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SEDALIB SA denuncia nueva afectación de redes de agua potable y alcantarillado por trabajos de municipalidad de Trujillo - Hidroboletín Fentap 4379

 Lunes, 8 de enero de 2024 – Año XVII – Edición 4379


SEDALIB SA denuncia nueva afectación de redes de agua potable y alcantarillado por trabajos de municipalidad de Trujillo

SEDALIB SA en forma reiterada ha presentado denuncias ante las autoridades correspondientes por los continuos daños en nuestras redes de agua potable y alcantarillado por parte de la empresa contrada por la Municipalidad Provincial de Trujillo para realizar obras en algunas zonas, siendo los usuarios y ciudadanía los principales afectados.

Con evidentes anomalías, estos trabajos al momento han causado serias averías, poniendo en riesgo la salud de la población, además de accidentes.

SEDALIB exige la respuesta inmediata de las autoridades correspondientes dada la gravedad de la situación que amenaza continuar en otros puntos de la ciudad de Trujillo.

Hacemos gestiones para el resarcimiento económico y las sanciones legales respectivas.

Esta vez en Calle Algallpampa, Manzana LL Lote 12 urbanización Santa Teresa de Avila Trujillo.

 


LIMA PERÚ

Ministerio de Vivienda transfiere más de S/ 38 millones a Sedapal para distribuir agua potable gratuita

El Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) autorizó una transferencia de S/ 38,746,184 a la Empresa de Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) para financiar la distribución gratuita de agua potable, a través de camiones cisterna, a la población del ámbito urbano de su responsabilidad que no cuente con el servicio y se encuentre en condición de pobreza y pobreza extrema.

La Resolución Ministerial N° 005-2024-VIVIENDA, precisa que la transferencia financiera se realiza conforme a los criterios de priorización a nivel nacional y las zonas focalizadas, aprobados por la Resolución Ministerial N° 579-2023-VIVIENDA.

Señala también que la transferencia financiera se realiza con cargo al presupuesto institucional para el presente año y en cumplimiento de lo establecido en la Octogésima Octava Disposición Complementaria Final de la Ley N° 31953, Ley de Presupuesto del Sector Público del 2024.

Además, la norma indica que los recursos transferidos no podrán ser destinados, bajo responsabilidad, a fines distintos que no sean los establecidos en la resolución.

Asimismo, encarga a la Dirección General de Programas y Proyectos en Construcción y Saneamiento del sector Vivienda realizar el monitoreo, seguimiento y cumplimiento de la transferencia financiera.

La resolución ministerial lleva la rúbrica de la titular de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Hania Pérez de Cuéllar Lubienska. https://www.gob.pe/

Autoridad Nacional del Agua habría incumplido en cronograma y trabajos preventivos en el río Chillón

En junio del año pasado, el Gobierno decretó situación de emergencia en el país, por un periodo de 60 días, ante el posible desarrollo del fenómeno de El Niño fuerte.

Dicha medida preventiva, recogida en el Decreto Supremo 072-2023-PCM, se basó en los informes del Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) y del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi).

El objetivo fue implementar acciones inmediatas para mitigar los altos riesgos asociados al evento climático en diversos distritos de 18 regiones. Sin embargo, aquella declaratoria de emergencia no incluyó al distrito de Puente Piedra, a pesar de que su territorio atraviesa el río Chillón y el incremento de su cauce se manifiesta todos los años, al igual que el río Rímac y Lurín.

Dicha situación significó que la población perteneciente a la mancomunidad de Lima Norte, que abarca además a Independencia, Carabayllo, Ancón, Puente Piedra, Santa Rosa, Los Olivos, Comas, San Martín de Porres y el distrito de Huaros, quedara en situación vulnerable por meses ante la falta de mantenimiento de cauces, drenajes y estructuras de seguridad física frente a peligros.

Pues, recién el 24 de octubre la jurisdicción fue declarada en emergencia, mediante el Decreto Supremo 121-2023-PCM, para atender la emergencia relacionada con la llegada de las intensas precipitaciones pluviales previstas para los años 2023-2024, así como a la potencial presencia de El Niño.

Incluidos en el decreto, pero sin presupuesto suficiente

Hoy en día, mientras la crecida repentina del río Chillón amenaza con afectar a los ciudadanos de las zonas continuas al afluente, la falta de recursos adecuados para atender y prevenir los posibles efectos devastadores de la crecida del río son una preocupación latente.

Así lo ha manifestado a Infobae Perú el ingeniero Jaime Limonchi Guerrero, gerente de Gestión del Riesgo de Desastres de la Municipalidad de Puente Piedra, quien detalla que la ejecución presupuestal de los fondos asignados a la Autoridad Nacional del Agua (ANA) para atender la emergencia por lluvias y El Niño, desde un inicio, fueron insuficientes.

“Nosotros, con recursos propios, hemos podido realizar trabajos de limpieza y descolmatación en determinados puntos del distrito, hemos metido maquinaria, volquetes. También, creamos diques en uno de los puntos más críticos, como el puente Tambo Río, una zona que quedó bastante afectada con la crecida de río, producto del Ciclón Yaku”, precisa Limonchi Guerrero.

Sobre este punto crítico mencionado —el puente Tambo Río—, se sabe que, según Latina Noticias, la estructura que conecta Comas con Puente Piedra, permanece sin barandas y se sostiene únicamente de una base de madera con riesgo de colapsar hace nueve meses por El Niño.

Ante ello, los ciudadanos organizados de ambos distritos han logrado ejecutar reparaciones temporales con sus propios recursos y exige a las autoridades la construcción de un nuevo puente.

Fiscalía interviene ante posibles irregularidades

Durante la entrevista con este medio, el ingeniero Jaime Limonchi Guerrero también mencionó que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) no habría iniciado los trabajos de limpieza y descolmatación del río Chillón prometidos para finales de noviembre de 2023, a pesar de contar con los recursos asignados a favor del distrito de Puente de Piedra.

“La Fiscalía incluso ha intervenido, ha hecho una diligencia con los representantes de la ANA, con mi persona y, pues, ha constatado que la ANA no ha realizado ningún trabajo de limpieza y descolmatación”, indicó el representante de la Gestión del Riesgo de Desastres de la Municipalidad de Puente Piedra a Infobae Perú.

“A Puente Piedra no se le transfirió ni un solo sol. Nosotros hemos pedido a través de oficios, a la presidencia, a la PCM, al MEF, y no se nos ha dado respuesta desde el año pasado, a la ANA también le pedimos su programación, su calendario, nunca se nos respondió. Se nos confirmó que en el mes de noviembre iban a intervenir Puente Piedra, Comas, Los Olivos y San Martín y no se hizo nada de ello”, agregó.

Al cierre de la entrevista, Limonchi Guerrero señaló que se ha programado una reunión para el viernes 5 de enero con representantes de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) para evaluar los progresos realizados.

En este encuentro, los distritos mencionados expondrán los avances y planificarán los siguientes pasos, que incluirán el soporte técnico y de maquinaria por parte de la PCM, para concluir adecuadamente las obras de prevención ante la temporada de lluvias.

En tanto, recalcó que las autoridades locales de Puente Piedra, Comas, Los Olivos y San Martín de Porres han implementado una serie de acciones coordinadas para minimizar los riesgos de desborde del río Chillón. Estos trabajos buscan fortalecer la infraestructura en diferentes tramos de la zona geográfica que comparten. https://www.infobae.com/


HIDROMUNDO

Balance ambiental de Bolivia en 2023: aumentó el avance de la deforestación, los incendios y la minería

Bolivia cerró 2023 con un balance ambiental negativo. Eso se observa cuando se enumeran algunos de los temas que marcaron la agenda del país: la deforestación creció, la presencia de la minería aurífera se resintió en las cuencas amazónicas y en áreas naturales protegidas, los incendios forestales pintaron de gris el cielo en diversas regiones y la sequía extrema afectó a la mayoría de los municipios.

El país empezó 2023 ocupando el tercer lugar en la lista de las naciones con más pérdida de bosque primario, de acuerdo con el informe anual realizado por la Universidad de Maryland y Global Forest Watch (GFW).

De hecho, Bolivia registró un nivel récord de esta deforestación en 2022 con un aumento del 32%, en comparación con el año anterior, según el mismo estudio. Durante 2023 no se presentaron cifras oficiales sobre la superficie deforestada, sin embargo, los expertos Marlene Quintanilla, directora de Investigación y Gestión del Conocimiento de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), y Roberto Vides, director de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), coinciden en que la situación es similar a la registrada en 2022, debido a la ampliación de la frontera agrícola y el descontrol de los incendios forestales.

“En el período de 2000 al 2015, la deforestación en Bolivia alcanzaba alrededor de 200.000 hectáreas por año, pero en el período 2021 y 2022, está por encima de 250.000 hectáreas; en el monitoreo que hicimos para 2022, se registraron 270.000 hectáreas deforestadas”, señala Quintanilla.

Vides advierte que “la tasa de deforestación en Bolivia no tiene freno. Probablemente el año 2023 sea el tercero consecutivo en el que Bolivia se ubicará entre los tres países con mayor deforestación absoluta y primero per cápita”.

La agricultura de productos básicos, como la soya o maíz, y la ganadería han sido identificadas como los principales impulsores de la deforestación en Bolivia, detalla Quintanilla.

El medio Mongabay Latam consultó a especialistas para conocer cuál es el balance ambiental de Bolivia para 2023. Para Óscar Campanini, director del Centro de Documentación e Información de Bolivia  (Cedib), el desastre causado por la presencia del mercurio en los ríos amazónicos, la sequía generalizada en el país, la contaminación del río Pilcomayo, la pérdida de bosques por incendios y la agroindustria “muestran a un Estado que no cuenta con las herramientas ni voluntad necesarias para encarar este tipo de sucesos, los cuales están llegando a manifestarse de manera extrema y extensa y se suman a una larga lista de tragedias ambientales que ha    tenido el país en los últimos años”.

LO GRAVE: SIN ACCIONES PARA DETENER LA DEFORESTACIÓN

El más reciente informe de Global Forest Watch (GFW) muestra que Bolivia ocupó el tercer lugar entre los países con mayor pérdida de bosques tropicales primarios, al registrar poco más de 272.000 hectáreas deforestadas durante 2022. Para 2023, no hay cifras oficiales de la pérdida de bosques.

“El problema de pérdida de bosques está alcanzando niveles críticos en Bolivia. A diferencia de la tala manual que se practicaba hasta hace poco, hoy en día los desmontes son altamente tecnificados. El   resultado es el desmonte a gran escala. En Bolivia, se desmonta a un ritmo de 800 hectáreas por día. Si la mancha urbana de la ciudad de La Paz fuera bosque, desaparecería en una semana”, asegura Gonzalo Colque, investigador de la Fundación Tierra.

¿Por qué cada año empeora el desempeño boliviano en el tema de deforestación? Hay muchas razones. La principal es el modelo de agricultura en los departamentos de Santa Cruz y Beni, explica Colque.

“La puesta en producción de nuevas tierras implica la conversión de los bosques a campos de cultivos, extensas tierras de pastoreo y grandes predios con pastos cultivados. El modelo cruceño requiere planicies uniformes de cientos y miles de hectáreas para el uso de grandes maquinarias agrícolas e, incluso, avionetas de fumigación”, dice el experto.

Ruth Alipaz, representante de la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap), reclama la falta de políticas públicas del gobierno boliviano para detener los desmontes.

“La deuda principal de este año fue reducir la deforestación como política estatal… Hoy vemos las consecuencias de ese proceso de destrucción de bosques primarios esenciales para la vida, a través de métodos como los incendios forestales, que se dan a la vista e inacción del gobierno y las instancias llamadas a atender situaciones de desastre”, señala Alipaz.

LO RECURRENTE: INCENDIOS QUE SE INTENSIFICAN AÑO TRAS AÑO

Los incendios en Bolivia son un problema año tras año. Óscar Campanini, director del Cedib, recuerda lo ocurrido en 2019, cuando se quemaron más de seis millones de hectáreas de bosque, sobre todo en la Chiquitanía boliviana. El experto considera que estas quemas generaron conciencia en la sociedad civil sobre todo por sus consecuencias negativas, pero no se trabajó en materia legal para evitar que cada año los incendios afecten a los bosques, sobre todo del oriente boliviano.

“Lamentablemente la gestión gubernamental de Luis Arce no cambió en nada estos impactos, por el contrario, se continúa impulsando la ampliación de la frontera agropecuaria en la Chiquitanía y la Amazonía, impulsando ahora con mayor ahínco proyectos como la palma africana. Además de los cambios, denuncias y problemas institucionales, los incendios ocurridos en este 2023 en áreas protegidas, como el Madidi, han demostrado la falta de atención total a las áreas protegidas”, considera Campanini.

Hasta el 20 de noviembre de 2023, los incendios forestales en Bolivia afectaron un poco más de tres millones de hectáreas, el 56% de esa superficie está en el departamento de Beni, donde la actividad productiva genera focos de calor, debido a la ampliación de la frontera agrícola para la agroindustria y la ganadería, según datos de la Dirección General de Gestión y Desarrollo Forestal del Ministerio de Medio Ambiente y Agua.

En Beni se quemaron más de un millón y medio de hectáreas, de las cuales el 80% comprende matorrales y pasturas secas y el 20% incendios forestales, de acuerdo a datos oficiales. En el departamento de Santa Cruz se quemaron 858.148 hectáreas, que representan el 29% del total nacional. Mientras que en el norte de La Paz se afectaron 285.066 hectáreas, que es un 10% del total.

“Personas vinculadas a los agronegocios han quemado tres millones de hectáreas adicionales, la mayor parte en áreas protegidas, incluyendo el área protegida más biodiversa del planeta: el Madidi, un bosque húmedo tropical que jamás había afrontado incendios forestales de magnitud y que ahora se encuentra con condiciones más parecidas a las de bosque seco por la falta de lluvias”, señala Cecilia Requena, quien llegó al Senado boliviano como defensora del medioambiente.

Según reportes de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosque y Tierra (ABT), en Santa Cruz, el fuego dañó el Parque Noel Kempff Mercado, donde se arrasaron 7.000 hectáreas por las quemas; en la TCO Bajo Paraguá se afectaron 14.000 hectáreas; en el Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) del Área Protegida San Matías el fuego se llevó 8.700 hectáreas.

En el departamento de Beni, el Área Natural de Manejo Integrado Iténez tiene una gran afectación de 50.500 hectáreas y en la Reserva de la Biosfera y Territorio Indígena Pilón Lajas se quemaron 9.600 hectáreas. En La Paz también se afectó el Parque Nacional Madidi y en Cochabamba, el parque Carrasco. En estas dos últimas reservas no hay datos oficiales.

Por primera vez en Bolivia, los incendios    forestales obligaron a que en varias zonas urbanas se suspendieran las clases escolares por la mala calidad del aire. Las ciudades más afectadas fueron Trinidad y Santa Cruz de la Sierra, donde el humo llegó a niveles nunca antes vistos. En La Paz también se cancelaron clases.

LO TRÁGICO: LA MINERÍA ILEGAL NO SE DETIENE

Una de las deudas ambientales que deja 2023 en Bolivia es la falta de acciones para evitar la expansión de la minería aurífera en cuencas amazónicas y, sobre todo, en áreas naturales protegidas.

Óscar Campanini ve que las alianzas políticas que existen entre mineros cooperativistas y el gobierno de Luis Arce afectan la lucha contra la minería ilegal.

El experto considera que el 2023 ha sido uno de los años con peor desempeño en materia ambiental en Bolivia. Como ejemplo menciona la presencia de mercurio, producto de la minería aurífera, en cuencas amazónicas y hasta en áreas protegidas.

“La primera deuda ambiental es el uso del mercurio por la minería aurífera. El Estado boliviano, acorde a sus compromisos con el Convenio de Minamata y con su ratificación por ley nacional, desde mayo de 2022 debía haber entregado un Plan de Acción Nacional planteando cómo eliminar gradualmente la importación y uso del mercurio en territorio boliviano”, detalla el investigador.

Campanini dice que, incluso, desde hace dos años existen programas pactados entre el gobierno de Bolivia y la cooperación internacional que buscan eliminar el uso del mercurio. Señala que recién en esta gestión se logró aprobar un Decreto Supremo que pone reglas a la comercialización del mercurio para ser usado en la minería aluvial.

Sin embargo, el decreto no establece restricción alguna a la importación de ese metal en el país, pese a que la nación se ha convertido en el principal importador global y principal proveedor ilegal de este insumo para la minería aurífera de Perú o Brasil, destaca Campanini.

“Los ministerios encargados del Plan de Acción Nacional inscribieron los recursos para elaborar este plan para el 2024, por lo que su conclusión, con suerte, se hará realidad el próximo año para ser presentado en el 2025, con una demora de más de dos años en relación con los compromisos internacionales y legales”, señala el experto.

La incursión minera aurífera está creciendo en Bolivia y en esta gestión marcó su presencia en áreas protegidas, según el Cedib. Las más afectadas son las reservas nacionales de Apolobamba, Madidi, Manuripi y Pilón Lajas, todas en la Amazonía boliviana. En estas zonas habitan pueblos indígenas que están afectados por esta actividad extractiva.

El vocero de Contiocap, Alex Villca, denuncia que los territorios indígenas son “avasallados” por mineros ilegales, quienes ingresan a las áreas protegidas armados.

“Las áreas protegidas y territorios indígenas continúan siendo avasallados y ocupados por mineros ilegales y por otros intereses económicos. Numerosos pueblos indígenas que habitan en la región amazónica, sobre las riberas de los ríos Beni y Madre de Dios, y que tienen como su dieta principal el consumo de peces, presentan niveles alarmantes de contaminación por mercurio, que supera de lejos los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, expresa Villca.

El presidente Luis Arce tuvo a mediados de noviembre de 2023 una reunión con los mineros auríferos, quienes entre sus demandas exigían la anulación de una resolución que les impide explotar oro en áreas protegidas, reivindicando sus “derechos constituidos” en reservas. Además, pidieron consolidar con una ley el 4.8 % de impuestos por la comercialización del oro, la tasa más baja del sistema tributario. Por ejemplo, un profesional en Bolivia llega a pagar al mes el 16% de su salario como materia de impuestos.

El ministro de Minería y Metalurgia, Marcelino Quispe, en una conferencia de prensa realizada el 7 de noviembre, informó que todavía están negociando con los mineros auríferos en mesas técnicas.

En una breve entrevista con Mongabay Latam, Quispe aseguró que los cooperativistas no ingresarán a áreas protegidas para extraer oro. “Es mi preocupación, las áreas protegidas, los parques nacionales como el Manuripi, el Madidi, ahí se tiene información de que hay explotaciones ilegales, entonces se tiene que trabajar en esa línea, no podemos quedarnos solo con la intervención del río Madre de Dios. Yo recuerdo bien, hace décadas había peces y ahora (no hay) ni de muestras”, dijo la autoridad.

A inicios de 2023, la Central de los Pueblos Indígenas de La Paz (Cpilap) alertó que en el Parque Nacional Madidi la actividad minera crece sin ningún tipo de control. Esa organización señaló a los mineros auríferos de extraer oro en el río Tuichi, que está en pleno núcleo de la reserva natural.

“Nos encontramos en estado de emergencia y todas las comunidades están listas a un solo llamado para poder concentrarnos y defender nuestros derechos, ante cualquier ingreso que se quiera dar, ya sea por la fuerza o intentando manipular de forma engañosa para entrar a las comunidades del Madidi y Pilón Lajas, como pretenden los mineros cooperativistas”, advirtió a este medio de comunicación Gonzalo Terrazas, presidente de la Cpilap.

LO IMPARABLE: NARCOTRÁFICO Y AVASALLAMIENTO EN ÁREAS PROTEGIDAS

Las áreas protegidas en Bolivia sufrieron por el incremento de avasallamientos. Mongabay Latam, en alianza con El Deber, ingresó a tres reservas para verificar los asentamientos humanos: en el Parque Nacional Amboró crecen los cultivos de hoja de coca; en la Reserva Municipal de San Rafael, los toma tierras tumban el bosque para acondicionar campos de cultivo y traficar maderas valiosas, y en la Reserva Municipal Curichi Las Garzas, los avasalladores afectaron 300 de las 1.247 hectáreas del área protegida para instalar   tierras de cultivos.

Alipaz asegura que la “desprotección” de las áreas naturales protegidas comenzó desde 2006 y continúo hasta 2019; en estos años se emitieron normas de menor rango a la Constitución Política del Estado, con el fin de ingresar a las reservas, según la dirigente   indígena.

En 2023 la situación de las áreas protegidas no mejoró. Vides destaca que la situación de las reservas se debe al “bajo presupuesto, a la baja calidad de gestión desde el gobierno central, a la presencia cada vez más fuerte del narcotráfico y al insuficiente apoyo al personal de campo”.

Además, algunas de las áreas protegidas en Bolivia sufrieron por los cultivos y vínculos con el narcotráfico. Uno de los casos llamativos fue el del Parque Nacional Amboró, en el departamento de Santa Cruz, donde, según un análisis satelital realizado por Mongabay Latam y El Deber, desde febrero de 2019 hasta octubre de 2023 la deforestación al interior de la reserva pasó de 14 a 107,5 hectáreas.

Estas cifras coinciden con el avance de plantaciones de coca en el Amboró. En 2020 un equipo de Mongabay Latam y El Deber ingresó a dos puntos del área protegida y según las imágenes satelitales muestran que en esas dos zonas ―entre los ríos Ichilo y Alto Ichilo, y en el margen derecho del río Alto Ichilo― los parches de deforestación o chaqueos se han multiplicado.

El reporte anual del monitoreo de cultivos de coca en Bolivia, realizado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), revela que los cultivos de hoja de coca están presentes en seis áreas naturales protegidas de Bolivia, lugares donde la producción de esta planta ancestral es ilegal. Según el informe, en estos territorios se han registrado una superficie de 435 hectáreas de cultivos de coca.

LO PREOCUPANTE: LA SEQUÍA QUE SE EXTIENDE POR BOLIVIA

La sequía que golpeó este año a Bolivia no solo avivó aún más los problemas con los incendios en las zonas forestales, también generó varios problemas en las zonas urbanas. En ciudades como La Paz, Potosí y Sucre, por ejemplo, se vivió un desabasto de agua potable.

De acuerdo con el reporte del Viceministerio de Defensa Civil, al 16 de octubre de   este año, Bolivia reportaba 144 municipios —de 339— afectados por la sequía, pero solo el departamento de Oruro se declaró en desastre, mientras que La Paz, Cochabamba y Chuquisaca se declararon en emergencia. Ante ese panorama, el gobierno boliviano tuvo que acudir al bombardeo de nubes para generar lluvias en varias zonas, principalmente en Cochabamba, donde existen suelos de sembradío.

Jorge Campanini, investigador del Cedib, dice que Bolivia ha agravado sus condiciones ambientales: primero, al no contar con una política de gestión ambiental y estructura para monitorear y fiscalizar las actividades que son susceptibles a generar contaminación. Además, considera que el país tampoco cuenta con información actualizada y detallada del estado ambiental con fines de planificación y conservación.

LO BUENO: ACCIONES PARA FRENAR LA MINERÍA EN ÁREAS PROTEGIDAS

Luego de que se conoció que mineros auríferos ingresaron a áreas protegidas, el gobierno de Bolivia tomó acciones y una de ellas fue evitar, mediante resoluciones, la entrada de estos sectores a las reservas naturales, sobre todo a las que se ubican al norte del departamento de La Paz, donde actualmente se      extrae oro en forma ilegal.

El Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) anunció, a finales de noviembre, que está prohibido el desarrollo de actividades mineras nuevas en las áreas protegidas, y que asume la responsabilidad de corregir equívocos administrativos generados en gestiones pasadas que otorgaron aprobaciones en zonas incompatibles con la actividad minera que, por lo general, están en los límites de las reservas.

El Sernap identificó diez áreas protegidas donde hay amenazas respecto a la minería. El gobierno anunció que se controlará el ingreso a estas reservas. En los próximos meses se verá si esa acción se realiza y es efectiva para proteger los ecosistemas que resguardan estas áreas naturales protegidas.

Otra buena noticia del 2023 fue la creación de la Reserva Natural del Quebracho y Cóndor en la Cordillera de Laderas, un espacio creado para proteger al cóndor andino (Vultur gryphus), un ave emblemática de Sudamérica. Esta es un área protegida municipal rural que tiene una extensión de 3.295 hectáreas.

La reserva destaca por su papel en la preservación del cóndor andino, la protección del quebracho blanco (Aspidosperma quebracho-blanco), la conservación de ecosistemas cruciales entre el Valle Central de Tarija y la Selva Boliviana Tucumana, la salvaguardia de fuentes de agua y la protección de especies En Peligro de Extinción como la quirusilla (Gunnera apiculata). https://www.opinion.com.bo/

 


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