Viernes, 11 de febrero de 2022 – Año XV – Edición 3904 – http://hidroboletinfentap.blogspot.pe
La FENTAP informa:
PERÚ - Paro y movilización nacional de las empresas de agua, 3 de
marzo 2022. Ante la negativa del diálogo por parte del ministro de vivienda,
construcción y saneamiento. Lea el comunicado de nuestra federación
PERÚ - Sunass removió a cinco directores de empresas prestadoras de
agua por no cumplir con requisitos. Funcionarios fueron sancionados por
incumplir requisitos o incurrir en causales de impedimento para ejercer el
cargo
BOLIVIA - Charquini, el glaciar boliviano que se derrite irremediablemente
Paro y movilización nacional de las
empresas de agua, 3 de marzo 2022
Ante la negativa del diálogo por parte del ministro de vivienda, construcción y saneamiento
La Federación Nacional de
Trabajadores del Agua Potable y Alcantarillado del Perú – FENTAP,
emite el comunicado 001 – 2022, anunciando la convocatoria para un paro y
movilización nacional de trabajadores y trabajadoras de las empresas de agua
del Perú, ante la negativa reiterada de diálogo por parte del Ministerio de
Vivienda.
EMPRESAS DE AGUA
OCI mediante informe señala que la gerente general de la EPS Moyobamba no cumple con el perfil para el cargo
El Órgano de Control Interno - OCI del Organismo Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento - OTASS, mediante informe de orientación de oficio 001-2022-OCI/6046-SOO señala que la gerente general de la EPS Moyobamba, abogada Nataly Catalina Flores Cerván, no cumple con el perfil para el cargo que viene ejerciendo desde el 16 de septiembre 2021. Sin embargo, continúa ejerciendo la gerencia general.
El secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores del Agua Potable y Alcantarillado del Perú - FENTAP, Lic. Luis Isarra Delgado manifestó, que era lamentable que se siga incurriendo en este tipo de anomalías en los nombramientos de los funcionarios de OTASS, “en nada ha cambiado con los gobiernos anteriores, se sigue incurriendo en los mismos errores, ahora pesa más el tarjetazo que habría enviado el Ministro de Vivienda, recomendando a su paisana para que la nombren de gerente general, no importándole en absoluto el servicio y los usuarios, esta situación no hace más que confirmar la negativa de dialogar con los trabajadores organizados en la FENTAP, es por ello que ante la continuidad de la corrupción, la no atención a los trabajadores, la profundización de la privatización y tercerización de las empresas de agua del Perú, se está convocando a un paro nacional para el día 3 de marzo a nivel nacional, con una movilización en la ciudad de Lima la misma que contará con delegaciones de trabajadores y usuarios de todo el país.
Leer el informe completo aquí https://hidroboletinfentap.blogspot.com/2022/02/oci-del-otass-emite-informe-de.html
HIDROREGIONES PERÚ
Sunass removió a cinco directores de empresas prestadoras de agua por no cumplir con requisitos
Como parte de las funciones de
supervisión, fiscalización y sanción al buen gobierno corporativo de las
empresas prestadoras de servicios de saneamiento (EPS), la Superintendencia Nacional
de Servicios de Saneamiento (Sunass) removió de sus cargos a cinco directores
de empresas prestadoras, al detectar el incumplimiento de requisitos o causales
de impedimento para ejercer el cargo, entre los años 2020 y 2021.
Los directores que fueron
removidos de sus cargos pertenecían a EPS Tacna S.A, EPS Rioja S.A., EPS
Sedachimbote S.A., Emapa Huancavelica y EPS Sedacusco S.A.
Cuatro de ellos no cumplían con
todos los requisitos para el cargo y uno de ellos estuvo comprendido en una
causal de impedimento para ocupar el cargo. (ver cuadro)
Para que un director sea
removido de su cargo por la Sunass, se debe verificar que no cumple con uno o
más requisitos para ser director como contar con el título profesional
universitario que exige la ley, contar con estudios de posgrado o
especialización específica, acreditar una experiencia profesional de cinco años
en puestos de nivel directivo o gerencial y no estar incurso en ninguna causal
de impedimento.
Asimismo, puede ser removido por
aplicar fórmulas tarifarias distintas a las aprobadas por la Sunass, no
informar a la Contraloría General de la República y a las autoridades
sectoriales de cualquier hecho contrario a las normas legales del que haya
tomado conocimiento por cualquier conducto regular, en el ejercicio del cargo,
entre otros.
Entre las causales de
impedimento para ejercer el cargo de director, figuran ser alcalde, regidor o
tener vínculo de parentesco con dichas autoridades, haber sido destituido por
faltas administrativas o disciplinarias en empresas, haber desarrollado
actividades comerciales relacionadas directa o indirectamente con la prestación
de servicios de saneamiento.
En tanto, un gerente general de
EPS puede ser removido por no cumplir con los requisitos como contar con título
profesional universitario que exige la Ley, contar con estudios de posgrado o
especialización específica, acreditar una experiencia profesional de tres años
a nivel directivo o gerencial y no estar incurso en ninguna causal de
impedimento.
Es importante señalar que los
requisitos de impedimento son evaluados durante el proceso de elección y
designación de los directores de las EPS, así como durante el desempeño del
cargo.
Para evitar que en el futuro
estas personas postulen a un cargo similar, la sanción se inscribe en la ficha
registral de la EPS, que figura en la Superintendencia Nacional de los
Registros Públicos (Sunarp).
Dicho documento queda disponible
para la consulta pública a fin de que el sancionado no pueda ser elegido por la
Junta General de Accionistas de la EPS o designado por el viceministro de
Construcción y Saneamiento del Ministerio de Vivienda, Construcción y
Saneamiento (MVCS).
Desde finales del 2016, la
Sunass tiene la competencia de supervisar el buen gobierno corporativo de las
empresas prestadoras, con el fin de que estas tengan un desempeño eficiente y
alcancen altos estándares de transparencia y eficiencia en la prestación de los
servicios de agua potable y alcantarillado, en beneficio de los usuarios.
En ese sentido, la Sunass
supervisa aspectos como la composición y recomposición de los miembros del
Directorio, los requisitos mínimos para los cargos de director y gerente
general, así como la administración y gestión empresarial y la implementación
del código de buen gobierno corporativo en las EPS.
Esta información forma parte de
un informe ampliamente desarrollado en el boletín estadístico Sunass en cifras,
que puede ser consultado en: https://bit.ly/3Hs6HEs https://gestion.pe/
HIDROMUNDO
Charquini, el glaciar boliviano que se derrite irremediablemente
La capa nívea que cubre la
montaña poco a poco se transforma en una laguna de agua cristalina que refleja
el azul del cielo y reinventa los tonos color turquesa. Esa imagen que cautiva
a los visitantes de turno logra un contraste perfecto con el café de las rocas,
cada vez más visibles entre el manto blanco.
Se trata de Charquini, el
glaciar boliviano que forma parte de la Cordillera Real de los Andes y que poco
a poco se derrite a causa de la crisis climática.
Desde inicios de 2021, la
montaña y la laguna Esmeralda, a la que se llega tras una hora de caminata de
ascenso, atrajeron a muchos bolivianos. Estos, impedidos de viajar a otros
lados a causa de la pandemia de covid-19, llegaron a los pies de este glaciar,
que está a 5340 metros sobre el nivel del mar (msnm).
Así y con el amplificado impacto
de las redes sociales, Charquini, a tres horas de la ciudad de La Paz, la
capital política boliviana, se posicionó como el punto focal del turismo.
La cita turística no solo
significó la posibilidad de presenciar la majestuosa belleza montañosa, sino
que también representó un encuentro con un cuerpo de hielo que se escurre ante
los ojos de los visitantes. Además, fue otro factor para su derretimiento.
“Fue una irresponsabilidad lo
que se vio en Charquini: un turismo completamente desordenado que sacó a
relucir la indefensión de los glaciares en el país. El impacto en la montaña no
sólo fue en el área de nieve sino en todo el conjunto periglaciar, incluyendo
los bofedales que son el ecosistema de roca”, relata Carmen Capriles,
especialista en cambio climático y activista del colectivo Reacción Climática.
Charquini llegó a recibir en los
últimos meses un promedio de 1000 visitas diarias en fines de semana. Este boom
turístico implicó una significativa afectación, según Capriles, debido a la
basura que dejaron las personas y el pisoteado sin control a la zona
periglaciar. Incluso ascendieron a la montaña vehículos 4×4 para evitar que la
gente camine hasta la laguna.
El mismo destino de Chacaltaya
Hasta fines de los años 90,
Chacaltaya era uno de los glaciares de la Cordillera Real más cercanos a la
urbe paceña y ostentó, por varias décadas, la estación de esquí más alta del
mundo (5400 msnm).
La montaña fue concurrida por
locales y foráneos desde 1943, cuando se habilitó una pista en el corazón de
los Andes. Pero, actualmente, de ello solo quedan recuerdos. Hace más de 10
años, la nieve en Chacaltaya desapareció por completo, lo que evidenció las
afectaciones del calentamiento global a los glaciares.
Esa situación se suma a lo que
ocurre con otros gigantes blancos de la Cordillera Real, como el Illimani o el
Huayna Potosí. Según datos del Instituto Boliviano de la Montaña (IBM), a
partir de 1980, el país perdió la mitad de sus glaciares.
El ingeniero hidráulico
especializado en glaciología de la Universidad Mayor de San Andrés (Umsa),
Edson Ramírez, explica que no es posible que Chacaltaya reviva, porque ya
perdió su capacidad de transformar la nieve en hielo. Cree que lo mismo pasará
con Charquini.
“Lo que estamos viendo ahora es
que, en realidad, el glaciar está empezando a desaparecer, por eso hay que
tomar medidas para no acelerar su muerte”, advierte.
Ramírez monitorea Charquini
desde 2003, cuando se detectó que este ya había perdido la mitad de la
superficie que tenía en 1940.
Desde entonces se registró, en
promedio, una pérdida de espesor de un metro cada año. Esto permite estimar
que, hacia 2050 —si es que no ocurre antes—, Charquini se convertirá en otra
víctima de un planeta cada vez más caliente.
“La última década es la más
caliente de la que tenemos registro desde 1850 hasta ahora. 2020 se ubicó 1,2°C
por encima del periodo de referencia”, expone la doctora en Ciencias de la
Atmósfera de la argentina Universidad de Buenos Aires (UBA), Inés Camilloni.
La especialista señala como
causas al uso intensivo de combustibles fósiles, al cambio en el uso de suelo
(por deforestación y crecimiento urbano) y las actividades intensivas
agroganaderas.
¿Qué pasa cuando se derrite un
glaciar?
El derretimiento de un glaciar
no es un fenómeno local, se trata probablemente del indicador más claro de lo
que sucede en el planeta. El aumento de la temperatura provoca la retracción de
glaciares, pero también olas de calor, ascenso del nivel del mar, sequías e
inundaciones. Todo eso se convierte en un boomerang que golpea a los
ecosistemas que experimentan desórdenes tremendos.
Ramírez, quien estudia los
glaciares bolivianos desde hace más de 30 años, explica el fenómeno como una
sucesión de eventos interrelacionados que empieza en el océano, recorre el
Amazonas y termina en la Cordillera de los Andes.
“Desde el océano Atlántico
vienen unas masas húmedas atravesando la cada vez más degradada cuenca
amazónica”, detalla. Toda esa humedad llega y se deposita en la Cordillera,
dejando las partículas en suspensión de carbón, que aceleran el derretimiento
de la nieve.
Por ello, la quema de la
Amazonia o de la Chiquitania —en donde se arrasaron al menos 800 000 hectáreas
en 2021— no solo es un infortunio local, sino un impacto que viaja miles de
kilómetros y se deposita en las cumbres montañosas. Allí mancha la blancura de
la nieve e impide a los glaciares rebotar la luz solar con la intensidad suficiente,
lo que causa el escurrimiento.
Cuando un glaciar se derrite,
deja de proporcionar el servicio ecosistémico que cumplía: acumular nieve y
transformarla en hielo para luego devolverla en forma líquida a los ríos. Si la
montaña pierde esa capacidad significa que, ante cada evento extremo, habrá un
impacto mayor.
“Al no haber el amortiguamiento,
la tormenta será más intensa y a la vez arrastrará el material erosionado de la
propia roca”, advierte Ramírez.
Una de las evidencias del derretimiento
es la formación de lagunas, ya sea a sus pies o incluso al medio de la montaña,
que fungen como diques de agua. Como el escurrimiento es acelerado, puede
ocurrir un colapso y provocar un desbordamiento repentino. Por tanto, puede
haber inundaciones, pero también sequías posteriores, pues se pierde de
fábricas naturales de agua.
Con el tiempo, en el caso del
Charquini, los bofedales (humedales altoandinos) que están alrededor suyo
sentirán las consecuencias de la falta de agua y, por tanto, se alterará ese
ecosistema.
¿Se puede salvar a Charquini?
Johan Yugar, divulgador
científico, quien sigue los reportes emitidos por el Grupo Intergubernamental
de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), reafirma que hay rotunda
contundencia de que los humanos son los causantes de la aceleración del
calentamiento del planeta.
Explica que para que no continúe
el detrimento de los glaciares tendría que bajar la temperatura de la Tierra,
aunque, aclara que, al tratarse de un fenómeno acumulativo, “si mañana dejáramos
de emitir dióxido de carbono, todavía tendríamos al menos unos 10 años de
calentamiento global”.
Por eso, hay que empezar a tomar
medidas pronto, tanto locales como globales. El primer paso local, propone
Ramírez, es elaborar una ley de glaciares en Bolivia, que contemple el
monitoreo sistemático de las montañas y los límites de las actividades
permitidas.
“En el caso de Charquini, no se
trata de prohibir rotundamente el turismo, sino de evaluar cómo sería la
actividad con menor impacto”, aclara Ramírez.
En América del Sur existen
avances concretos en la protección de los glaciares. Argentina aprobó, en 2010,
una ley que asigna presupuestos para registrar los cuerpos de hielo y prohibir
las actividades que le afectan.
Chile, por su parte, tiene un proyecto
en la Cámara de Senadores, donde se discute cuáles deberían ser los límites
permisibles de las intervenciones en los cerros. Mientras Perú creó en 2017 el
Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña con
el fin, entre otras cosas, de proyectar una norma que proteja a la Cordillera
de los Andes, la cual atraviesa siete países.
En el caso boliviano, si bien la
Constitución Política de 2009 establece que el Estado, en todos sus niveles,
debe proteger las montañas, no hay normativa que especifique, por ejemplo, qué
actividades se pueden hacer sobre los glaciares y qué otras en las áreas
circundantes de montaña.
“Hemos visto, por ejemplo, que
se saca el hielo para usar en los frigoríficos. Es realmente alarmante”, alerta
Capriles.
Ahora bien, el abogado del
Ministerio de Medio Ambiente, Rodrigo Herrera, cree que la normativa no es
necesaria, ya que considera que no cambiará la situación actual.
“Pienso que deberíamos trabajar
más en educación y, de hecho, así lo estamos haciendo. La Constitución ya
contempla [la protección de] los glaciares; lo que hay que hacer es asumir la
responsabilidad que en primer nivel apunta a los municipios, luego a las
gobernaciones y finalmente al gobierno central”, afirma.
Sin embargo, actualmente son
pocas las acciones de cuidado que se realizan, en general, en los glaciares
bolivianos y, en particular, en Charquini.
Tuvo que ser escenario de la
muerte de un practicante de esquí, en agosto pasado, para que las autoridades
comprendan la mala gestión del turismo en el lugar. Por ello, la Dirección de
Turismo de la Gobernación de La Paz analiza reducir de 1.000 visitas diarias a
30, con el fin de evitar daños al glaciar.
Ramírez destaca que una
normativa puntual ayudará a poner en el centro de la discusión el estado de los
glaciares y, en el caso de Charquini, hará foco no sólo a su impresionante
belleza, sino en el grito de auxilio ante el imparable derretimiento que
atraviesa.
“Defender el Agua es Defender la Vida”