Jueves, 25 de noviembre de 2021 – Año XV – Edición 3853 – http://hidroboletinfentap.blogspot.pe
La FENTAP informa:
PERÚ - El conflicto minero en el sur de Ayacucho. El sector
empresarial ha puesto el grito en el cielo a raíz del acuerdo firmado entre la
comisión de alto nivel del gobierno liderada por la presidenta del Consejo de
Ministros, Mirtha Vásquez y las autoridades y dirigentes de las provincias del
sur de Ayacucho (Parinacochas, Lucanas y Páucar del Sara Sara)
PERÚ – Puno. Pobladores del distrito de Santiago de Pupuja sufren
por escasez de agua y piden soluciones
PERÚ - CGTP: Una victoria desde las calles. La derecha se vio
obligada a retirar sus proyectos de ley antilaborales
ANÁLISIS - Crisis climática y ecológica. Los gobiernos no atinan
hasta el momento a dar los pasos necesarios para frenar tan inmensa catástrofe
El conflicto minero en el sur de
Ayacucho
El sector empresarial ha puesto el grito en el cielo a raíz del acuerdo firmado entre la comisión de alto nivel del gobierno liderada por la presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez y las autoridades y dirigentes de las provincias del sur de Ayacucho (Parinacochas, Lucanas y Páucar del Sara Sara).
Como se sabe, en esta zona se inició un paro a finales de
octubre que derivó en enfrentamientos, bloqueo de carretera y la toma violenta
de los campamentos de las empresas mineras Apumayo (Apumayo SAC) y Breapampa
(South América Mining Investments, SAMI). El paro se levantó luego de una
reunión entre los representantes de los pobladores con funcionarios del
Ministerio de Energía y Minas y con el acuerdo de instalar una mesa de diálogo
bajo el auspicio de la presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez.
Este proceso se instaló precisamente el pasado 19 de noviembre en la localidad
de Coracora, Ayacucho.
Desde los sectores empresariales se viene señalando que se
ha producido una violación del Estado de derecho y que todo esto representa un
grave retroceso institucional ya que lo que se habría anunciado es un cierre
unilateral de operaciones mineras. En respuesta a esta afirmación, la
Presidencia del Consejo de Ministros ha señalado que descarta que el acuerdo
suscrito con la población sea arbitrario o ilegal “o que contravengan la
estabilidad jurídica como han referido los gremios empresariales”. Las cuatro
unidades mineras envueltas en el conflicto tienen planes de cierre de
operaciones en curso “establecidos mediante resoluciones directorales aprobadas
conforme a la normatividad legal vigente”.
¿Los planes de cierre pueden variar y los plazos pueden ser
ampliados? Por supuesto que sí, pero esto no es automático. Si una empresa
piensa hacerlo tiene que presentar un Estudio de Impacto Ambiental o una
modificación del mismo y las autoridades correspondientes lo evaluarán con
rigor y eventualmente lo podrán aprobar o desaprobar. Por lo tanto, las
intenciones de nuevas y mayores inversiones deben formalizarse de acuerdo a la
normativa vigente y las autoridades deberán tomar decisiones. Mientras eso no
ocurra el plan de cierre probado sigue vigente y debe ser estrictamente
respetado.
¿El acta firmada en Coracora contraviene la legalidad
vigente? Consideramos que no. En el punto 1 se habla de la constitución de una
comisión ejecutiva de negociación de los plazos y términos del retiro de las
cuatro operaciones mineras; es decir, está claro que todo será negociado y no
impuesto. En el punto 2, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) se compromete
a presentar un cronograma de visitas al entorno de las operaciones mineras, las
mismas que se realizarán con participación de las comunidades; en el punto 3,
el propio Minem se compromete a informar un cronograma de reuniones con las
empresas involucradas; en el punto 5 y 6 se mencionan las tareas que deberán
desarrollar la Autoridad Nacional del Agua y el Organismo de Evaluación y
Fiscalización Ambiental para evaluar los diferentes impactos.
Sobre los puntos del acta y las declaraciones hechas,
seguramente se seguirán haciendo precisiones adicionales en los próximos días.
Sin embargo, lo que no se debe olvidar es que este conflicto lleva más de 10
años y a pesar que en el pasado se instalaron mesas de diálogo, las demandas de
la población de remediación ambiental no se han materializado hasta el momento.
Si alguna de las empresas involucradas en este conflicto está realmente interesada en permanecer en la zona y ampliar sus operaciones, en lo primero que debería pensar es en construir una relación de respeto con las poblaciones vecinas. Sin lo que las propias empresas denominan como ´licencia social para operar´ es muy difícil pensar que puedan seguir desarrollando actividades, en el sur de Ayacucho o en cualquier parte del país y del planeta. https://cooperaccion.org.pe/
HIDROREGIONES PERÚ
Pobladores del distrito de Santiago de Pupuja sufren por escasez de agua y piden soluciones
Los pobladores de diversas comunidades del distrito de
Santiago de Pupuja, provincia de Azángaro, demandan proyectos de agua al
gobernador regional encargado de Puno, Germán Alejo Apaza, y en caso de no ser
atendidos amenazan con realizar una marcha de sacrificio.
La grave situación que sufren los habitantes de las
comunidades de Saytococha, Tuturcuyo, Chaqui Iquilo, Chicchipani, Tulani y
otros del distrito de Santiago de Pupuja, por la escasez de agua persiste todos
los años.
Actualmente, el ganado bebe agua de los “takapis”, donde se
almacena el agua de lluvia en los meses de enero, febrero y marzo, estas se
encuentran a la fecha demasiada turbia. Lo que más llama la atención es que los
habitantes también consumen esa misma agua que no es tratada. Este hecho podría
causar diversas enfermedades en los organismos.
El expresidente de la comunidad de Saytococha, Godofredo
Chacón, manifestó que la escasez de agua no fue resuelta con proyectos por el
gobierno distrital, provincial, regional ni central, por tal motivo, piden la
intervención de las autoridades del GORE Puno.
“Solo de manera paliativa, algunos años, las autoridades
locales declararon en emergencia, sin acciones concretas a favor de todos los
pobladores”, expresó la exautoridad comunal, al tiempo de recodar que, en la
gestión regional de Mauricio Rodríguez, iniciaron con elaborar estudios a
través del Prorridre, pero esto no fue continuado.
Instó, a las autoridades de turno a formular proyectos hídricos que sirvan para el consumo humano y el de los animales. Además, se necesitan irrigaciones para mejorar la producción agrícola. https://www.pachamamaradio.org/
HIDROLABORAL
La derecha se vio obligada a retirar sus proyectos de ley antilaborales
la Presidenta del Congreso de la
República, María del Carmen Alva Prieto, ante el pronunciamiento fundamentado
de la CGTP y la movilización de la clase obrera y de los trabajadores en
general, a nivel nacional, se ha visto obligada a retirar los proyectos de ley
anti laborales que presentó con los números 316/2021-CR, 317/2021-CR,
318/2021-CR, 320/2021-CR y 321/2021-CR, que eran la materialización de los
objetivos de la CONFIEP y de los gremios empresariales de arrancarnos los
derechos que consideran “costos no salariales”.
Contra esos proyectos de ley la
CGTP, y todas sus organizaciones sindicales de base, levantaron su voz de
protesta y se movilizaron para detener esta ofensiva de las derechas más
conservadoras, representadas por los partidos políticos Acción Popular, Fuerza
Popular, Renovación Popular, Avanza País, Podemos, etc., enquistadas en el
Congreso de la República, para defender los intereses de los empresarios, de la
burguesía.
Es importante señalar que, en
esta batalla por la defensa de los derechos de los trabajadores, fuimos acompañados
por las fuerzas democráticas nacionales, no estuvimos solos; pero fue la
movilización de la clase obrera, de los trabajadores en general, en las calles,
la que derrotó a esa derecha insolente y mezquina. Vaya pues, nuestro
reconocimiento a los ciudadanos que se unieron, a nuestras voces y a nuestro
puño, para derrotar a esas fuerzas tenebrosas que con sus actos apuntan a la
imposición de una dictadura fascista en nuestra Patria.
Creemos que la Sra. Alva Prieto
debe retirar, también, su proyecto de ley 319/2021-CR, que otorga a los
oficiales retirados de las fuerzas armadas y de la policía nacional el derecho
a celebrar con el Estado contratos de trabajo para puestos de seguridad, sin
renunciar a la pensión que reciben del Estado por haber pasado a la condición
de retiro. El trabajador jubilado, para cubrir sus necesidades se ve obligado a
trabajar en puestos de trabajo de la empresa privada. Pero para poder efectuar
esos trabajos debe de renunciar a la miserable pensión de jubilación que se le
otorga. Y si la ONP se entera de que está trabajando sin renunciar a su pensión
de jubilación, por el tiempo que dure su contrato de trabajo, lo obliga a
devolver el monto de las pensiones que percibió durante ese período. Más aún,
la Constitución prohíbe que una persona reciba dos ingresos diferentes de la
caja fiscal, salvo que sea por desarrollar labores de educación; por lo que
dicho proyecto sería inconstitucional y estaría creando una élite privilegiada.
Por estas razones, estrictamente constitucionales, dicho proyecto debe ser
retirado, y así lo exigimos.
La CGTP ha demostrado el día de
hoy, 22 de noviembre de 2021, que la unidad de la clase obrera, de los
trabajadores en general, y su movilización en nuestras calles puede derrotar a
las derechas fascistas.
Sin embargo, es importante no levantar la guardia y mantenernos alertas pues, en cualquier momento, esas derechas van a intentar imponernos sus proyectos de ley, sea por el Congreso de la República o por la fuerza de las bayonetas.
GERÓNIMO LÓPEZ SEVILLANO
Consejo Nacional CGTP
HIDROMUNDO
Crisis climática y ecológica
“Inundaciones, calores extremos,
desertificación y sequías son varias de las múltiples señales que nos envía el
planeta. O se cambia el sistema económico o desaparecemos”. Nos dice Diego
Arias Serna, en su interesante artículo “Capitalismo versus cambio climático”,
publicado por LA CRÓNICA DEL QUINDÍO el 2 de agosto de 2015.
La presencia humana siempre ha
tenido un impacto en el planeta. La ocupación de territorios por las diversas
culturas, a través de la historia, ha conllevado a transformaciones constantes
en sus respectivos entornos. Pero solo a partir de la Revolución Industrial se
comenzaron a dar transformaciones que se han vuelto cada día más impactantes y
que hoy tienen a la especie humana al borde del colapso no solo civilizatorio,
sino con alto riesgo de nuestra propia existencia.
Los gobiernos no atinan hasta el
momento a dar los pasos necesarios para frenar tan inmensa catástrofe. Los
intereses de los grandes capitales internacionales, como nacionales y
regionales, no han permitido tomar las medidas necesarias para garantizar la
sustentabilidad de nuestras sociedades. Pareciera que nos quieren llevar al
colapso total bajo quizás, el pretexto de garantizar su mezquino y excluyente
poder como de sus ganancias acumuladas, como si contaran con otro planeta para
ser habitado por la élite y sus elegidos. Nosotros, al igual que Jorge
Riechmann -poeta y ecologista español-, afirmamos que preferimos ser
“jardineros en la Tierra en vez de mineros en Júpiter”.
Llevan alrededor de 50 años
celebrando encuentros internacionales donde se reúnen los gobernantes y
expertos mundiales para hablar del desplome anunciado, pronunciando a su vez
sendas declaraciones y compromisos que nadie ha querido cumplir y que siempre
se quedan cortas ante las apremiantes necesidades para no solo conservar el
ambiente, sino mejorar lo ya deteriorado o, inclusive, si es posible aún,
recuperar lo hasta ahora perdido.
Lo que sí se debe resaltar es la
injerencia de las grandes corporaciones transnacionales responsables en gran
parte del desastre anunciado como la ausencia de la llamada sociedad civil que
siente en el día a día el deterioro socioambiental. Las comunidades, quienes
son las directas afectadas por esta profunda crisis, son las que no han tenido
la voz y el voto en estos encuentros de la diplomacia internacional
gubernamental en torno a tan grave problemática mundial.
Cifras de la crisis
Tengámoslo bien claro, los
conflictos socioambientales, que hoy nos profundiza en esta crisis climática y
ecológica, tienen causas en el modelo económico. Su razón primordial es el
saqueo de los territorios, que le han impuesto a los pueblos en cada rincón del
planeta. Y, a su vez, debemos resaltar que quienes han sufrido hasta hoy sus
devastadores efectos son precisamente los sectores poblacionales y regiones más
empobrecidas por este mismo modelo depredador.
Ahora bien, repasemos un poco
las cifras mundiales alrededor de la misma:
La mayor causa del calentamiento
global es el CO2 (dióxido de carbono) producto de la quema de los llamados
combustibles fósiles: el carbón, el petróleo y el gas.
El 1 % de los más ricos del
planeta contaminan 30 veces más de lo que todo el mundo debería emitir para que
el afamado calentamiento global no superara los 1.5°C para el 2030. Eso lo
afirman el Instituto Ambiental de Estocolmo (SEI), el Instituto de Política
Ambiental Europea (IEEP) y Oxfam Intermón. Como vamos, ya se asevera que
superaremos al menos los 2.4°C y posiblemente pasaremos más allá de los
2.7°C.
Mientras un super rico emite más
de 70 toneladas de dióxido de carbono al año, un pobre no supera las 2.2
toneladas. La población más pobre del mundo podría aumentar sus emisiones
contaminantes en 200 % y con ello no tendría mayor incidencia en el
calentamiento del planeta. Mientras los superricos deberían de mermar sus
emisiones hasta en un 97 % para estar acorde con el Acuerdo de París.
Mientras el 90 % de la población
mundial nunca ha viajado en avión, en solo EE. UU., el 12 % de sus habitantes
toman el 66 % de los vuelos cada año. Datos de la organización británica
Possible.
El economista francés Lucas
Chancel en una publicación del World Inequality Lab de París afirma que la
“extrema riqueza viene acompañada de una contaminación extrema”. Según este, el
70 % de las emisiones de los más ricos proviene de sus inversiones en
combustibles fósiles. Insiste en que “una pequeña élite parece tener un pase
libre para contaminar”.
Friedlingstein, del Instituto de
Sistemas Globales de la universidad Exeter del Reino Unido, sostiene que son
cuatro economías las responsables del crecimiento global de emisiones: China,
La India, Estados Unidos y la Unión Europea. Estos dos últimos, son los
“responsables históricos de la mayor parte de las emisiones acumuladas hasta la
fecha”, asegura el Instituto. Mientras África representa históricamente tan
solo el 4 % de las emisiones de gases efecto invernadero, EE. UU. es el 25 %,
Europa el 22 % y China el 13 %.
Debemos resaltar que la
industria militar mundial es una de las mayores emisoras de gases de efecto
invernadero. Industria que bajo el ropaje de del secreto militar no brinda dato
alguno sobre su actividad contaminante ni sobre sus planes y acciones para
disminuirla.
En América Latina, Brasil y
México son los únicos de la región que figuran entre las 15 economías del mundo
más contaminantes. Los diez países más Aportantes de CO2 en Latinoamérica son
en su orden: Brasil, México, Argentina, Venezuela, Chile, Colombia, Perú,
Ecuador, Cuba, Bolivia.
Esta crisis climática y
ecológica está provocando, según los diferentes estudios, la sexta extinción a
nivel planetario. Las 5 anteriores han sido por causas naturales en un lapso de
450 millones de años y esta es totalmente provocada por acción del hombre. La
diversidad biológica está disminuyendo de manera acelerada y hoy al menos
25.000 especies, que son algo así como la tercera parte de las descritas por la
ciencia, están en inminente peligro de desaparecer por siempre.
“La actividad humana, el consumo
de combustibles fósiles, la acidificación de los océanos, la contaminación, la
deforestación y las migraciones forzadas amenazan formas de vida de todo tipo.
Se estima que un tercio de los corales, de los moluscos de agua dulce, de los
tiburones y de las rayas, un cuarto de todos los mamíferos, un quinto de todos
los reptiles y un sexto de todas las aves se dirigen a su desaparición”. Esta
rotunda afirmación expuesta en el libro La sexta extinción (2015), de la
periodista estadounidense Elizabeth Kolbert, es un retrato de la situación de
la diversidad biológica en la Tierra.
La organización Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en su Lista Roja de
Especies Amenazadas de 2017, contiene 87.967 especies, de estas están en
peligro de extinción 25.062. Anfibios en un 40 %; Coníferas 34 %; Corales 33 %;
Tiburones y Rayas 31 %; Crustáceos 27 %; Mamíferos 25 % y Aves un 14 %.
La revista Science en el 2015,
basada en un minucioso estudio, informaba que, en el 2010, 192 países con
costas arrojaron al mar alrededor de ocho millones de toneladas de plástico, afirmando
a su vez que en el 2025 serán al menos el doble, es decir 16 millones de
toneladas arrojadas irresponsablemente a los océanos del mundo.
Científicos europeos aseguran
que ya para 1990 se había reducido la masa de insectos voladores en los Parques
Naturales en un 75%. Esto como consecuencia del cambio climático y el uso de
pesticidas. Por su parte el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, han
cuantificado en 2.500.000 colmenas desaparecidas para el año 2015, advirtiendo
que, en 1998, ya eran 5.000.000 las colmenas disminuidas. Para ahondar un poco
más en sus graves consecuencias, la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (Fao), asegura que al menos de las 100 especies
de cultivos que proporcionan el 90 % de los alimentos a la humanidad, el 71% de
estos es polinizados por las abejas.
La ONU en 2019 nos aseguraba que
eran no menos de un millón de especies amenazadas de extinción por el impacto
de las acciones del ser humano. Esto nos muestra la dimensión devastadora de la
sociedad moderna sobre la naturaleza. Esta conclusión fue obtenida a partir de
información de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre
Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
La humanidad se ha duplicado
desde 1970. La economía mundial se ha multiplicado por cuatro y se afirma que
el comercio internacional ha crecido 10 veces. Para atender dicha expansión se
han talado los bosques y en especial las selvas tropicales, perdiéndose en solo
20 años, de 1980 al 2000, cien (100) millones de hectáreas de estas. Y sus
mayores responsables son la ganadería, el cultivo de palmas productoras de
aceite y la producción de cereales precisamente para el ganado consumido
primordialmente en el norte del mundo, sin olvidarnos de la expansión urbana.
No sobra resaltar que el gas
metano del cual se responsabiliza primordialmente a la ganadería es a su vez un
factor importantísimo en el calentamiento global. La misma ONU recomienda la
disminución drástica del consumo de carne para mermar su incidencia en esta
catástrofe.
Además, para el mismo año 2000
ya se habían perdido el 87% de humedales del mundo, que se encontraban
primordialmente en las selvas tropicales. Al menos el 47% de los ecosistemas
naturales se han perdido. Ha disminuido el 82% de la biomasa de los mamíferos
silvestres. Sin olvidar que se ha reducido la productividad de la tierra en un
23%. Se votan entre 300 y 400 millones de toneladas anuales de metales pesados,
solventes, lodos tóxicos y toda clase de desechos a las aguas del mundo.
Leemos que según el Banco
Mundial la contaminación del aire es causa o un factor de importancia en
ataques cardíacos, derrames cerebrales, cáncer de pulmón, enfermedades
respiratorias y provoca la muerte de 7 millones de personas cada año. Que más
del 90% de la población mundial vive en zonas donde los niveles de
contaminación superan las pautas de la Organización Mundial de la Salud.
24.000 millones de toneladas de
suelo fértil perdemos anualmente en el mundo entero. En 2025, ya serán las dos
terceras partes de la tierra con estrés hídrico. 1.800 millones de habitantes
vivirán con una escasez absoluta de agua. Esto será un aporte mayúsculo en la
migración mundial qué, como resultado de la desertificación de los suelos, provocará
al menos 135 millones de personas desplazadas para el 2045.
Es necesario insistir en la
denuncia de los graves daños provocados por la megaminería: Daños a la
superficie de la tierra, contaminación del aire, contaminación de aguas
superficiales y daños a acuíferos subterráneos, envenenamiento del agua con
metales pesados, graves consecuencia para la salud humana y la diversidad
biológica, conflictos entre Comunidades y empresas mineras por el uso indebido
de sus tierras y el deterioro de los territorios, impacto negativo sobre el
paisaje, etc.
La ONU advierte que
Latinoamérica “se posiciona como una de las regiones más afectadas en el
planeta por el incremento de la temperatura y el nivel del mar”.
Alrededor de lo anterior o como
complemento de esta compleja y dura realidad, debemos al menos mencionar al
turismo masivo, consumista y depredador; la construcción y urbanización
desordenada; los monocultivos; los agrotóxicos; la infraestructura vial
diseñada sin importar las condiciones ambientales y socioeconómicas de las
localidades; la construcción de hidroeléctricas y demás represas; además del
desplazamiento forzado de miles y miles de familias campesinas.
¿Qué hacer?
Podría seguir exponiendo datos y
más datos sobre las graves consecuencias de este desastre ecológico planetario.
Las cifras basadas en los estudios, en las investigaciones científicas, son
cada día más escalofriantes, más aterradoras, que nos muestran con claridad y
precisión las consecuencias de aquello que se inició en la segunda mitad del
siglo XVIII en el Reino de la Gran Bretaña, y que históricamente se le ha
denominado la Primera Revolución Industrial, con la invención de las máquinas a
vapor (1769).
La productividad se acrecentó,
la población urbana se incrementó exponencialmente, el saqueo de las periferias
se extendió y profundizó, nacieron nuevos oficios y nuevas profesiones, nuevas
necesidades creadas y nuevos artilugios, nuevos requerimientos y nuevas
posibilidades. Se cayeron unos imperios y surgieron otros. Se liberaron nuevas
naciones, pero a la vez las convirtieron en colonias de nuevo tipo. Niveles de
bienestar alcanzados como niveles de pobreza nunca vistos.
Alrededor de 1.000 millones de
toneladas de comida se desperdician cada año. Según la ONU, son cerca de 7.800
millones los habitantes del planeta, de los cuales al menos 700 millones
padecen hambre y cerca de 3.000 millones no cuentan con una sana alimentación.
Comida que sobra y se
desperdicia como comida que no llega al plato de cientos de millones de seres
que viven su día a día en la miseria. Lujos para unos muy pocos y escasez para
poblaciones enteras. Salud para quien la puede comprar, enfermedad para quien
vive en la pobreza.
La pregunta que nos debemos
hacer es ¿Qué sigue ahora? ¿Cuáles deben ser nuestras acciones? Las respuestas
nos irán indicando de qué lado estaremos. No podemos seguir esperando que
quienes han promovido el desastre sean quienes nos indiquen el camino. Si
queremos el cambio que enderece el rumbo, debemos buscar con mucho juicio el
sendero más viable, la ruta más aconsejable para que la vida misma sea posible
en este nuestro único planeta.
No podemos seguir afirmando como
Víctor Hugo cuando decía que “Produce una inmensa tristeza pensar que la
naturaleza habla mientras el género humano no la escucha.”
No puede ser que un grupo
reducido de individuos y sus multinacionales, decidan hasta qué punto seguirán
apropiándose de lo que es de todos y todas. Hasta qué punto se permitirán
seguir deteriorando la vida en el planeta. Hasta cuándo reinará su economía de
destrucción y muerte.
Solo con la participación,
beligerante y propositiva de las comunidades en sus territorios, en solidaridad
y comunión permanente con los pueblos y naciones del mundo, se podrá lograr
que, en nuestra casa, la casa de todos y todas, el planeta tierra, siga
floreciendo la vida en todas sus expresiones. Construir la sociedad justa,
diversa y en armonía con la naturaleza, debe ser nuestra tarea primordial. Se
lo debemos a nuestros hijos e hijas, a nuestros nietos.
Quiero permitirme cerrar con
estas 2 frases pronunciadas el 10 de diciembre de 1982 por el premio nobel de
Literatura Gabriel García Márquez: “Sin embargo, frente a la opresión, el
saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las
pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a
través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la
vida sobre la muerte”.
Y que “Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”. https://cronicadelquindio.com/
“Defender el Agua es Defender la Vida”