que
Lima se quede sin agua en el próximo periodo de lluvias
Así lo advirtió el especialista en hidrología, Manuel Collas Chávez. Sostiene que no se han hecho trabajos de prevención para que se repitan los cortes de recurso hídrico, tal como ocurrió en el año 2017 debido al Fenómeno el Niño
El cambio climático nos viene dejando en claro que no es un
concepto vacío, como algunos piensan. En los últimos meses, hemos sufrido
desastres naturales relacionados con este problema. Primero fue el ciclón Yaku,
y luego los efectos del Fenómeno El Niño Costero, y se espera El Niño Global.
Ya se produjeron millonarias pérdidas materiales y algunas muertes en las
ciudades del litoral. Inevitablemente, se viene el recuerdo del trágico inicio
del año 2017 que dejó 101 víctimas.
La presidenta Dina Boluarte, en una conferencia del 23 de
marzo, reconoció que el país sufrirá efectos de los fenómenos El Niño Costero y
El Niño Global. En esa línea, anunció medidas para mitigar los efectos entre la
población, especialmente del norte del país.
En dicha presentación ante la prensa, luego de una sesión
extraordinaria del Consejo de Ministros, el premier Alberto Otárola, dio a
conocer que la Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del
Fenómeno El Niño (Enfen) informó el 16 de marzo que “estamos ante un estadio de
alerta del Niño Costero”.
Aunque a la fecha no se puede predecir si los efectos del
Niño Costero y el Niño Global serán similares a lo sufrido en el 2017, sí
existe una preocupación por repetir aquel escenario. Recordemos que, en ese
año, hubo un estricto plan de racionamiento de agua en Lima por parte de
Sedapal, debido a los severos huaicos que cayeron. En ese año, el gobierno
dispuso que camiones cisterna se acerquen a los distritos afectados para poder
surtir de un poco de agua para los vecinos. ¿Podría repetirse ese escenario?
¿Estamos listos para volver a afrontar una situación similar?
El ingeniero Manuel Collas Chávez, especialista en
hidrología y docente de la carrera de Ingeniería Civil de la UPC, señaló:
“Existen altas probabilidades de quedarnos sin agua el próximo periodo de
lluvias de enero a marzo del 2024, si Sedapal, y los diferentes ministerios e
instituciones del gobierno actual, tales como: Vivienda, Agricultura,
Transportes y Comunicaciones, Senamhi, Autoridad Nacional del Agua, el
Instituto Geofísico del Perú, entre otras instituciones, no toman las
previsiones del caso”.
El especialista explica a Infobae que el aporte de lodo,
piedras y alta concentración de sedimentos en suspensión y arrastre, durante el
periodo de lluvias y por el Fenómeno El Niño, limitan la captación de agua del
río Rímac por Sedapal para el abastecimiento de agua potable para la ciudad de
Lima. ¿Qué ocurrió en el 2017?
Collas explica que, en dicho año, con la llegada del
Fenómeno El Niño, se tuvo desabastecimiento de agua para la población, “por no
captar en su integridad las aguas del río Rímac debido a las altas
concentraciones de sedimentos en suspensión y arrastre que tenía el río”.
Precisó que, desde entonces, no se ha hecho nada para
prevenir que esto vuelva a ocurrir. “Lo que sucede es que las diferentes
instituciones de nuestro país, actúan de manera reactiva y no hay una cultura
de prevención”.
Recomendaciones
A manera de recomendación, el especialista señaló que, en
principio, el gobierno, a través de las diferentes instituciones, tiene que
hacer obras hidráulicas orientadas a disminuir los aportes de lodos, piedras,
de sedimentos en suspensión y arrastre de las quebradas que son tributarios del
río Rímac. “Tales como las barreras geodinámicas que implementó la Autoridad
Nacional del Agua en el sector de Chosica”.
Asimismo, refirió que es fundamental construir diques
transversales en las quebradas que se activan en el periodo de lluvias y que
aportan mucho material de arrastre, lodos, piedras y sedimentos en suspensión
al río Rímac que limitan la captación de agua para uso poblacional por Sedapal
en el sector de la Atarjea.
“Se recomienda a Sedapal, que debe tener operativo todos
los pozos de agua subterránea que se tiene en la ciudad de Lima, para que, en
momentos de emergencia por Fenómeno El Niño, permita extraer agua subterránea
desde los 80 a 100 m de profundidad, que actualmente solo se explota en los
meses de estiaje de mayo a noviembre”, apuntó.
Finalmente, expresó la necesidad de que las autoridades
competentes deben de hacer cumplir la normatividad vigente de Faja Marginal de
los ríos Rímac, Lurín y Chillón y de sus diferentes tributarios.
Para la elaboración de este artículo, Infobae buscó por
varios días comunicarse con representantes de Sedapal y Sunass, pero no
obtuvimos respuesta al cierre de la nota.
Sedapal aclara situación sobre posible
falta de agua
Sedapal se pronunció sobre la posibilidad de que Lima quede
desabastecida de agua durante el próximo periodo de lluvias.
Aclararon que, tras el inicio del Ciclón Yaku, que causó
intensas lluvias en el Perú, han intensificado su esfuerzo técnico con el fin
de asegurar agua para Lima y Callao.
También comunicaron que, ante un incremento del caudal de
los ríos Rímac y Chillón, activarán 489 puntos de aprovisionamiento de agua
potable y también enviarán camiones cisterna para proveer de agua a la
ciudadanía.
Sobre los pozos de agua con los que cuentan, aseguraron que
tienen a su disposición 424, que están funcionando con normalidad al producir
agua potable de forma permanente.
“A la fecha, el nivel de caudal del río Rímac alcanza los
35 m3/s y los parámetros de turbiedad en las bocatomas de la Planta La Atarjea
y Huachipa registran un valor de 30 NTU (Unidad de turbidez de agua), en tanto
el caudal registrado en el río Chillón es de 18 m3/s y tiene un valor de 30
NTU”, informaron. https://www.infobae.com/
HIDROREGIONES PERÚ
OEFA detecta nueva presencia de hidrocarburos en el área del Terminal Multiboyas 2 y fortalece acciones de fiscalización en la zona
Durante las acciones de supervisión realizadas el día de
hoy, 15 de abril de 2023, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental
(OEFA), organismo adscrito al Ministerio del Ambiente, advirtió una nueva
presencia de hidrocarburos en el área del Terminal Multiboyas 2 de la Refinería
La Pampilla S.A.A., en el distrito de Ventanilla, provincia constitucional del
Callao, ocasionando la afectación del agua de mar superficial en un área
aproximada de 300 m2.
El equipo de supervisión del OEFA se encontraba en la zona
verificando el cumplimiento de las medidas dictadas a Repsol en relación a la
limpieza y contención del hidrocarburo derramado en la emergencia ambiental
ocurrida en enero de 2022.
Al identificar este hallazgo, el equipo técnico del OEFA ha
requerido que, de forma inmediata y urgente, la empresa Repsol reporte lo
ocurrido e informe acerca de las acciones y medidas ejecutadas en sus
instrumentos de gestión ambiental a fin de evitar, minimizar o rehabilitar los
impactos en el ecosistema marino y verificar las causas de la emergencia
ambiental.
OEFA manifiesta su compromiso de velar por la calidad
ambiental y de los ecosistemas manteniendo su presencia permanente en campo
para verificar las acciones que realice la empresa. Asimismo, es preciso
señalar que, al cierre de la presente nota, Refinería La Pampilla S.A.A. aún no
ha remitido el Reporte Preliminar de Emergencia Ambiental.
Notas:
A la fecha, el OEFA ha ordenado 20 medidas preventivas
orientadas a la limpieza, contención, monitoreo y manejo de residuos sólidos,
entre otros; verificándose el incumplimiento de 7 de éstas. Por ello, se ordenó
a Repsol el pago de multas coercitivas por 620 UIT (2.8 millones de soles,
pagadas a la fecha).
Se ordenaron, además, 3 mandatos de carácter particular
para la presentación del Plan de Rehabilitación (PDR) para las zonas afectadas
por el derrame de hidrocarburos.
Se ordenaron 2 mandatos de carácter particular para
actualizar y/o modificar los IGA, con respecto al área de influencia directa e
indirecta de las operaciones en mar de la Refinería La Pampilla; y, para la
presentación de un Plan de Relaciones Comunitarias.
Con fecha 14 de abril de 2023, el OEFA dictó 4 medidas
preventivas orientadas a la continuidad de Acciones de Primera Respuesta para
las áreas naturales protegidas, islas e islotes y zona submareal de los
terminales marítimos en la Refinería la Pampilla. Asimismo, se establecieron
obligaciones para que Repsol realice una vigilancia permanente y reporte con
inmediatez cualquier incidente que pueda presentarse en estas zonas afectadas
por el derrame de hidrocarburo en enero del 2022, en tanto presenta el Plan de
Rehabilitación ante el MINEM. https://www.gob.pe/
Vecinos de Villa San Antonio denuncian que muchas empresas extraen material del río Cumbaza
Los pobladores de Villa San
Antonio, una comunidad que está ubicada en la parte baja de Tarapoto, están
mostrando su malestar, porque desde hace mucho tiempo, empresas y la misma
Municipalidad Provincial de San Martín están extrayendo material agregado del
río Cumbaza, situación que está afectando el cauce y en un posible desborde,
podría generar daños a las familias que viven en ese lugar.
Lo único que piden los moradores
es que les ayuden a mejorar sus vías de acceso, porque son años que vienen
explotando esa cantera y nadie se digna a hacer algo por esta localidad.
“Cuanta plata ganan esas empresas y son ellos quienes malogran nuestra vía de
acceso y lo mínimo que deberían hacer es ayudarnos rehabilitar nuestra
carretera que finalmente a ellos también los va a beneficiar”, manifestó
Alexander Torres Lozano, morador de Villa San Antonio
Maquinarias de la Municipalidad
Provincial de San Martín también extraen material agregado de esa zona y los
trabajadores indican que tienen autorización de la Autoridad Local del Agua y
la arena y piedras que sacan es para mejorar las calles de la ciudad. https://diariovoces.com.pe/
Perú: estudio revela la presencia de 150 especies y más de mil corredores de conectividad en áreas impactadas por minería en Madre de Dios
El paso lento de un oso
hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla), que atraviesa el campo visual
delimitado por una cámara trampa, y la mirada curiosa de un añuje (Dasyprocta
variegata) sobre la lente del equipo fotográfico fueron captados, junto con
otros cientos de videos y fotografías, por los 60 equipos instalados en ocho
zonas estratégicas de Madre de Dios, una región afectada fuertemente por la
minería de oro.
Las imágenes captadas por estos
equipos incluyen especies amenazadas como el lobo de río (Pteronura
brasiliensis), el maquisapa (Ateles chamek) y el mono choro (Lagothrix
lagothricha tschudii). También hay registros de jaguar y puma, así como de aves
entre las que figuran el playero coleador (Actitis macularius), la garza de
pecho castaño (Agamia agami) y la perdiz azul (Tinamus tao).
En total se registraron 150
especies a través de cámaras trampa y recorridos de observación, 13 de ellas
se encuentran en alguna categoría de amenaza de extinción. La cifra sube a 185
especies si se considera otros dos métodos usados para registrar la
biodiversidad como entrevistas a residentes de los sitios de muestreo y
registros ocasionales que hicieron los investigadores mientras se trasladaban
de un lugar a otro. Todas estas especies se registraron como parte del Estudio
de conectividad ecológica del paisaje amazónico en Madre de Dios, elaborado por
el Proyecto Prevenir de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), en colaboración con la
Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS).
El objetivo de la investigación
ha sido descubrir el nivel de conectividad ecológica —movimiento de las
especies— que habitan en una extensión de aproximadamente 3 700 000 hectáreas
de territorio en Madre de Dios, un área que abarca tres áreas protegidas —la
Reserva Comunal Amarakaeri (RCA), la Reserva Nacional Tambopata (RNT) y el
Parque Nacional Bahuaja Sonene (PNBS)—, así como el espacio que sirve de
conexión entre estos lugares protegidos, un territorio afectado por las actividades
humanas, principalmente la minería.
Además de las especies
registradas, el trabajo permitió determinar que aún existen 1055 corredores de
conectividad que enlazan parches de hábitat, para que la fauna pueda
desplazarse hacia mayores extensiones de bosques fuera o dentro de las áreas
protegidas.
La biodiversidad de Madre de
Dios
“El reto era encontrar los sitios
claves para el estudio”, señala Andrea Buitrago, directora del Programa Perú de
la FCDS. Para ello, en un primer momento se realizaron análisis geoespaciales
con información satelital del territorio de Madre de Dios: estos datos
abarcaron un periodo de nueve años, entre 2011 y 2019. El fin fue evaluar la
cobertura natural existente, así como los cambios que habían ocurrido durante
ese periodo de tiempo.
Con esta primera información se
pudo identificar cómo fue cambiando la cobertura boscosa para transformarse en
zonas dedicadas, principalmente, a la minería aurífera legal e ilegal, pero
también a otros usos como la agricultura y la ganadería; además se vieron qué
zonas se habían regenerado. Esa información, unida a estudios previos que daban
cuenta de las especies que habitan en este vasto territorio, permitió definir
los ocho lugares en donde se colocarían las cámaras trampa.
Los centros recreativos en
Mazuco, La Madriguera y El Lago; la Asociación de Agricultores Arco Iris; la
concesión minera Cinco Rebeldes; las comunidades nativas Barranco Chico, Puerto
Luz y San José de Karene; la concesión forestal Nuevo San Juan, que forma parte
de la Asociación Agroforestal y de Conservación del Medio Ambiente (Agrofocma)
y la localidad de Santa Rita Baja, de la Asociación Agrobosque, fueron los
lugares definidos para el estudio.
“Fueron ocho polígonos
distribuidos en toda la zona del área de estudio. Lugares representativos de
los diferentes ecosistemas, pero también de las diferentes dinámicas, presiones
y amenazas de esos territorios”, señala Buitrago, quien lideró el estudio y
participó en el trabajo de campo en Madre de Dios.
El trabajo de campo se realizó
durante un mes —cuenta Buitrago—, con cuatro grupos de investigadores que
recorrieron los ocho sitios de muestreo. En estos equipos participaron
integrantes de comunidades indígenas, mineros, agricultores, castañeros y otras
personas de las zonas en donde se instalaron las cámaras trampa y se hicieron
los recorridos de observación.
“El grupo de las aves fue el de
mayor cantidad de especies registradas (104), seguido por los mamíferos (36)”,
indica el estudio que se presentó este 13 de abril. De las especies registradas
—se lee en la investigación— el lobo de río, el maquisapa y el mono choro se encuentran
clasificadas como En Peligro de extinción, por la Unión Internacional de
Conservación de la Naturaleza (UICN).
La investigación encontró que la
comunidad de Puerto Luz y la Concesión Minera Cinco Rebeldes son los sitios que
demuestran la mayor diversidad de fauna. Los de menor diversidad son la
comunidad de Barranco Chico y la Asociación de Agricultores Arco Iris (AAI). La
investigación también permitió identificar 147 especies de flora, tres de ellas
figuran en situación de amenaza.
Nos sorprendió encontrar esos
parches [de bosque] en medio de la zona minera —relata Buitrago— que son como
islas y refugio todavía para muchas especies, incluso grandes. “Fue una
experiencia muy reveladora, porque pudimos ver cómo cada día va desapareciendo
el bosque y la resistencia también de las personas que están apostando desde la
minería para transitar a otras economías”.
Aún se conserva la conectividad
Para evaluar los corredores de
conectividad se seleccionaron 10 especies focales, que se organizaron en tres
grupos de acuerdo con su capacidad de dispersión promedio, área mínima
requerida por un individuo para encontrar los recursos necesarios para su
supervivencia, y tipo de cobertura empleada como hábitat.
En el primer grupo están
especies como la majaz (Cuniculus paca), el hormiguero (Taraba major) y el
sajino (Dicotyles tajacu), que necesitan en promedio 5 kilómetros de extensión
para desplazarse y un área mínima de hábitat superior a 10 hectáreas. El
segundo grupo alberga a especies como el tapir (Tapirus terrestris), maquisapa
(Ateles chamek), pucacunga (Penelope jacquacu) y pichico (Leontocebus weddelli)
cuya dispersión promedio es de 8 kilómetros y un área de hábitat mayor a 30
hectáreas. Mientras que el tercer grupo está compuesto por las especies más
grandes como el jaguar (Panthera onca), puma (Puma concolor) y águila harpía
(Harpia harpyja), que requieren en promedio de 50 kilómetros para desplazarse y
un área hábitat mínima de 100 hectáreas.
El estudio logró determinar que
el primer grupo cuenta con un total de 610 corredores de conectividad que
enlazan parches de su hábitat con un área superior a 10 hectáreas. Para el
segundo grupo se obtuvo un total de 374 corredores que une parches boscosos con
un área superior a 30 hectáreas. El tercer grupo presentó 71 corredores que
enlazan parches formados por bosques, vegetación secundaria y sabanas con áreas
superiores a 100 hectáreas.
“Se puede considerar que, a
pesar de las múltiples problemáticas socioambientales observadas en el paisaje
de estudio, este mantiene un alto nivel de conectividad”, precisa el estudio.
No obstante —aclara la investigación— de continuar la trayectoria de pérdida y
degradación de hábitat, y si persiste la carencia de medidas en la
planificación y gestión para la conservación, protección y restauración de
ecosistemas, “se esperaría a futuro un paisaje severamente desforestado, con
pequeños parches de bosque nativo altamente modificados, aislados y sin
conectividad, rodeados de usos de suelo altamente contrastantes”.
El camino de la conservación
La bióloga Julissa Barrios,
quien también formó parte del equipo de investigación, conoce muy bien la
concesión minera Cinco Rebeldes, pues sus padres son los propietarios. “Desde
que tengo uso de razón mis padres han trabajado en la actividad de minería
artesanal en Madre de Dios, pero siempre me enseñaron el respeto hacia la madre
selva y hacia el bosque. Por eso, desde pequeña fui desarrollando una afinidad
por la naturaleza”, cuenta la investigadora.
Barrios relata que mientras
estudiaba su carrera se fue involucrando con proyectos de restauración. Fue así
que se involucró con propuestas de evaluación y restauración de zonas
degradadas por la minería. Ese camino la llevó de regreso a Huepetuhe, donde se
encuentra la concesión minera de sus padres.
“Yo soñaba con lograr que en la
concesión minera de mis padres se pudiera establecer una estación de
investigación de los impactos de la minería, porque tiene una ubicación privilegiada
ya que se encuentra al borde del corredor minero, pero también colindante con
la zona de amortiguamiento de la Reserva Comunal Amarakaeri”, cuenta Barrios.
“Es como si tuviéramos en la mano derecha todo el corredor minero que se ha
trabajado desde décadas atrás y en la mano izquierda un hermoso paisaje que
hemos podido conservar junto con Sernanp [Servicio Nacional de Áreas Naturales
Protegidas por el Estado] y otros aliados”, agrega.
Esta idea de transformar la
concesión en un centro de aprendizaje y turismo sostenible, que Barrios
compartía con sus padres, se ha empezado a concretar. Desde hace un año —cuenta
la bióloga— han abierto las puertas de su concesión para que científicos de
diversas partes del mundo puedan llegar para investigar. “Fuimos armando la
propuesta y con el tiempo se corrió la voz de que había una concesión minera
que permitía el ingreso para hacer la investigación. Y que, además, ofrecía
servicios de alojamiento, alimentación y transporte”.
Participar en el estudio fue
como un empujón para empezar —agrega Barrios—, porque después empezaron a
llegar otros grupos y organizaciones, algunas de muy lejos. “Yo le dije a mi
papá, se está cumpliendo la visión que tú pusiste a este río, porque empezaron
a llegar personas de Argentina, de Colombia, de Estados Unidos, de China, y no
podíamos creerlo”. https://es.mongabay.com/
“Defender el Agua es Defender la Vida”