10/10/24

Lima. Más del 50% del Río Chillón presenta problemas serios de contaminación - Hidroboletín Fentap 4565

 Jueves, 10 de octubre de 2024 – Año XIX – Edición 4565


Más del 50% del Río Chillón presenta problemas serios de contaminación

Más de la mitad de los 128.3 kilómetros del Río Chillón enfrenta graves problemas de contaminación, según un informe sobre el impacto de la contaminación en dicho río y su desembocadura en la costa, elaborado por la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC), por encargo de Repsol.

De acuerdo con el informe, las áreas más afectadas se localizan en la zona media del río, específicamente en el distrito de Santa Rosa de Quives, en la provincia de Canta, así como en la región baja del río, principalmente en los distritos limeños de Carabayllo, Comas, Los Olivos y San Martín de Porres.

Causas de la contaminación

“La contaminación se debe a la cantidad de residuos vertidos en el río o que bien permanecen al margen. Los plásticos, polímeros, vidrio, aluminio, cartón, papel, tecnopor y restos de materiales constructivos son los de mayor predominancia. De la misma forma, residuos orgánicos como restos de verduras y cadáveres de animales fueron los de mayor concentración”, detalla el reporte, preparado en el marco del programa Impulsared de Repsol.

En Santa Rosa de Quives, la contaminación del río se debe, sobre todo, a la actividad agropecuaria, al vertido de aguas negras y materia fecal. Por su parte, la zona baja “presenta elevados valores de coliformes, en gran medida por la alta densidad poblacional al margen del río; mientras que la fuerte presencia de fósforo repercute en el crecimiento de algas, lo que ocasiona un desbalance en el ecosistema”. En dicha área, además se presentan niveles de plomo significativamente elevados.

De acuerdo con las estimaciones de Ministerio del Ambiente (MINAM), el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y lo observado durante la investigación, 26 toneladas de residuos son vertidos al río diariamente y, dependiendo del caudal, pueden ser arrastrados hasta la desembocadura, incorporándose al mar. En otros casos, los residuos pueden estancarse e incrementarse en zonas donde la profundidad del Chillón es menor.

“El Río Chillón enfrenta serios problemas de contaminación, especialmente en los primeros 57 kilómetros hasta su desembocadura en Ventanilla. Las zonas urbanas y semiurbanas adyacentes al río están delicadamente afectadas, con niveles significativos de coliformes resistentes a temperaturas elevadas, oxígeno disuelto, fósforo total y plomo”, señaló Eunice Villicaña, directora académica del Departamento de Ingeniería Mecánica y de la Energía de UTEC.

Posibles soluciones

Para abordar esta problemática, se propone efectuar campañas de concientización en la zona y reevaluar las características fisicoquímicas del agua entre el kilómetro 4 al 61 del río, en la zona de Quives, donde los niveles de materia fecal son extremadamente elevados. Esto representa una alerta adicional dado que se encuentra en la zona agrícola más importante de la cuenca.

Además, se recomienda señalar los puntos de baja profundidad para reducir las zonas de estancamiento, evaluar el comportamiento del arrastre de residuos en la desembocadura y la zona limítrofe con el mar, identificar la zona de mayor impacto por la presencia de basura y señalar alternativas de reutilización, reducción y reciclaje. https://mineriaenergia.com/


HIDROREGIONES PERÚ

Pachiza enfrenta la crisis ambiental: alcalde y actores locales exigen acciones inmediatas

Con un llamado urgente a la acción oficial y ciudadana para enfrentar los principales desafíos ambientales, culminó la reunión multisectorial “Para la Sostenibilidad con Enfoque Colaborativo” en el distrito de Pachiza, provincia de Mariscal Cáceres. El contexto no podría ser más grave: incendios forestales sin precedentes han devastado más de 240 hectáreas de bosques y cultivos, afectando gravemente a la población de Pachiza.

“Hemos perdido áreas de pastos, cacao y naranja, que eran el sustento de muchas familias. Además, hemos visto cómo bosques de conservación han sido consumidos por el fuego, sin que hasta el momento recibamos la ayuda necesaria para enfrentar esta emergencia”, señaló William Velásquez, alcalde del distrito de Pachiza, un poblado que es conocido por la calidad de su cacao, se encuentra en una de las regiones más productivas y biodiversas de San Martín, pero la devastación amenaza no sólo el ecosistema, sino también la economía local.

Durante la reunión, Velásquez hizo un enfático llamado a las autoridades regionales y nacionales para que brinden apoyo inmediato a su distrito. Aunque Pachiza fue declarado en emergencia por los incendios forestales, el alcalde criticó que las intervenciones se financien únicamente con presupuestos locales, sin recursos adicionales del tesoro público. “Es injusto para municipios como el nuestro, que ya cuentan con pocos recursos. Afrontar una crisis de esta magnitud sin ayuda externa nos deja en una situación muy difícil”, expresó Velásquez, advirtiendo que la falta de acción podría agravar la pobreza y aumentar las brechas en salud y educación.

La reunión no sólo sirvió para exponer los problemas, sino también para trazar una hoja de ruta conjunta entre las autoridades y la sociedad civil. Los participantes firmaron el Acta de la Sostenibilidad, comprometiéndose a proteger la biodiversidad y los ecosistemas de Pachiza, un distrito cacaotero de gran importancia para la región. Este acuerdo plantea trabajar en los ejes cultural, ambiental, social y económico para combatir la deforestación, la crisis hídrica, los incendios forestales, y la ocupación de tierras por la migración.

Entre los compromisos asumidos, se acordó realizar una reunión técnica el 16 de octubre con la fiscalía ambiental de la región, así como un encuentro el 18 de octubre con el Comando de Operaciones de Emergencia Regional (COER-SM) para definir medidas concretas que permitan atender a las familias afectadas por los incendios.

En el marco de la reunión, la Autoridad Regional Ambiental, (ARA) propuso asistir en la inmatriculación e implementación de un sistema de retribución de servicios ecosistémicos en áreas afectadas, como la quebrada de Shitariyacu, donde más de 60 hectáreas de bosque han sido destruidas. Este sistema permitiría que las comunidades locales reciban incentivos por cuidar y restaurar los ecosistemas degradados, una medida que podría marcar la diferencia en la lucha contra la deforestación.

Además, se anunció la puesta en marcha de un proyecto de inversión para implementar un sistema de gestión ambiental en Pachiza. Este proyecto tiene como objetivo no sólo promover la conservación de áreas estratégicas, sino también restaurar los ecosistemas dañados y fomentar la participación activa de las comunidades campesinas en la protección de la biodiversidad. En este sentido, se planea trabajar en iniciativas de transformación productiva que impulsen negocios verdes, creando una sinergia entre el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental.

El Proyecto Especial Huallaga Central y Bajo Mayo, junto con la Municipalidad Distrital de Pachiza, coordinarán la implementación de un plan de trabajo para reforestar las 240 hectáreas afectadas por los incendios recientes. El Comando de Operaciones de Emergencia Regional (COER-SM) ampliará su cobertura para registrar a las familias afectadas y garantizar una respuesta más eficiente ante la crisis.

Uno de los puntos más destacados de la reunión fue el compromiso asumido por las rondas campesinas y las comunidades de Pachiza y el valle del Alto Huayabamba. Los líderes comunales anunciaron que trabajarán de manera coordinada para vigilar y proteger el territorio frente a amenazas como la deforestación, la ocupación ilegal de tierras y la destrucción de franjas marginales. Este esfuerzo colectivo busca fortalecer el rol de las comunidades en la gestión sostenible de los recursos naturales, reconociendo que, sin su participación activa, cualquier iniciativa ambiental estaría incompleta.

El caso de Pachiza pone de relieve las carencias estructurales del sistema de respuesta ante desastres en el Perú. “Al igual que ocurrió con la pandemia, esta crisis demuestra que no estamos preparados para enfrentar riesgos climáticos de esta magnitud”, afirmó Velásquez. A su juicio, más allá de los recursos financieros, lo que se necesita es una verdadera unidad y articulación entre los diferentes niveles de gobierno y la sociedad civil. Sólo de esta manera, dijo, se podrá hacer frente a los desafíos ambientales que amenazan con empeorar si no se toman medidas urgentes.

Refleja una problemática profunda y multidimensional que afecta no sólo a esta región, sino a muchas otras áreas del Perú que enfrentan desafíos similares. La deforestación, los incendios forestales, la crisis hídrica y la pérdida de biodiversidad son problemas interconectados que evidencian la falta de preparación y acción del Estado para enfrentar emergencias ambientales de gran magnitud.

En este contexto, es alarmante que, pese a la declaración de emergencia, las soluciones y los recursos no lleguen con la rapidez y efectividad que se requiere. La crítica del alcalde William Velásquez sobre la falta de fondos adicionales para atender la crisis es válida, y refleja un problema estructural que va más allá de Pachiza: el abandono de las zonas rurales y la desconexión entre los niveles de gobierno.

Vale agregar que el cónclave, convocado por el alcalde William Velásquez Carranza, reunió a líderes comunales, rondas campesinas, representantes de organizaciones ambientales, y equipos técnicos del Gobierno regional. La Autoridad Regional Ambiental (ARA), la Dirección Regional de Agricultura, la Gerencia Regional de Desarrollo Económico, y el Proyecto Especial Huallaga Central y Bajo Mayo, entre otras entidades, participaron en la discusión para definir estrategias frente a la crisis climática, la escasez hídrica y la deforestación. https://diariovoces.com.pe/


HIDROMUNDO

Argentina. La fiebre del litio deja pueblos sedientos

El sol y el polvo azotan este paisaje de rocas y suelos agrietados. A más de 12 000 pies sobre el nivel del mar (3700 msnm) en los Andes, los arbustos y animales sedientos se amontonan en la margen de lo que una vez fue un río caudaloso y por el que ahora apenas pasa un hilito de agua.

La gente del lugar lleva años viendo cómo los ríos, pozos y vegas se han ido secando. Mientras tanto, unas surreales piletas de agua turquesa salpican el paisaje como un espejismo.

Hace más de una década, comunidades originarias de la región de la Puna (el altiplano más alto después del Tíbet) aceptaron que dos empresas mineras de litio, Minera Exar y Sales de Jujuy, operaran en el departamento de Susques. Esperaban que las minas trajeran empleos y desarrollo, junto a la cuidadosa gestión ambiental que se les prometió. Algunas personas locales trabajan para las minas, pero la demanda por baterías de litio las ha dejado sin agua suficiente para vivir cómodamente, o tan siquiera para mantener su ganado y cultivos. Si bien el litio ayuda a energizar los autos eléctricos, computadoras y otra tecnología de alto nivel, pone en peligro la supervivencia básica en uno de los puntos más áridos de Argentina.

La desesperación ha llevado a algunas personas a beber el agua del Río Pastos Chicos, que contiene arsénico proveniente de la actividad volcánica. Los niveles de arsénico en el río alcanzan las 1 400 partes por millón y exceden considerablemente el umbral que, según la Organización Mundial de la Salud, puede provocar cáncer.

Global Press Journal intentó comunicarse con Minera Exar y Sales de Jujuy a través de correos electrónicos, solicitudes en redes sociales, cartas físicas y más de 20 llamadas telefónicas, pero no obtuvo respuesta. Mientras tanto, el gobierno de la provincia de Jujuy niega que las operaciones mineras sequen las reservas de agua.

“Es totalmente falso decir que la exploración y/o producción de carbonato de litio consume el agua disponible para las comunidades, ya que el agua para consumo [local] proviene de otras fuentes, las cuales no se ven afectadas por los proyectos”, indica un reporte de agosto de 2023 del gobierno de Jujuy. Sin embargo, estudios independientes muestran que, en efecto, las minas son las culpables del agotamiento del agua en el área.

Walter Díaz Paz, ingeniero ambiental de CONICET, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, quien ha escrito numerosos informes sobre la minería de litio en la Puna, dice que las compañías mineras oscurecen los hechos.

La extracción de agua por parte de las compañías mineras está “completamente vinculada” al hecho de que se hayan secado los pozos de agua de varias personas, dice Díaz Paz.

Se proyecta que la minería de litio tenga un crecimiento exponencial en Argentina. El país cuenta con la tercera mayor reserva de litio del mundo y es el cuarto productor global, aunque el presidente Javier Milei considera que la minería está “notablemente subdesarrollada.” En abril hizo que la importación de equipos y materiales para la minería resultara más barata y rápida para las empresas.

En junio, el presidente Milei aseguró la aprobación del Congreso para otra ley que otorga a las compañías mineras beneficios significativos como reducciones impositivas y aranceles del 0% en las importaciones durante 30 años, entre otros incentivos. Se ha reunido dos veces con Elon Musk, el cofundador y CEO de Tesla, gigante en baterías y autos eléctricos, que además es uno de los mayores consumidores de litio en el mundo.

Este plan económico preocupa a la gente del departamento de Susques. Las minas dan empleo a aproximadamente 30% de los trabajadores del departamento, pero esto es de poca importancia si el agua está desapareciendo.

Hace tres años, Reinaldo Luzco, de 75 años, sacaba agua de un pozo natural cercano a su casa para su familia y sus cabras. Hoy ese pozo está seco. Ahora él depende de que otros le traigan agua del pueblo y cuando esta no alcanza, bebe agua del río que contiene arsénico de manera natural.

“¿Qué vamos a hacer? Sin reservas [de agua] nos vamos a morir”, dice Luzco.

El ‘oro blanco del siglo XXI’

Durante miles de años, el agua de lluvia ha bajado de estos picos en los Andes, erosionando lentamente las sales y el litio de las rocas para formar una salmuera que penetra los lagos, salares y acuíferos de la Puna.

Se calcula que Argentina tiene 20 millones de toneladas de litio en esta salmuera; es decir, 10% de las reservas mundiales conocidas de litio. Extraerlo exige perforar los salares (las superficies blancas y agrietadas de lo que antes fueron lagos y que ahora se han evaporado completamente), y bombear la salmuera subterránea hasta las piletas de evaporación cercanas. Una vez que llega a estos estanques artificiales, la salmuera se deja evaporar hasta por dos años. Luego se procesa y se obtiene carbonato de litio, una sal blanca que una vez refinada se usa en la producción de baterías.

Durante 2023, Minera Exar y Sales de Jujuy extrajeron unos 12 200 millones de litros de salmuera, según los niveles de producción declarados en sus informes de impacto ambiental, y el consumo de salmuera por tonelada que han calculado los expertos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina.

Durante el mismo período, ambas empresas extrajeron más de 3 700 millones de litros de “agua industrial” — técnicamente, agua dulce — para producir lo que se conoce ampliamente como el “oro blanco del siglo XXI”. Esta cantidad equivale a más de 31 veces el consumo anual de agua de los habitantes del departamento de Susques. Tan solo dos años antes, las minas de litio habían usado cinco veces el consumo de agua dulce de los habitantes del departamento. En 2023, después de que Sales de Jujuy expandiera sus operaciones y Minera Exar comenzara a producir, la extracción de agua dulce se disparó 535%. Y las empresas tienen planes de expandirse aún más.

Ahora, cuatro minas producen litio en Argentina: las minas de Sales de Jujuy y Minera Exar, que se encuentran en la provincia de Jujuy, la mina Fénix que está en la provincia de Catamarca y la mina Centenario Ratones, en la provincia de Salta. Se espera que otras dos minas inicien operaciones este año; otras más les seguirán. Según un informe de noviembre 2023 de la Secretaría de Minería de Argentina, están en desarrollo otros 40 proyectos de minería de litio.

Lo crucial para la gente que vive en la Puna es que esta extracción masiva de agua debajo de los salares afecta la distribución de los reservorios de agua subterránea en la región, los cuales se clasifican como de agua dulce, salobre, salada o salmuera. Todos ellos se conectan a través de zonas de mezcla.

Lo anterior no sorprende. Un estudio realizado en 2018 por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) de Argentina modeló los impactos pronosticados de la minería de litio en la cuenca hidrológica Olaroz-Caucharí en la Puna. Según la investigación, el bombeo masivo de salmuera en el departamento de Susques — que comenzó en 2015 — probablemente atraiga el agua dulce cercana hacia los salares, donde se volverá irreversiblemente salada. El estudio también encontró que es casi seguro que los niveles de la cuenca Olaroz-Caucharí disminuyan, haciendo que se sequen manantiales, lagos, lagunas y pozos.

Y eso es exactamente lo que la gente del lugar está comprobando.

Menos agua disponible

El patio de María Norma Vasquez aloja un ejército de baldes, bidones y palanganas. Se trata de su última defensa contra las frecuentes interrupciones en el servicio de agua de su pueblo, una red de mangueras que toman agua de un manantial cercano. El agua potable se surte de un tanque en la plaza principal del pueblo, alimentado por un manantial de bajo caudal en las inmediaciones.

“A veces no tenemos ni para limpiar, ni para lavar nuestra ropa, hacer higiene, ni nada”, dice.

Las vegas de donde bebían los animales están secas, dice Eva, quien pidió que no se mencionara su apellido por temor a represalias.

“Siento que chupan todas las venas de todos los cerros”, dice Eva.

Las compañías mineras han hecho cierto esfuerzo por aliviar la competencia por el agua. En 2022, Minera Exar gastó cerca de 87 millones de pesos argentinos (unos 500 000 dólares en aquel momento) para llevar agua embotellada a sus empleados a fin de evitar el consumo del agua potable local. Ese mismo año, la compañía también gastó 640 000 pesos (unos 3 400 dólares en aquel momento) para abastecer de agua a 104 casas en la región rural de Salar de Olaroz, según el informe de sostenibilidad para 2022 de la empresa.

Estos esfuerzos no han aplacado las inquietudes. Muchas personas ya no quieren que las mineras estén allí. Están uniéndose a las voces que comenzaron a escucharse en 2012 en la cuenca de Salinas Grandes-Guayatayoc, vecina de la cuenca del Salar de Olaroz. Allí, 33 comunidades originarias crearon en 2015 un documento llamado el Kachi Yupi, que exige que las empresas que quieran instalarse en la zona sigan un protocolo de consulta que respete la cultura de los grupos indígenas.

Pero ese protocolo quedó finalmente en la nada luego de que el gobierno provincial de Jujuy no lo refrendara.

El año pasado, las comunidades originarias recibieron otro duro golpe.

En junio de 2023, el gobierno de Jujuy aprobó una reforma constitucional exprés. El proceso se realizó en poco más de 30 días sin hacer una consulta pública. La reforma establece que los terrenos fiscales, como los que habitan estas comunidades, podrán expropiarse y emplearse para desarrollos productivos como la minería de litio. Asimismo, prohíbe las protestas y manifestaciones que involucren cortes de rutas, uno de los pocos métodos que tenían los manifestantes para hacerse escuchar.

Hay algunas pequeñas señales de cambio. En marzo, en la provincia de Catamarca, luego de que la gente reportara los efectos negativos de la minería de litio en el Río Los Patos, un tribunal prohibió todos los permisos de minería nuevos en el área y ordenó al gobierno provincial realizar un nuevo estudio de impacto ambiental.

Aun así, la voluntad de algunas comunidades se resquebraja. Este año, Lipán, una de las 33 comunidades que firmó el Kachi Yupi, se separó de las demás y permitió que comenzara la exploración para la extracción de litio en sus tierras. https://laverdadjuarez.com/

Brasil. Río Amazonas sufre las consecuencias del cambio climático

La falta de lluvias y el incremento de temperaturas afectan la navegación y el trasiego de pasajeros y cargas, y encarecen los alimentos y la electricidad.

El Gobierno de Brasil anunció que planea dragar varios tramos del río Amazonas debido a que el nivel del agua se está reduciendo a pozas superficiales de tan solo unos metros de profundidad.

De acuerdo con la iniciativa, se recogerían sedimentos en cuatro tramos estratégicos de su cauce y se depositarían en zonas donde el agua es más profunda. El Gobierno defendió la decisión explicando que permitirá la circulación de personas y mercancías, incluso en tiempos de sequía.

Sin embargo, algunos científicos afirman que esa práctica podría dejar huellas duraderas en los sistemas acuáticos, perjudicando las plantas y los animales.

De acuerdo con el Servicio Geológico de Brasil, el pasado mes de septiembre el río descendió a su nivel más bajo jamás registrado, unos 7.6 metros por debajo de la media para esta época del año.

El director del Departamento Nacional de Infraestructuras de Transporte, Fabricio de Oliveira Galvão, expresó: “En algunos lugares, prácticamente podemos ver la vegetación en la superficie del río, el agua está tan baja que las plantas del lecho quedan expuestas”.

El río Amazonas es una importante vía de comunicación. El descenso de las aguas ha impactado de manera negativa el trasiego de personas y cargas vitales a través de embarcaciones, así como el acceso de buques de carga al centro internacional de producción de Manaos.

Pero no son las únicas actividades afectadas. De acuerdo con el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la sequía generó un incremento en septiembre de 0,44 por ciento en los precios (mayor variación del mes desde 2021) y un 0,50 por ciento en precios de los alimentos.

Debido al aporte de la generación hidroeléctrica a la matriz energética nacional, la falta de precipitaciones también encareció la electricidad, causando un aumento de casi 0.90 reales cada 100 kWh.

El investigador de la Universidad Federal de Santa Catarina, en Brasil, Bernardo Flores, resaltó que en algunas regiones de la Amazonía la temperatura media ha aumentado un 2 por ciento desde la década de 1980 y, según los pronósticos, continuará subiendo.

Flores expresó: “Toda la Amazonia se está calentando mucho más … y esto tiene una influencia enorme. La sequía actual está asociada a estas temperaturas mucho más altas”.

El cambio climático, la deforestación y los constantes incendios son la razón principal de la sequía en la región y, por consiguiente, del descenso de las aguas del río Amazonas. https://www.telesurtv.net/

“Defender el Agua es Defender la Vida”

http://hidroboletinfentap.blogspot.pe